ACTIVIDADES LAICAS PROGRAMA DE LAICOS Nuestro Voto de Lealtad: #,A la Iglesia ya establecida solemnemente declaramos nuestra Lealtad, y Sobre toda su vida y Servicio, reverentemente invoca- mos las Bendiciones de Dios Todopoderoso.—Amen. Preparación Hay día existe una atmósfera de preparación. El gobierno se prepara para la defensa; la juventud se prepara en el colegio, en la universidad y en la escuela técnica para una grande y enorme demanda de la vida en el porvenir. De igual manera la Iglesia también debe prepararase para confrontarse con la urgente é imperiosa demande del día y la hora. La situación mundial no es una acusación a la Iglesia, sino un reto a la Iglesia. Nunca en la Historia ha sido de tan imperiosa necesidad el mensaje y misión de la Iglesia como en el momento presente. Y cuando decimos Iglesia no nacemos referencia al edificio, o la organización, o a la maquinaria, como con frecuencia imaginamos cuando pensamos en la Iglesia. ¡No! nos referimos al cuerpo compuesto de creyentes verdaderos quienes han dado su todo a Cristo y quienes andan en la búsqueda de su voluntad para hacerla, sin hacer caso del costo de su persona o popularidad. Es posible que no existan sus nombres en el registro de nuestra Iglesia, "Otras Ovejas tengo que no son de este rebaño," dice el Señor. Es verdaderamente cierto que hay muchos, cuyos nombres existen en los registros de la Iglesias como miembros, pero que no desean ni intentan tener conocimiento, ni hacer la voluntad de Dios. Están determinadamente dispuestos a hacer su propia voluntad sin hacer caso de apelaciones, con diciones, o necesidades en su hogar o el extranjero. Nunca la certidumbre ha sido tan segura de que Dios nuestro Señor ganará este mundo para El, y contestará las oraciones de su pueblo en este crítico y trágico momento y hora. El ganará como nunca con la presente Iglesia establecida, o sin ella. Los enemigos de la Iglesia en su temprana edad, ponían su confianza c-n la espada y lanza, pero no en Jehová. Ellos han pasado y desaparecido, y quedan en el olvido; pero nuestro Señor y Maestro vive aún, y Reina; Que la Iglesia proclame a gran voz, en privado y en público el mensaje: "Que Jehová Nuestro Señor no ha renunciado ni ha cambiado su Gobierno a otro Mundo." En realidad tenemos un mensaje y una misión, gracia a Dios, para confrontar la necesidad actual y a cada hora. Este mensaje y esta misión es la espada flamante del espíritu, que conquistó el ayer, que conquista ahora y es la única arma que conquistará el mañana. "Dios es Amor" Apropiémoslo, prediquémoslo vivámoslo. Procamadlo a grandes voces para que sea oido aun sobre la voz autoritativa del comandante Oficial, sobre el bramido del cañón, el rechinar de la ametralladora, el zumbido del aeroplano, el silvído de la bomba, el lamento lastimoso de los heridos, y el angustioso gemir de los moribundos. Que su demanda sea oída y atendida por los victoriosos en este esfuerzo; y que su vivificar y Ion-guedad sea experimentada por los vencidos. Que su influencia sanadora sea aplicada en cada herida de cualquier naturaleza causada por la guerra infernal. ¡Que mensaje; y que misión tenemos para estos momentos! Tomé mos nuestra Posición con "Vachel Lindsay," que dijo! Esta es nuestra enorme Fé. Nuestro indómito deseo: ¿Quién lo dudará? Que en el Nombre de Jesús El mundo renacerá. Hitler tenía su programa, su propósito, y su meta. El se preparó para llevar a cabo su programa, realizar su propósito, y llegar a la meta. Una vez establecido su programa, puso en ello todo su empuje, su talento y su fuerza de gran líder, su equipo de fuerza humana, dinero y recursos materiales en a-bundancia en el cumplimiento de ese programa, prósito y meta. La gente lo juzgaba loco. Cuando unos cuantos años pasados lanzó stTproxJ grama, la gente se reía de la idea como algo completamente imposible, pero ya lo entedémos mejor, zó su programa, la gente se reía de la idea como algo completamente imposible, pero ya lo entendemos mejor. Mientras la Iglesia justamente condenaba a Hitler por su descuido de personalidad, y su solemne promesa en su descorazonada y cruel guerra infernal: la Iglesia en su lucha contra el mal, contra la debilidad espiritual en numerosos lugares encontra del príncipe de obscuridad del presente mundo, dele tener un programa, un, propósito y una meta. Hacer preparativos para realizar el programa, poner todo su esfuerzo y energía en el propósito, r?ara poder alcanzar la meta. El propósito de la Iglesia en su programa no es discrecional para nosotros sino que es el mandato de nuestro gran guía Nuestro Maestro Jesucristo para establecer su Reino. Entonces en este año realizada la Unificación del Metodismo y después cuando nuestra Conferencia Anual celebrada en la Ciudad fronteriza de Laredo, Texas, fueran nuestros obreros Obispos y Superintendentes a reunirse con el loable fin de preparar el estable cimiento de un programa propósito y meta para la realización del mandato de Nuestro Divino Maestro y Capitán. Consideremos seriamente que podemos hacer como un grupo de hombres y mujeres Cristianos, en pro del adelanto y avance del evangelio en nuestra Iglesia Local y en nuestra comunidad para llevar adelante la orden marcial de Nuestro Divino Maestro y Capitán. No serémos responsables del triunfo de toda la batalla; pero sí serémos responsables por el lugar que nuestra persona llena en la tropa o campiña a que pertenecemos. Amados hermanos la preparación necesaria para llevar al cumplimiento de nuestro deber el programa de actividades Láicas en este año será poner a la práctica lo que ya se dijo: "Firmes y adelante huestes de la Fé, sin temor alguno que Jesús nos ve. —Por Eustacio E. Valfré. Director Láico del Distrito del Norte i REGL FEME Pán lebrar sualee Se para y par oficiaL antes nión í mient< dama zaciór reunic dicarc miem plane n^nci' Cue cieda< circuit la soc organ juntos de ne inclus: mas c sPár nión adora cíales cargat tos, ó perme que p ciedac depar pagar Pán puede denta aprue se tre mas c vocad Pán conve Ejecut asunte Ai Párr antes be eL tres c brar para miente ser pe Página 12 f TUESDAY, MAY 4 • 2004