LAP ENLTMBRA.
5 millones de anos para Hegar a nuestro planeta.
De esto se deduce, que la luz que estamos reía hiendo de las estrellas, no es la del presente, sino la que se desprendió de ellas hace muchos anos. Y probado como está, que la luz es Ja (pie nos comunica los objetos, resulla que las estrellas que actualmente vemos, no son en realidad como existen al presente; sino corno existieron en el momento de que de ellas se dosprtmdió la luz. De consiguiente, si en este momento se des<pii-ciara todo el firmamento, reduciéndose á la nada; nosotros no lo advertiríamos, sino después de mucho tiempo, y conforme la distancia de cada uno de los astros: al segundo veríamos desaparecer la Luna, á los ocho minutos el Sol, á los cuatro anos la primera estrella de Centauro, á los setenta y dos años, (Jape.Ha, y asi sucesivamente iríamos viendo desaparecer todas las constelaciones, hasta que por ultimo, después de cinco millones de años, viéramos desaparecer las nebulosas que apenas percibe nuestra vista.
Otro fenómeno no menos admirable puede o-frecernos la luz, y es, que sí nosotros tuviéramos facultades de poder hender el espacio ¡nñnito, como lo podrá algún dia nuestra inteligencia, llegaríamos á conocer todas las edades del mundo desde.mucho antes de su formación, con solo caminar Inicia donde nuestro globo ha refractado su luz desde el principio de su ser; porque en los rayos de luz van fotografiadas las faces de todos los instantes y de todos los siglos. Asi es, que si (pusiéramos ver en este momento el sacrificio de Cristo en el Gulgota, lo veríamos elevándonos á una altura de 4,000 billones de leguas, punto en que irán los rayos de luz (pie en aquel supremo instante refractó nuestro planeta: y ascendiendo mas y mas iríamos viendo la revelación del Sinaí, la catástrofe del diluvio, y asi sucesivamente pasando de una en una las e-tapas de la humanidad, lo saludaríamos á nuestro paso al hombre d(4 paraíso, y contemplaríamos los infinitos periodos geológicos y las revoluciones y cataclismos seculares, (pie tuvieron lugar en la formación de nuestro globo.
Y si todos estos encantas y maravillas, traslucimos en la luz de nuestro $ol cuya naturaleza es inferior á la de las demas estrellas, y en que no percibimos á la simple vista mus (pie un solo color, (pie el prisma nos lo multiplica combinándolos en la variedad de todos los objetos. ¿Pues cuales no serán las múltiples combinaciones y los infinitos encantos de esos sistemas binarios. o de dos colores, que el telescopio ha descubiei-lo en las regiones siderales? Si la luz de nuestro Sol se refracta de tantas y tan variadas maneras, ofreciéndonos tantos y tan poéticos encantos. ¿Qué de bellezas y sublimes efectos no se reproducirán en esas' fnansiones tie luz y de esplendente claridad?
Mi vista desfallece ante tan elevadas contemplaciones: pero mi espíritu .remontándose mas y
mas en los abismos de la luz. (mtrevé algo de lo eíereo, de lo espiritual é indefinible por la ciencia humana; y allí donde la vista no alcanza, donde nuestras facultades materiales no penetran, nuestra inteligencia se eleva en místicas contemplaciones y se interna en ese mundo ex-tratelescópieo que solo el pensamiento puede descubrir, y el alma puede contemplar, elevándose mas y mas en las regiones del infinito.
Otras muchas consecuencias pudiera citar originadas de los datos (pie la ciencia nos ha suministrado respecto de la luz y de los astros; pero las dimensiones de este artículo, no me permiten extenderme mas sobre el asunto; y si me es dable, en los números siguientes continuaré mis ensayos científicos, confiando siempre en la benévola indulgencia de mis lectores.
Josk Ma Cahdexas.
VARIEDADES.
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------- mXr. -----
I.
Ayer, (pie tu semblante
Mostrabas halagüeña. Diciendo que me a malms ion todo el corazón:
Que fueron realidades
Lo <pie antes era un sueño Tan puro, tan divino.
Tan bello, tan risueño Que nunca había encontrado
Mi vaga inspiración:
Ayer, que de tus ojos
Nadan las alboradas Tan tiernas y apacibles
Curando mi dolor: Ayer que candorosas ,
Tus célicas miradas, Por mi alma recogidas. Por mi alma acariciadas, Contábanme el secreto
Del fuego de tu amor:
Ayer en que tus labios
Dijeron tus amores. Diciéndoine. yo te amo.
Yo te amo hasta morir: Ayer, en que natura. Los pájaros, las ílorss.
Los can tos y los goces.
El sol y sus fulgores. Sonrientes me ensoñaban
La luz de! porvenir: