Lfl UOZ^FROniERfl Mexicali, B. C„ Sábado 24 de Octubre de 1964 5-A La Por J. Julio Dunn Legaspy í A cada instante, en I tribunas populares, en I manifiestos de polítl-I eos pueblerinos o en I los remedos de congre-I sos de ayuntamientos I mexicanos que acos-I tumbrarnos celebrar, se I habla o se grita de las I excelsitudes de la "au-I to no mía municipal”, aunque casi nunca se confiese, que en la mayoría de los casos no se ha aprovechado esta autonomía, que estableció la Constitución del 17, como una de las más altas conquistas de la Revolución, sino para satisfacer a rienda suelta apetitos personales de políticos de campanario. En efecto, los Ayuntamientos Municipales, con rarísimas excepciones, cuyos Presidentes Municipales, creyéndose reyezuelos y mal intencionados, no les interesa que la vecindad carezca de agua o que sufra de epidemias o que clame por escuelas; pequeños tiranos que miran sólo para el bien de su ca-marrilla personal; representantes del pueblo que no se acuerdan del pueblo sino para extorsionarlo; que sólo ven en la Sala de Cabildos el centro donde desenvolver sus intrigas y en donde tejer sabia-mente las maniobras que han de conducirlos a la Diputación, y a las demás canogías más o menos jugosas de la Federación o de la provincia; a todas partes, en fin, donde se encuentre viva, lozana y juguetona, esa vaca de ubres generosas que se llama el presupuesto. Y hay que confesar, si nos queda un átomo de honradez, que son pocos los rincones en la República, que estén libres de la acción desordenada e irrefrenable de los -pequeñísimos y odiosos tiranos municipales. fíSÉfíS áiSÍf; también, que la ola de desprestigio que amenaza a esa conquista revolucionaria: “El Municipio Libre”, no está total ni siquiera principalmente formada por la reacción, que ha nacido, más bien, de las masas populares desencantadas y tristes, que ven que manejan sus destinos, libremente, por la autonomía municipal, hombres que no Ensenada Dice Por César POR ESAS CALLES DE DIOS : Y con verdadero agrado vimos la nota que en 1 a edición correspondiente al día 22 de los come n t e s se imprimió en nuestro periódico, referente al cierre de loncherias disfrazadas que venían operando en la ciudad de Mexicali. Las acertadas medidas de mejoramiento social fueron llevadas a cabo por la Dirección de Seguridad del Estado y con ésto crecen nuestras esperanzas de lograr ver algún día una necesaria limpia como ésta, por la Calle Segunda de este Puerto entre las Avenidas Gastélum y Miramar; misma zona que en ediciones anteriores hemos señalado. Bastante extrañeza nos ha causado el ver que pese a las muchas quejas de los residentes de la Calle Décima, en la prolongación de la Colonia Azteca, no hayan sido atendidas por el Departamento de Obras y Servicios Públicos Municipales, ya que el estado que guarda la mencionada calle es de por sí, desastroso, hasta tal punto de que los muy necesarios proveedores de agua de e s a populosa Colonia, se niegan en 'algunas ocasiones a tratar de subir con sus camiones tanques por virtud del péslmo estado de las calles de terraceria. Tiene la palabra el Arq. Avila Escoto, Jefe de Obras Públicas, D E LA CONVENCION LEONISTICA: Mucho entusiasmo existe en la ciudad Municipal han sabido responder a sus ilusiones de libertos. ¿Quiere todo esto decir, que nosotros estemos por la vuelta amétodos pasados? ¿Que quisiéramos ayuntamientos sin libertad o municipios agarrotados y convertidos en simples oficinistas, ocupados en tramitar y en obedecer ciegamente las órdenes de los gobernadores? Por supuesto que no, Sabemos, como el que más, que la autonomía municipal, con elementos honorables en los ayuntamientos, es la única esperanza de ins-tituciones realmente democráticas cuando, como en nuestro país, esas instituciones se apoyan en regímenes electorales a base de voto universal; sentimos realmente indignación por las tutelas que sufren algunos ayuntamientos honorables que, precisamente porque lo son, no se pliegan a las exigencias de ciertos gobernadores; pero somos suficientemente revolucionarios y sinceros para desear y para pedir, como único alivio inmediato de la situación que hoy prevalece, que en cada caso en que un ayuntamiento defraude los intereses o las esperanzas de una comunidad, la comunidad arrase con él, ejercitando las organizaciones de trabajadores, obreros o campesinos, una acción di-recta de saneamiento material y moral en contra de los políticos pueblerinos, que son los que con sus manejos aumentan cada día el torrente de impopularidad que ha de acabar, si no se modifican esos procedimientos, con el municipio libre, conquista revolucionaria casi estéril hoy, y que en manos de hombres honra- fonm nitnrlft» QÍcrni — dos tanto puede significar para el desarrollo democrático de México. Estas y otras causas de descontento real y el aspecto truculento de nuestros periódicos, hacen, frecuentemente, que hasta quienes no están muy alejados de las cosas del vivir de México piensen y digan que estamos en plena etapa de desquiciamiento político y social. Carrillo = con motivo de la benéfica derrama de dólares con que saldrá nuestra ciudad y nuestra industria sin chimeneas con motivo a celebrarse, y claro que además por las simpáticas ideas que según nos dicen, llevarán a cabo los Leones visitantes al desfilar unos en una carroza y otros en motocicleta. DE NUESTRA S O C IE-DAD: Una verdadera lluvia de regalos a la gentil Sri Mendoza, hijita de nuestro Tesorero Municipal, con motivo d e una fiesta d e despedida de soltera que le fué organizada por distinguidas damas de nuestra mejor sociedad el pasado día 21 en los elegantes salones del anexo del Restaurant Velazco de esta ciudad, a las 4:00 P.M. Aproximadamente 32 damas fueron las organizadoras y casi todas éllas valiosos elementos del distinguido Club de Damas Leonas de esta ciudad; la Srita. Mendoza contraerá en breve nupcias con el Lie. Jesús Robles Toyos. /ESTE ENTERADO/ Sintonice su Radio con XED XESU XEHG XECB 1050 790 1370 1450 Kc. Kc. Kc. Kc. transmitiendo cada 30 minutos desde los Teletipos de: La Voz de la Frontera El Mundo Comunista y el Nuestro $ No me ofrezco de voluntario, pero . . . ¡si me obligan sinceramente! dos grandes eventos dentro del mundo comunista, largamente previstos como inevitables, coincidieron la semana pasada. Esto complica grandemente la formulación de nuestra política. Si Khrushchev hubiera partido bien antes de que los chinos lograran poseer la bomba nuclear, el problema para los Estados Unidos habría sido simplemente el de si la política soviética continuaría a lo largo de sus presentes lineas y cuán pronto se estabilizaría el régimen posterior a Khrushchev. Si China hubiera explotado su bomba mientras Khrushchev estaba todavía seguro de su cargo, la perspectiva de una política común, aunque tácita, para contener a China habría sido bastante buena. Ahora, en vez de una variación -en China o en Rusia- nos enfrentamos a las dos. Y la conducción de la política norteamericana se ha complicado muchas veces. Tenemos que hacer, me parece, dos suposiciones desde el principio. Una es la de que el régimen soviético posterior a Khrushchev será flúido a incierto por varios meses, tal vez por algunos años. La otra es la de que si bien el aparato nuclear chino es sin duda primitivo conforme a nuestras normas y las rusas, China será pronto considerada como un verdadero poder nuclear, al menos en el sureste de Asia. Hacia Rusia y China, el gran objetivo de nuestra política debe ser evitar la unificación del mundo comunista como un poder nuclear hostil. Esto no significa que nosotros tengamos un interés vital en perpetuar y agudizar el conflicto ruso-chino. No significa eso necesariamente. Pero sí significa que tenemos un interés vital en la naturaleza de cualquier arreglo que pueda realizarse. La cuestión critica para nosotros y para nuestros aliados es la de si Rusia y China llegarán a un acuerdo basado en la coexistencia con el Oeste o basado en una hostilidad revolucionaria contra él. No hay una respuesta lista para esta pregunta. Es concebible responder de cualquiera de los dos modos. Mas ciertamente además, nuestra propia política hacia Rusia y China puede ser altamente influyente y quizá decisiva en determinar el resultado de la cuestión de si Rusia se va a ir con China o China con Rusia. La base de una política debe ser la extensión a China del sistema militar que ha desempeñado papel tan crucial en persuadir a la Unión Soviética bajo Khrushchev a excluir la guerra nuclear y buscar la coexistencia pacifica. Esta es una política de superioridad militar sin pretender a la supremacía, una superioridad usada para disuadir y detener pero no para dominar. El presidente Johnson, en sus declaraciones del domingo en la noche, extendió esta política al suroeste de Asia, y podemos dar por descontado que si se necesita un poder militar adicional para poner en vigor estas garantías, no habrá vacilación en suministrarlo. Asi, China inicia su carrera como una potencia