la vuelta, con lo qué Kayas observa-y me rnr*ir. haré una croniquilla. ,Wa vetás. >1 verás qué sorpresa les ¿oy a dar a Moya y a Francos Rodríguez. Anda, hijito anda. Me cogió la mano entre las suyas, ¿ quiso apretar y nó" pudo. Desobedecí a mi padre y, con el corazón oprimido, me fui a discurrir tristemente por las solitarias avenidas del Retiro. No tardé en volver a mi casa. Así me lo impusieron la conciencia, el ideber, el deseo de permanecer, cual fi nados días, al lado del ser querido cuya vida se apagaba lenta y dulcemente. Y al penetrar en la habitación del adorado enfermo, al observarle en los comienzos de la agonía, mis ojos se humedecieron, mis labios se unieron a su frente y en ella dejé para siempre el beso más respetuoso, el beso más tierno, el beso más intenso; mi último beso al amigo, al maestro, a mi padre de mi alma. ¡A este beso sucedieron otros, los besos de los demás, y todos, madre y hermanos, sin consultarnos con 11 mirada, impulsados por afines eenti-mientes, nos confundimos en tin íntimo y estrecho abrazo! ! ¡Y en el estertor aun tuvo Ensebio Blasco energías para abrir los ojos, miramos amorosamente y alzar la vista a su Virgen del Pilar! i Y asi se despidió de Ri vida* tpfl1 ingrata para él, tino de los hombre^ más buenos de la pasada centuria! Wenceslao BLASCO. I SONETO. Eapecial para la “Revista Mexicana." En el yelmo ondeando la cimera, sonada la señal, por la esperanza, cual andante adalid quebré mi lanza, con firme brazo y voluntad entera. /Mas una decepción hirióme artera, ya proclamado vencedor!; y alcanza, a pesar de mi anhelo y mi pujanza, en tierra a dar con mi triunfal bandera. ¿ ' 7v; ' ' Pliega el alma sus alas abatida, curi mariposa del abril temprana, por ruda racha del invierno herida. ¡Afán eterno de la vida humana! Dar hoy a la esperanza nueva vida, para perderla, como ayer, mañana! San Antonio, Texas, Sept, de 1915. Mariano VIESCA ARIZPE. Soldado francés condecorado por una hermosa florista. SONETO. Especial para la “Revista Mexicana.” Como en el mar. en temporal deshecho, sigue ade.an te el bregador navio, y acrecienta en la lid el noble brio, y el puerto alcanza, para el miedo estrecho; así en la vida, con valiente-pecho, loe rigores del hado desafio; que soy roble que hiere el rayp '1impio, y al cielo se alza, sin caer, derecho! Para llegar a la soñada altura, el camino es de sombras y agonía; mas tras la noche tétrica y obscura, en que, perdida la anhelada vía, la dolorida planu va insegura, vendrá la luz del suspirado dial San Antonio, Texas, Sept, de 1915. ’ Mariano VIESCA ARIZPE.