LA VIOI ETA. 173 puerta en mal estado por el abandono ó descuido de sus moradores, tal vez, y á un lado de la puerta una diminuta ventana en no mejor estado. Por aquella ventana unos ojitos negros y traviesos, se fijaban en nuestro estudiante mientras él estudiaba atareado su cátedra sin fijarse en que era objeto de contemplación; pero la casualidad esa madre de tantos acón tecimientos inesperados hizo que cam biara la situación y diera origen á nuestro cuento. Una de tantas veces que el joven estudiaba y la niña contemplaba, por que niña era la de los ojitos traviesos, un pimpollo que apenas empezaba á abrir á los alvores de la juventud; un pájaro cantor se paró en un árbol que daba frente á la ventana, llamó la atención de Pederico y levantando la vista se fijó en la ventana y una exclamación de sorpresa se escapó de sus labios; la niña se sonrió como triunfante y cerró la ventana de golpe. El joven se quedó fijo esperando que volviera la niña á aparecer de nuevo, pero nada sucedió, y entonces se levantó de su asiento y dió una vuelta á la casucha y salieron fallidas sus esperanzas; consultó en un cronómetro de niquet que traía en el bolsillo y vió tal vez que era ya la hora de ir á las aulas y dando una última ojeada á la ventana desapareció; entonces se abrió esta de nuevo y los mismos ojitos se fijaron en nuestro joven hasta que le perdió de vista. (Continuará) María Garza Gonzalez. A I.A VIRC?1£N MARIA. Un tiempo, Virgen bendita, Gemías triste y doliente, Por una rosa proscrita, Y al suelo inclinas tu frente. Tú, el ángel del consuelo En congoja cruel te viste, Fué por darnos de este suelo Lo que tú sola tuviste. Pues gracia plena te dió El que nacer de tí quiso, Y de su gracia vistió El Ser divino que hizo. La flor mas pura gemía Al pié de la cruz, doliente, ¡ Por conseguirnos! ¡María! Perdón para el delincuente. Un corazón ya manchado De grave culpa, está aquí; Si con tu amor se ha lavado No le quiero, es para tí. Virginia Mario. Monterrey, Dbre. 8 de i, 893. La Fiesta Encolar. Quisiéramos poseer la pluma de los insignes escritores cada vez que nos encontramos en fiestas semejantes para hacer una descripción exacta de los acontecimientos tal y como pasan; pero ya que nuestra insuficencia es tan notoria aun cuando sea un pálido reflejo de lo que pasó esa tarde, haremos una breve reseña. En cuanto al informe del Sr. Garza Cantú, que fué el principio del programa,como Comisionado de Instrucción pública, diremos que fué una pieza literaria digna de oirse, en ella nos dió á conocer la altura á que ha llegado la instrucción en nuestra Capital, por lo que nos congratulamos y damos nuestro parabién al Ilustre Ayuntamiento. La segunda cláusula fué el Ejercí ció Gimnástico de bastón, por las niñas de intermedios, en cuanto á estos nada dejaron que desear bien desempeñados.