nuclear dentro del mismo marco de disuasión en el cual la Unión Soviética ha tenido qué vivir desde mediados de la década de 1950. Esto debe servir como un importante factor de persuasión para una poh'tica de coexistencia en Pekín. Junto con la disuasión, una parte integral de la política norteamericana comenzada bajo el presidente Eisenhower ha sido negociar con idénticas y tienen intereses diferentes. Una de las falacias principales del “goldwaterismo”, que paralizaría la diplomacia norteamericana en todo el mundo, es el prejuicio ignorante de que todos los estados comunistas son iguales y deben ser tratados con el mismo grado de hostilidad. La verdad es que Rusia y China, aunque aceptan el marxismo y el leninismo, tienen intereses nacionales divergentes. Además, las naciones comunistas de Europa Oriental desean un grado de independencia de Moscú cada vez mayor. Hay también toda razón para pensar que las naciones comunistas del sureste de Asia, como Laos y Viet Nam del Norte, preferirían no ser dominadas por Pekín. Una política exterior norteamericana sana y sólida demanda que dentro del marco de disuación nuclear haya' extensas y diversas exploraciones diplomáticas del Oeste dentro del mundo comunista, una búsqueda continua por acuerdos basados en el interés mutuo de mantener la paz. Es, claramente, de interés vital para la Unión Soviética que la China comunista salga de su militante actitud revolucionaria y se concentre en su desarrollo interno. Este es también nuestro interés, y no debemos cerrar nuestras mentes, o excluir de consideración en nuestra política la posibilidad de que dentro de la próxima generación China desee hacer la paz con todos sus vecinos, en la tierra y en el mar. Discurso pronunciado por el Sr. Milton Castellanos en el Congreso del Estado el pasado día 22: Señor Ing. Eligió Esquivel Méndez, Gobernador Constitucional del Estado de Baja California. Señores Diputados al Honorable Congreso del Estado. Señoras y Señórés:-E1 Poder Judicial de Baja California, por mi conducto, agradece al Honorable Congreso del Estado la Invitación que se le hizo para que representantes del mismo asistieran a este acto, en el que, con toda justicia, se celebra solemnemente, el Sesqui-centenario de la Constitución de Apatzingán. Celebrar la luz primera de la Constitución de Apatzingán, es celebrar también el origen de la actual Carta fundamental que rige los destinos de México; porque nuestra actual Constitución Política no es otra cosa, que la culminación de nuestro drama histórico, cuyo origen se remonta a la guerra de Independencia, que tuvo como es-c en a rio la lucha de nuestro pueblo por conquistar la libertad de sus hombres, por realizar un mínimo de justicia social en las relaciones humanas y por asegurar un régimen de derecho en la vida social. Nuestro movimiento de independencia, tiene características propias y singulares; lo identifica la idea de revolución social que ya se encuentra en su origen y que se revela, desde el primer momento, con el decreto de diez de diciembre de mil ochocientos diez, que proclamó la absoluta liberación de los esclavos y la supresión del tributo, signo infamante de la pertenencia a las castas; y con el decreto de restitución de tierras a los naturales, de cinco de diciembre del mismo año, ya que en fel se ordenó fueran devueltas a las comunidades de naturales las tierras que les pertenecían y que se habían dado en arrendamiento a diversas personas. Pero si desde sus orígenes el estallido revolucionario independiente, encuentra en Hidalgo a un reformador social, ese sentido reformista se acentúa, aún más, en la egregia figura de Dn. Fray JoMifp@re José María Morelos y Pavón que, producto de las capas por humildes desposeídas, dirige su acción y su pensamiento a remediar la mise-ria social, señalando que las tierras de América no podrían continuar siendo la fuente de un régimen de opresión y de miseria sobre los hombres nacidos de ella. Es el gran visionario de la idea de justicia social; igualdad del hombre americano, sin distinción alguna por raza o mestizage; reparto de la tierra y entrega de ésta a los campesinos; división de las grandes propiedades y aplicación de las pequeñas fracciones a los pobres. Por eso nuestra historia ha recogido justicieramente su nombre, señalándolo como el más ilustre de los precursores de nuestra Revolución Agraria. Morelos, el iluminado, pensaba que las naciones no deben ser regidas por los hombres, sino por las leyes; por ello, aún en la