La Chachalaca ____ ____ Allá por los últimos días de Junio cumpliré cuarenta años, y Jo que voy a referirte, amigo mío, acaeció cuando éra yo un rapaz, un (1glc»-tho hubiera podido recitar de cor<», sin tropiezo ni punto, los diez preceptos del Decálago. Sin enibargo; .el recuerdo de la pobre avegü'a no se aparta de mi memoria ni cito que se aparte de ella en los días de la vida_____ el pensamiento humano como el mar, sus cadáveres arroja. Así dijo el poeta en su admirable poema. Ciertamente, el cerebro es un océano siempre agitado, con frecuencia tempestuoso, cuyas olas arrojan implacables hacia las playas del olvido los despojos del pasado: esperanzas desvanecidas, ilusiones malogradas, sueños azules, ardorosos anhelos, vagas aspiraciones, nobles ideas, recuerdos regocijados, recuerdos tristes. Pero ¡ah! este de la infeliz avecilla, lleva liños seis lustros de flotar en al-tamar. juguete de las olas, sin que los turbiones de la adolescencia ni las tormentas de la juventud, ni las terribles y sombrías tempestades de la edad madura hayan conseguido arrojarle a la costa. Allí está, allí, siempre Potando sobre las crestas de las olas, lo mismo en las noches tenebrosas que en los días luminosos y serenos. Es como una gota de tinta en la página más-blanca del libro de mi vida. I L Una tarde calurosa, ardiente, una tarde primaveral. Un cielo sin nubes. pero inundado de Norte a Sud y de Oriente a Poniente por la calina como si humaredas lejanas, diseminadas en los campos, hubiesen espesado la atmósfera y extendiendo en la sabana, sobre hs arboledas, sobre los planteles de caña de azúcar un velo de azuliño crespón. A lo lejos el rio que nos enviaba de cuando en cuando con el rumor sordo de sus aguas, aire fresco y vivificante. A un lado, el viejo trapiche con su ruido monótono. Al otro el sendero rojizo, quemado por el sur, bordado de amarillenta grama de escobillares polvorosos, de estramonios marchitos que suspiraban por las lluvias de Mayo. Delante de la casa, en el césped, húmedo y fresco por el riego reciente, sobre el verde tapiz, la abuela venerable y cariñosa, calados los anteojos, repasaba las páginas de no se qué libro piadoso; junto a ella nuestra madre haciendo labor, y en la na tural y mullida alfombra, Ernesto, haciendo un pape’ote; la chiquitina. ¡a blonda Niní, muy entretenida con uu rorro, y yo, el pacífico Rodolfo, sacando de una arca de Noe, juguete en boga elefantes, camellos, cabras, osos, panteras, jirafas, gallos, gallinas, y unos hermosos y envanecidos pavos reales, cuya brillante cola de vidrio hilado se quebraba entre mis de..... dos------ Frente a nosotros, uno a uno, lentos pacíficos, sedientos, pasaban los bueyes camino de! corral. ¡Hermoso cuadro de la vida rustí ca! ¡Amable grupo doméstico que nadie hubiera contemplado sin envi-________ die! Al trazar esta* líneas, al coesigear en estas hojas fngti,as tan dokes y tiernas memorias, descubro por el ba; con, que tengo al frente, la casa de mis padres, la heredad de mis abuelos. Veo los campos, el bosque la debes, la vieja chimenea, de la cual asciende lentamente al cielo una columna de lumbre azul, y repito lo* verso* de Gutiérrez González: Ya ese fuego lo enciende mano ea-(traña. Ya es ajena la casa paternal . .. JI. Obscurece. El cielo ferina con ses mil luceros, v fulguran en hs chozas lejanas hs llamas del hogar. Ruido de caballerías vcyres de f*-les servidores, una sonrisa* en los labios de mi abuela, una exclamación regocijada de mi madre: Niní que se olvida de su bebé. Ernesto que se_W-vanta arrojando los carrizos y la na- ..... vaja-----¡ Es mí padre one vuelve de caza! ¡ Mi padre, con h escopeta'al hombro y el morra! repleto! Corrí a recibirle. Detrás de él venía Andrés, el criado diligente, el bondadoso amigo, el fiel Andrés a qníen mi padre, sin mengua de su autoridad ni menoscabo de su decoro, estítcaha y quería como a un hermano. -_____ —¡Al comedor!