Lección V. ¿"í HERALDOS DEL REY Octubre 30 de 1032. Bosquejo de la Lección A MADOS MIOS, la lección que vamos a estudiar es muy interesante e instructiva. 1. Dio* el autor de la ley. Los trocitos que vamos a estudiar fueron escritos por el apóstol Pablo. El primero fué escrito a los romanos cuando estaba en la ciudad de Corinto. Los cristianos de Roma en su mayor parte eran gentiles; pero había algunos judíos. Los judíos eran súbditos muy rebeldes y desobedientes. Creían ellos que el hecho de someterse a un gobierno extranjero no sólo era una humillación, sino también un pecado. El apóstol Pablo exhorta a estos malos y engañados súbditos a que se sometan a las autoridades civiles, porque es la voluntad de Dios que haya en este mundo gobiernos. Estos, por malos que sean evitan el desorden, la violencia y la confusión. El mismo apóstol había sido defendido en varias ocasiones de mano de sus enemigos por el gobierno civil. El gobierno protege la vida, y la propiedad y establece el orden. Los que | temen al gobierno lo hacen porque no se portan bien; pero el que se porta bien nada tiene qué temer. Tales personas se sujetan a las leyes no por temor, sino por causa de la conciencia. No olviden pues, mis amados lectorcitos, que “las autoridades son ordenadas de Dios” y que desde pequeños deben a cumplir con sus deberes: pagar lo que deben, sea pequeña o grande. Es muy triste que los niños no desde pequeños a ser honrados en sus compromisos, a sus superiores y honrar a los que honra merecen. 2. La ley de la siega. El mismo apóstol Pablo nos da ésta : “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Todos somos sembradores en esta vida. No hay quien no esté ocupado en hacer alguna clase de siembra. Nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros hechos no son otra cosa que la semilla que estamos tirando en el surco, cuya cosecha tendremos que levantar tarde o temprano. Esto tratándose de nuestras relaciones con nuestros prójimos,, a quienes muchas veces podemos engañar: pero a Dios es imposible engañarlo, porque el ve nuestros pensamientos y escudriña lo más íntimo de nuestros corazones. Es imposible que las zarzas produzcan higos, así es imposible que las malas acciones o pensamientos produzcan cosas buenas. Si nuestros pensamientos y acciones son sólo para grati- aprender la deuda aprendan Respetar