época aciaga en que nuestra patria lucha simplemente por sobrevivir como nación libre y soberana, auto-limita su poder y organiza un congreso del que habrá de surgir la carta fundamental del México independiente; y aún cuando él, como indiscutible jefe de la insurgencia, hubiera podido limitarse a expresar su pensamiento en la histórica manifestación que lleva el nombre de “Sentimientos de la Nación”, en los que consignaba su opinión respecto a la marcha política que debía seguir el nuevo cuerpo y la organización que era preciso dar al orden de cosas nacido del movimiento revolucionarlo; pensando quizá que las leyes supremas no deben surgir de una sola mente, sino de varias, para que pueda estar representado el verdadero sentir del pueblo, designa representantes: por ^Guanajuato a Don José María Liceaga; por Michoacán a Don José Sixto Verduzco; por Zacatecas a Don José María Coss; por Durango a Don José Sotero de Castañeda; por Tlaxcala aDonCor-nelio Ortíz de Zárate; por Querétaro a Don Manuel de Alderete y Soira; por Coahuila a Don Antonio José Moctezuma; por Sonora a Don José María Ponce de León; Por San Luis Potosí a Don Francisco de Argándar, reservón- Siervo de la ■ Nacionl dose para el mismo la representación de Nuevo León y reconociendo como representante por Teopan, a Don José Ma-nuel de Herrera, quefué nombrado directamente por los habitantes de dicha entidad. Morelos explica al congreso que existe la necesidad de que la Nación tenga un gobierno propio; de que terminen las diferencias que con anterioridad dividían a los miembros de la antigua junta de Zitácuaro; expone su parecer acerca de las tareas a que debe entregarse al cuerpo político que él auspicia y que a su iniciativa nace; pide que se declare que la América es libre e independiente de. España y de toda otra nación, gobierno o monarquía; establece que la soberanía dimana directa e inmediatamente del pueblo y que, depositada ésta en sus representantes debe dividirse para su ejercicio en tres ramos: Legislativo, Ejecutivo y Judicial; los americanos debían de ser quienes ocuparan los puestos públicos, no admitiéndose más extranjeros que aquellos artesanos que fueran capaces de instruir en sus profesiones y estuvieran libres de toda sospecha; las leyes generales deben comprender a todos, sin excepción, pues los privilegios sólo lo serían en lo relativo a su profesión o ministerio; y expresa con plena convicción: “como una ley, es superior a todo hombre, las que dicte nuestro Congreso deben ser tales, que obliguen a la constancia y patriotismo, moderen la opulencia y la indigencia y de tal suerte se aumente el jornal del pobre, que mejoren sus costumbres, aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto”; debe ser respetada la propiedad y ser inviolable el domicilio; debe abolirse para siempre la esclavitud y la distinción de castas; deben ser proscritas y condenadas la tortura y las penas infamantes, que nada mas sonarmasque inventa el despotismo; deben abolirse los estancos, la alcabala y el tributo.'' Inspirados en estos principios, los consti- HOY Y tuyentes de mil ochocientos catorce, comprenden que si el hombre hace dimanar sus derechos de su naturaleza misma, y que si ellos son esenciales a su existencia, esos derechos deben ocupar la primacía en el orden político y convertirse en un gran centro en cuyo rededor giren todas las instituciones dignas de la inteligencia humana. Y proclaman estos ilustres perseguidos, que cambian impresiones lo mismo en Chilpancingo, que en Santa Efigenia; en Tlacotepec, que en Huetamo; en Tirlpitío, en Púturo, o en Apatzingán; que la soberanía nacional es consecuencia de la consagración de los derechos naturales, preexistentes a todo pacto social; que esa soberanía es imprescriptible, inenajenable e indivisible; y que los asociados tienen en todo tiempo la facultad de cambiar o de modificar sus instituciones políticas. Erigen el sufragio público en origen y fuente del poder que debe ejercer, por delegación, la soberanía. Fijan las atribuciones de cada uno de los poderes; proclaman que es contraria a la razón la idea de un hombre nacido legislador o magistrado, condenando así el derecho divino de los reyes y preparando la senda hacia ese ideal de paz, de libertad y de reivindicación de la dignidad humana, que es la república; y consignan los derechos a la libertad, a la Igualdad, a la propiedad y a la libre expresión del pensamiento. Si en estricto derecho, la Constitución de Apatzingán, jpráctica-mente no