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KL ATENEO— KKVIMTA ESTUDIANTIL
ten la carnadita, puea tengo amigos, como F. R., que le rezumba el aparato para ladrar y escribir y tengo “chanza” de gorreármelo. Reciban pues mis felicitaciones y de muchos otros, Alvaro U. R. V., J. de Jesús Davila y E. Ramírez Montes, por la labor pro cultura que desarrollan, siempre que no retiren las carnaditas de los 5 voladores y ojalá el resultado responda a su celo. “He dicho”.
Luis A. MARTINEZ.
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La Confederación Ibero-Americana ...
(Viene de
la pág. 17,)
doblar la frente, y que son ante todo pueblos de dignidad, que han abierto sus brazos a la humanidad, y no como ellos que han sabido explotar la labor de los braceros extranjeros, y más tarde han establecido el problema, de la repatriación a sus respectivas naciones, y esto es que se apellidan DEMOCRATAS, cuando hasta el nombre del,honor ignoran; basta ya de palabras amistosas cambiadas con los Gobiernos Hispano-Americanos, ahora queremos hechos y si no hace justicia para lo que pudiese pedir la,juventud de Iber<rAmérica, que ésta no asista a una comedia, que tendrá por escenario el suelo de Norte América; aún tenemos una Patria inmensa, y queda mucha masa informe sin educación, que es la que
más detestan ellos: el Indio, que es carne y alma de esta América, cuna de Ñervo y de Darío, tenemos un territorio inmenso donde vivir y donde desarrollar nuestras actividades para el provecho propio. No hemos nacido para doblar la frente y ojalá que siempre la CIADE y todo su componente, laboren por el buen nombre de esta América, víctima de Wilson y de Hoover, quienes le han impuesto la paternal Doctrina Monroe, y cuya tendencias rechazan los que nacimos en la América de Colón, de Cor-tez, de Pizarro y de Balboa.
Federico BARRERA F.
Marzo de 1932.
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JUDAS DE K E RIO TH
(Viene de la pág. 15.)
detrás de una linde, entre unos granados florecidos, estaba Jesús, alto y, magnifico, envuelto en un halo luminoso, con los brazos abiertos, como si quisiera abarcar entre ellos toda la heredad de Judas de Kerioth.
X v^ron ?ue en a(lpel misuio instante la heredad se cubría de verdu-ra» y había cañas de trigo coronadas de espigas, y blancas higueras cargadas de fruto, y palmeras rectas, y altísimos cedros, y olivos, y toda una muchedumbre de arbustos y yerbas que embalsamaban el ambiente.
Las dos hermanas volvieron contando el prodigio de casa en casa.
Y después se supo que aquella misma noche Judas de Kerioth, eméndese el cuello con una cuerda, se había colgado de una rama.
LIC. OTILIO GONZALEZ.