PAGINA DIEZ SALTILLO COMERCIAL iuuuuii>iuunuLuiuuuii!uiHiiumiiHHMHiiuinm*u7uiHrnmuiunmiuiiuuiiuu«iiuHiiiuuuuiiuinuuiimiiitiiiiuiHHiuLuuwuiuwiiiiujuiiiHiiu«muJiramHiuuuiuuinniiimimuiilmiiumuumminiunn!irrnnm«iinrim. la Fusión de los Servidos lelefúnicos I i - ..........................................................................■■■■„tu»iw»Hiwmn.u.»»Tmwwni.in»riu»Hmilm»umiiniHlliunm»m»»n».mmHmnin! La Prensa, de la Capital ñas info rimó a mediadas del mes de Febrero que la Secretaría de Comu mcacíones había «comisionado a! Director General de Correos para llevar a cabo un estudio sobre la fusión de las emipresas telefónicas que vienen prestando eñ servicio respectivo en nuestra República, haciéndose público el criterio de dicha Secretaría en el «sentido de considerar infundado el que los elementos comerciales en grian número de ciudades del ipaís, se vean obligados a usar y pagar dos ise.rvicios telefónicos, haciendo hiu capié asimismo en las economías que han logrado ambas empresas con la automatización de suís servicios y mencionando además el hecího de que en Icis Estafólos Unidos las Autoridades Federales «consideraron necesario in vestigiar la «situación financiera de lJ«a American Teh^diOne ^jid Telegraph Co., compañía matriz o controladora de las empresas de teléfonos en aquel país y en muchas partes del mundo para definir si era de exigirse una reduc ción de sus cuotas. Sobre este asunto uno de nuestros socios nos ha enviado , un editorial que se publicó en el DIARIO de LOS NEGOCIOS de la Capital, suplicando su reproducción por considerarlo de oportuni dad e interés. A Costillas del Público Editorial publicado en el Diario de los Negocios. ¿Quién dijo que el mexicano revoltoso, siempre digpuesto a ia crítica y a la indisciplina? Bastante equivocado estaba el que qm.jtíó esta ctpi&ión; hubiera «sido ""«riiás exacto decir que el mexicano Ky los extranjeros que viven en México) son los más pacientes y Bufriidos homMes. Y va una «prueba: Desde hace muchos años, México tiene la -desgracia de contar con dos compañías telefónicas, de manera que cualiquier hombre de negocios, ipara ponerse al alcance de todos sus -dUenteS, necesita tener dos aparatos en su oficina y pagar dos servicios. A nadie Se le ocurrió llamiar la aitención de los interesados (o mejor dicho, de las víctimas) y suererírles que po1* medio de un plebiscito, escogieran la empresa que mejor servicio daba, renunciando en miasa al servicio de la otra, Y efata apatía fue tanto más notable que una de las dos empresas -duba un servicio pésimo sin contar las constantes huelgas «durante las cuales no daba servicio, pero sí cobraba “el servicio,V Con la muerte de Kruger y la deMrucición del trust sueco, la Ericsson compró la Mexi cana: lógicamente se podía cope rar que una sola empresa, .propie tarta de las «dos redes, fusionaría estas para evitar al público la do ■ ble carga de dos teléfonos dizque competidores. En lugar de esto, el servicio de la Mexicana ha ido desmejorando de tal manera que •es evidente -la inten'ción de la em presa de iadquiri,r el control, pero siguen funcionando dos redes como entidades separada® sin in -tercomunicaoión liara el público. De esta manera, la única empresa que controla las dos redes cuenta cen unos 20.000 teléfonos duplicados que le producen alrededor de $200,000.00 al mes y que desaparecerían el düa en que sólo hubiese una red o que se admitiese la intercomunicación que en este caso sí constituyen una verdade ra ‘Plusvalía” cobrada ai come” cic. Más aún, cuando se estableció el servicio automático las empresas telefónicas irealizaron una fuerte, economía, pues una de ellas redujo su ¡personal en mé ■de 300 pe senas solamente en la capital. De esta economía no hizo participar al público con un solo centavo ya que las tarifas siguen exactamente al mismo nivel que desfdie hace años... por el contra -rio, en algunos casos, se aumentan actualmente dichas tarifas por la supresión de las cuotas más bajas. Cuando el Comercio de esta capital se deja esquilmar $200,000.00 al mes o sea cerca de dos millones y medito eíl año, sin una palabra de protesta, esto es una prueba de mucha paciencia.. .par no diécir otra cosía.