rig¡io los destinos del país, supuesto que tres cuartas partes del territorio nacional se encontraban sojuzgadas; y si también, en esencia, los pueblos no fueron quienes nombraron a sus representantes ante el constituyente, excepción hecha en Tecpan; siendo el propio Morelos quien hizo las designaciones, satisfaciendo el deseo de su espíritu superior, de auto-limitarse en el ejercicio del poder; es incuestionable que en dicha primera carta fundamental de México. está el espíritu del pueblo, el alma de la insurgencia y las ansias reivindicatorías de quienes no eran sujetos de derecho, sino sólo de obligaciones, de malos tratos y de vejaciones. Y tan así es, que eidero político de la época, al que eran ajenos los humildes párrocos como Morelos, Matamoros y tantos otros, decreta excomunión para quienes lean o conserven la Constitución de Apatzingán; y el gobierno realista hace verdaderos actos de fe contraria a la libertad y a la superación del pueblo que consigna la Constitución de Apatzingán, ordenando que todo ejemplar que se encuentre, sea quemado en la plaza pública. Pero ésta condensación de declaraciones generales; este conjunto de principios prácticos de gobierno; esta teoría revolucionaria que se coloca frente a frente dél despotismo arraigado en la colonia con el transcurso de tres siglos, hace fulgurar el espíritu moderno con toda la majestad del derecho y de la justicia; y como ningún ser puede manifestarse sino por los elementos que en sí contiene y que constituyen su naturaleza, al confirmar la existencia de un pueblo, pronuncian la sentencia esperada;- “Los derechos del hombre son la base y el objeto de las instituciones sociales”. Y podrán sobrevenir derrotas; y no regirá la letra de la ley en toda la nación; y se establecerá en la patria un imperio de opereta; y se le traicionará; y se le desmembrará; pero el espíritu de la Constitución de Apatzingán, la sentencia de que los derechos del hombre son la base y el objeto de las instituciones sociales, permanecerá latente; y cuando la ocasión se presente, surgirán los Juárez, los Ocampo, los Degollado y en general los hombres todos de la reforma, que harán respetar esos principios reafirmándolos con otros que otorguen mayores garantías al ciudadano. Y surgirán también después los hombres de la revolución que, inspirados en el ideal de Ve-nustiano Carranza, promulgarán la Constitución que actualmente nos rige, en donde el pueblo encuentre ya, definitivamente, la garantía individual v la ga rantía social; el artículo 27 que protege al campesino y el 123 que protege al obrero; y en general todos aquellos preceptos que confirman la visión de los constituyentes de Apatzingán que proclamaron los derechos del hombre como base y objeto de las instituciones sociales. A ciento cincuenta años de la Constitución de Apatzingán; ante eJ ejemplo de auto-limitación de poder que es el origen de esta carta fundamental, cabe preguntarnos si hemos sido dignos del sacrificio de quienes como Morelos y los constituyentes de mil ochocientos catorce ofrendaron su vida en aras de una noble idea de justicia social; y no-so tros consideramos que sí lo hemos sido, porque después de ellos, en las situaciones aflictivas de la patria, han habido notables ejemplos de sacrificio y de renunciación; de patriotismo y de defensa de la soberanía de México. Con Benito Juárez tuvimos al abanderado de la ley, del derecho, del respeto a la soberanía de las naciones; de la tenacidad y del patriotismo convirtiéndose no sólo en defensor de México, sino en benemérito de América. Con Madero y Venustiano Carranza y los revolucionarios de mil novecientos diez, así como con los constituyentes del diecisiete, hemos tenido también ejemplos de abnegación y sacrificio; de lucha y de renuncia- 1 ción; de firmeza en la defensa de la justicia social, de los derechos del hombre y de la soberanía de las naciones. Y hoy tenemos el ejemplo de un hombre que se entregó al servicio de México; que enarbo- ,ló nuestra bandera de auto-determinación y de soberanía de todos los pueblos; que fué heraldo de paz y de concordia entre los hombres y entre las naciones y que desempeña, ya en sus postrimerías, el honroso cargo de Presidente de la República. Y tenemos también el ejemplo del hombre que habrá de substituirlo y que, inbuldo del espíritu de Morelos, considera que la conquista del poder no es privilegio para satisfacer vanidades y obtener riquezas, sino que es privilegio de servicio, por lo que nuevamente renuncia al oropel.