EL ESTADO DE COAHUILA- 3 VARIEDADES UNIVERSITARIAS. I. - TmpoTtancia que reviale la Educación Física en las Escuelas Preparatorias ;y Profesionales.— iQuó carácter debe tener ', gimnasia b juegos deportivos? —Nuestra educación gimnástica debe ser ecléctica. "Cuál sería el provecho que un hombro obtuviera en ganar un mundo de conocimientos sin tener el poder físico aufi-cíente para hacer uso de él.1 —T)r. Bolton. fgnduda 1752. 3 Cuando Quiera Vd. Pildoras, Q tomeias dcBrandreth 5 Puramente Vegetales. W) S| Siempre Eficaces. \\ Q Curan el Es/reniniiento Crónico. jfi Los Píldoras de Bxaíwretii. < activan la digestión, y hmpmn el estoma^ > intestinos. Estimulan el P'g sistema la bilis y demás linririca v fortalece yS Es una mediana que regula, purifica y tona. el sistema. . DF. VENTA BN LAS BOTICAS DEL MUNDO ENTBUO. 40 Pildoras en Caja- En la lenta pero bien orientada evolución que cada uno de los proble- I mas escolaies ha venido experimentando de pocos años ncá, ol mejoramiento de la educación física de nuestros jóvenes cursantes de las Escuelas Preparatorias y Profesionales había quedado como aplazado basta hoy, ya que no |ia marchado paralelamente con el vigoroso y decidido empuje que la educación intelecctual y moral han recibido en todas las épocas y muy particularmente en es-tos últimos tiempos. El importante papel que esta educación reviste en dichos planteles no es un enigma para nadie, ni su trascendencia un punto obscuro, ni creo tampoco que haya quien discuta su preeminencia por aparecer en estos últimos tiempos como un principio axiomático anexo á lo que se ha dado en llamar justamente la educación integral del individuo. Si nos fuese permitido hacer un cómputo estadístico del tiempo que un estudiante preparatoriano ú otro de cualquiera escuela profesional emplean en el trabajo intelecctual, durante el período escolar, y el consagra-do el reposo higiénico ó á los ejercicios físicos al airé libre, elementos bien sencillos y al alcance de cada uno de ellos, como medios posibles do acumular fuerzas y reparar gastos orgánicos, so notaría Ja desproporción espantosa que de hecho existe en tal comparación; pero en la culpabilidad que resulta de esta enorme desigualdad de atenciones para con la bestia y para con el espíritu, son responsables en buena parto los mismos estudiantes y maestros de gimnasia. Los primeros, por el estrechísimo criterio con que siempre han juzgado nuestros actuales sistemas de gimnasia; por su poca fe é impaciencia con que han aguardado sus recitados y por su falsa idea do / considerar la educación física como un i, habito higiénico personal ó de) domi-mo del bogar, más bien que como una práctica obligatoria impuesta por nuestra legislación escolar y la cual no se puede eludir; y los segundos, por la confusión que han hecho en su ense-jauza entre una verdadera educación tica de verdadera utilidad para la y la y el acrobatismo ya en desuso; el atletismo, que amenaza imponérse-n s hoy y la gimnasia correctiva y de aplicación. El mal escolar, que se traduce entre olías cosas, por repugnancia al estudio y el hastío do los libros y que ya á veces se refleja en una inmensa mayoría de nuestros estudiantes, es en nuestro modo do ver, un decai-i iento físico ocasionado por el exce- vo gusto de energía mental que les imponen los programas que rigen las , j.-ra» profesionales én nuestro país \ falta de unr compensación ad-‘ u ,.lfl por una alimentación higié i ic i capaz de reponer ese desgasto i sioiógico, que sumado con ese otro <.a io nervio o que f; todos nos impo- I el género de vida oitadina, la civi- Ii ación y lo existencia moderna, pro- utice un déficit físico que se traduce t i '.uchas veces por un ™ .....— ------- nmral y mental de horrorosas couse- “de que en la lucha por la vida triun-cm ncias sociales. Mus si esta nece- fan los más fuertes y perecen los mas .udud, digamos de vigorizamiento na- débiles.”!!! J. V de aplicación, desempeña un papel bremplazable por otra forma de trabajo muscular y que responde inconcusamente á una necesidad física de nuestro organismo; así como los de^rL^ físicos al aire libre responden a otras múltiples necesidades no menos imperiosas ni menos prácticas y ventajosas en la vida que las que se ganan con la primera. Ambas fases de un mismo problema fisiológico y sobre todo higiénico, la salud, del individuo, aparentemente independiente y ex-cluyen.tes, se completan una a la otra V de su unión dependen los maravillosos resultados que se desean alcanzar; de aquí que el eclecticismo en materia de cultura física es una ne< >-sidad, no del siglo . ni de tal o cu 4 escuela filosófica, sino de la vida misma del ser normal. . La experiencia recogida y la práctica seguida por otros pueblos en el mismo terreno pedagógico, nos suministrarían seguramente argumentos científicos para abogar en pro de un sistema, si no radicalmente exclusivista sí predominante; mas para que osa fuente de raciocinio sea legítima de tenerse en cuenta como una base de - nuestros juicios, preciso es igualar antes de pronunciarnos partidarios de este ú otro sistema extranjeros, ios factores: medio, raza, clima, género de alimentación, higiene pública y privada, educación física intensiva desarrollada largo tiempo atrás, etc., etc., con que han contado y continúan gozando esos pueblos que tratamos de imitar. Los jóvenes americanos, suecos e ' ingleses, para no citar otros, podran darse el lujo y envanecerse de no dedicarse en las Escuelas Profesionales Técnicas ó en los Universidades más que á juegos deportivos y atléticos, cosa que tampoco hacen en absoluto como ya tendré la ocasión de probarlo con datos irrefutables en subsecuentes trabajos; pero ellos han tenido durante íurgu tiempo uun gimnástica y deportiva, continua, progresiva, intensa y metódica desde e Kindergarten hasta la Escuela Superior (High School), cuyo periodo abarca la época más activa do su desarrollo físico, el cual no ha sido m precoz ni retardado, dos resultados fisiológicos ya bien dilucidados como hijos de una temprana 6 inmoderada incontinencia del ejercicio muscular ó de una carencia y absoluta abstinencia de él. , ¿Pero las condiciones eu que han venido viviendo y han crecido nuestros jóvenes estudiantes son los mismas que acabamos de señalar? Evidentemente que no. Por eso creemos nosotros que resultaría inconveniente y hasta peligroso comenzar por una plática violenta y activa, imponiendo solo juegos deportivos y atléticos como base de la educación gimnástica que demos á nuestros jovenes. Nuestros estudiantes preparatona-nos y los de las escuelas profesionales se hayan por hoy, con la misma necesidad que los alumnos de la escuela primaria y por este hecho obligados a practicar periódicamente los ejercicios que forman la gimnasia correctiva que embellece; da buenas, coordinadas y económicas formas de movimientos; tiene una acción directa y eticas sobre las actitudes viciosas; pone nuestro • sistema motor bajo del dominio do voluntad y conserva la salud ae nuestro cuerpo! . . . Nosotros nos permitimos sugerir a la Superioridad la fundación < o u “Gimnasio Central” dentro muros de la ciudad, destinar o -ferencia para los estudian es . nados. La creación de un Gimnasio semejante traerá entre otr^i mumias bil exclusivismo ou x.m w-- [e^perauehi sexual,] ventajas sociales cación física y gimnástica es tan de- ^,,-^16 iftilidad. Sería un punto testable como lo es en la educucion | reunfón quo tarde ó temprano cons- enL®eprMcagimnfi^c»-doniro do rn ““X™ Acerque el grxtA^ 6 los ojos y »y« la pfltfír» entrir ru la boca. _________________ te-€ © , EmplastoTPorosos de AaíC©Cl íy^/7 / Remedio universal para dolores. Dondr quiera que 3= eienU dolor apliqúese un emplasto. COLORES PÁLIDOS £2 o 152 -_-JI O ií'W SÜBfiCIÓM RftDICAL 2© 01 ó INFALIBLE en ,„1EMXIRilS'TOENTE..?AULO m c V) -i rn GU^NET, Form-^utk». 1. -lúa Saulnlur. PATHS. LÉC E M C1A s E ---------- nvlVN LA pm» 50 OOOtlEESíGRATIS™™" que tratan de TODAS LAS ENFERMEDADES PECULIARES DEL HOMBRE. PMÍMi'e á ¡3R. JOS. LISTER Sl CO., .J, uearborn S.„ Sp. A. .0 CHICAGO. >LL., u. s. A. cioual, está viva desde hace mucho tiempo en la conciencia profesional de cada uno de nuestros educadores contemporáneos, cualquiera que sea su credo filosófico ó científico, y palpita como una convicción pedagógica de unánime aprobación, no lo esta cuando se trata de poner en práctica los medios de remediar 6 de atenuar siquiera esa paulatina degeneración de la raza, que invariablemente tiene que venir mientras continuemos esperando hasta que la condición económica de nuestras clases mejoren, y con ese mejoramiento venga un genero de vida más á propósito que ponga á las generaciones futuras en Decíamos más atrás que si es ver- i dad que existo una convicción peda- i gógica unánime en favor de la edu- i cación física del joven que ha traspuesto los umbrales de la escuela primaria superior, no es menos ^cierto que esta solidaridad de pensamiento comienza á dividirse y desgajarse cuando se discute ó propone el carácter que tal educación debe revestir, á tal grado que los criterios pedagógicos parecen entrar eu pugna entre sí. Los dos bandos se preguntan: ¿Debe ser esta educación eu la forma de gimnasia correctiva, atlética ó de aplicación sólamonte? ¿Debe ser en la forma de juegos deportivos y atléti-> eos al aire libre?. Una respuesta seca ción semejante no convence á nadie. El exclusivismo en materia de edu-c____ . _ testable como lo es en en general. l. o- reoiulo, con sus ejercicios correctivos • to • f i a ,«aietir rnn éxito las eos al aire noreí uuu ie=puu^u OCv-oapacidad de leaistir con t | ¡lana sería: No; pero una afirma-crudezas v rudeza?? de una oivmzu j , ,s_ ! ción cada día más violenta, absorven-te de energías vitales y eu la cual i se traduce aparece como lema con caracteres yí-(leBequilibrio vides la terrible teoría de Danvin • . । • 1*1 .. 1* «eirln 4"V*lHn«. ral y mental do horrorosas couse-ncias sncialos. Mas si esta nece- I