do ricamente; el no obedece tendí* que sufrir las coneecuendaa. ■n nuestro mundo vemos loe resultados del pecado, penalidades que han venido porque no se obedecieron loe mandanien-toe de Dios. No nos olvidemos que hay un padre amante que nos cuida, un Cristo que es nuestro Salvador y una Biblia que es nuestro libro de guía. Obedecer y confiar en Jesús, Es la regla marcada Para andar en su Lus. Orocióa: Padre, has que te obedezcamos y seamos fieles a las grandes verdades de la Biblia. Amén. Lecetén de la Eeceela IT—linlrsl para el II Hielo: Eeeqeiel: Pastor de se Pueblo. pB*je: Esequiel 1:1-1; 1; 14:15-11; 14. L. 9 de septiembre: Llamamiento de Eze-quiel, Ezequiel 2:1-7. "Este ha sido un día muy difícil para mí", dijo un niño a su madre. "La mamá de Guillermo me dijo que lo buscase y le dijera que su patito mimado había muerto" Luego añadió: "Es difícil dar malas noticias." Esequiel fue portador de malas noticias a su pueblo, no por un día, sino por muchos años. Cuando fue llamado, supo que tendría una vida de penalidades y de persecución. Durante seis años antes de que cayera Jerusalem, mientras estaba desterrado, presentó el mensaje de advertencia de Dios a sus hermanos hebreos. En el día de hoy. Dios manda un mensaje de advertencia a los padres para que se lo den a sus hijos, los maestros de la escuela dominical para sus alumnos y los negociantes para sus amigos no convertidos. Aunque las personas no acepten o escuchen el mensaje de Dios, esto no nos exime de la obligación que tenemos de hablar de Dios. H. L. Oradó*: Padre nuestro, dános valor y sabiduría para dar un buen testimonio de ti. Amén. lí. 10 de septiembre: La tarea de Ezequiel, Esequiel 3:4-11. Era tiempo de huracanes, y se había anunciado que llegaría uno. Todos los bo-¿ tes chicos habían vuelto a tierra, y se q estaba pidiendo que las personas que vi-X vían cerca de la costa evacuaran sus casas. u “Mi casa es muy fuerte", dijo un señor • obstinado. “Nunca hemos sufrido un hu racán en este coste. Yo estaré bien. ¡Que el huracán ruja cuanto quiera!" Cuando cesó el rugido del huracán, buscaron en vano la casa fuerte donde vivía aquel hombre, y semanas más tarde encontraron su cuerpo que las olas llevaron a la coste. Una advertencia no provee una puerta de esperanza, un modo de escape. Los meteorologistas que estudian los cambios atmosféricos pueden encontrar estos vientos destructores en el Atlántico o en el Golfo de México, etc., seguir el camino de la tempestad, y advertir del desastre a los lugares que están en su camino. Estas personas son nuestros amigos. También son nuestros amigos los ad-vertidores del Señor, como lo fue Ezequiel; personas que saben y respetan las leyes divinas de Dios. Ven el aumento grande del pecado, siguen su camino mortífero del crimen y del pecado, y advierten la destrucción amenazante de la moralidad de la juventud y de la debilidad que existe en nuestras vidas cristianas. Tales advertencias pueden ser un camino de escape si hacemos caso a tiempo y cambiamos nustro modo de ser. H. L. Oración: Ayúdanos, Padre nuestro, a obedecer tus mandamientos. Amén. M. 11 de septiembre: Responsabilidad individual, Ezequiel 18:20-30. Dios desea que todas las personas se vuelvan a él y permanezcan fieles. El quiere que todos sean salvos, y ha provisto el medio para lograrlo. Si el individuo desea en verdad volver a Dios, lo puede hacer. Si no vuelve a Dios es falte del pecador y no de Dios. El mirasol está hecho de tal manera que no puede menos que volverse hacia el sol. Nosotros los humanos, no tenemos forzosamente que volver nuestro rostro a Dios; pero el testimonio de los que lo han hecho a través de los siglos nos prueban las grandes bendiciones que vienen al hacerlo. H. L. Oración: Padre nuestro, haz que te dediquemos todo nuestro ser para que seamos dignos de las bendiciones que tú derramas sobre nosotros. Amén. J. 12 de septiembre: Visión de Esperanza, Ezequiel 47:1-10. Ai tirar una piedrecilla a un estanque de agua ¿qué sucede? Primero, se produce un chapoteo, luego en la superficie del agua se forma un círculo, y luego otro y otro cada vez más grande, hasta que en todo el estanque se nota la influencia de la piedrecite que ha sido tirada. Así son las influencias que emite la 41 IL HOGAR CRISTIANO