—-dec»a mi padre tomando la maco de Niní.—¡Al comedor! Les traigo muchas cosas____ La curiosidad y la impaciencia xf* hicieron correr. A >*oco entraba el feliz cazador, enlarando dulcemente con el brazo la cintura de la dichosa compañera de su vida. Pronto el morral estuvo vacío, y extendiendo en la mesa el producto de la jornada: un gazapo y media docena de perdices. El conejillo estaña tibio aún: hs aves yertas. De nieve padecían apse-llas patitas rojas ccmo el coral. Se hablaba de los incidente» de Ja cazaí pero nosotros no o;a«iíM rada, rn espera de las maravillas que nos habían prometido. NJaí se atrevió aS fin _-a nregunar: —— —¿Y nara nosotros? ¿Para nú? Sonrió mi padre con aquella apacible sonrisa de sus delgados labio»: brilló en ses ojos claros y siempre benévolos un relámpago de alegría, y sacó del morra1 colgado en bandolera un ramo de frutos morados, casi azules, un racimo de granadillas *íl v#»stres. y mostrándolo por lo alto de- —Para la señorita Niní..... La blonda nina dió un salto, queriendo atrapar las frutas que al pan to caveron en sus manos. —Para el caballero don Ernesto— —."Qué?—dijimos a una. —Para el caballee o don Ernesto y para Rodolfo, una cosita muy linda___ Adivinen.....¿Qué será? —¡Un niño de chupamirtos! —Un pajarito herido. —No. Caracolitos del almacigo------ ..... Mi madre sonreía: mi padre se g"»-zdnr en atormentar ncestra curio*! dud- Al fin hundid' la mano en la* pro- 6w6fa4cs *1 ■«rM-. y *we «eeetro, «rea terye. ee, íiMieti 4c se» ráa-radtóto* heraraeo». áeé desde cotonee* objeto de na otro» raídado*. aaeetra court iefr ooiptacíóe, <1 tema ínagota--Me de aaeatrae yttticie éCióedo *e-ró graade? Ccáado b veríamo* lo-gratita? íXo_b otríirant nanea gritar y revolver el eejfaero? ¡Qué de idae y reside*! ¡Q«e de líaée»1. ¡Có-ew> grítábnwe todo d sanio <6a: hay cacao............ ee tey ceceo’. La avecrá grák ee ybneeic pardo. trwte, íactww», que haré contráete coa b Haaeera nítida de k» y iiiiad o* nacido* en d «ewmo nido. No tardó ca 4dar a b madre adop- ¿í tira, y carapar por w* reepetoi, y. dáoaáta carao era, ai bvtcaba abrigo 4Hv h anche ni gt*taba de kw cuidado* maternale*. Geno rá k 4ne a Erue*to: —¿La cogen*»? —Xo. porque haba: e* arieca y huraña. ¿no lo ve»? Lo* pollitos nos conocen y no* quíwen. vienen a cooler arroz ee eecMra eaeo. mienfras eaa prieta ara*tadfca y canallona---- ¡Xo b quiera*! Me quedé *ólo e «Menté atraparla____Ea vano. La avecilb hrá— Hice dd eocrd un pueblo revuelto, y no sea pena hube de renunciar a mi* propósito*. -Terá >o tanta* gana* de acariciar y jugar con la chachabqni- Algmeo» 6a» despeé» renové la in-tcatoea. pero w éxito feliz. En la brega rae encontró Ernesto, y por ia noche, a b hora de la cena cnando meno* rae lo esperaba yo, prorrum- Papá: Kodolío anda queriendo coger la chachalaqwta— — —Xo hará talp-díjo mi padre—no to hará, porque yo se lo prohíbo. ¿Lo ha* oído? _____________ ____________