Lección VI. HERALDOS DEL REY Noviembre 10 de 1929. BOSQUEJO DE LA LECCION 1| ££ERMOSAS Visiones de Paz. ¿Cómo podemos tener amigos por todo el mundo? Viviendo en paz los unos con los otros. En los tiempos del profeta Isaías los pueblos estaban constantemente en guerras. Las naciones poderosas conquistaban a las más débiles. El pueblo de Dios tenía que sufrir mucho por la falta de paz. Dios para consolar a su pueblo le reveló al profeta Isaías las más sublimes visiones de paz. En éstas vió que todos los pueblos de la tierra abandonaban la adoración de los dioses falsos, y corrían presurosos a la casa de Jehová para adorar al único Dios, y ser enseñados en sus cami- nos. Estos pueblos al andar por las sendas del Señor, convertían sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces, terminando así las guerras y el rumor de guerras. Y no sólo vió en sus visiones que entre los hombres reinaba la paz, sino también entre los animales: El lobo moraba con el cordero; el tigre se acostaba con el cabrito; el león y el becerro caminaban juntos y un niño los pastoreaba. ¿Qué significaban estas maravillosas visiones? Que la paz reinaría entre los pueblos, a medida que la tierra fuera llena del conocimiento de Jehová, como cubren la mar las aguas. 2. Todas las Naciones de una Sangre. Cuando el apóstol Pablo visitaba la gran ciudad de Atenas encontró entre los muchos altares dedicados a diferentes dioses, uno al Dios no conocido. En esta ocasión fue invitado por los sabios al Areópago, el lugar en donde se reunían, para que les explicara la nueva doctrina que predicaba en las calles y sinagogas a los judíos. Pablo con gusto aceptó la invitación y cuando estuvo en medio de ellos les habló del Diois no conocido, que es el Dios de cielos y tierra y el cual no puede habitar en templos hechos por manos de hombres, ni necesita que los hombres lo engrandezcan, porque él es Señor de todo cuanto existe. También les dijo Pablo que este Dios desconocido para ellos, había hecho a todos los pueblos de la tierra de una misma sangre, con el fin de que lo buscaran, y se amasen como hermanos los unos a los otros.