6 El Mensajero Bautista po en donde no hay un obrero ni una iglesia precisamente por falta de recursos? Diréis acaso que es imposible, que estáis muy pobres y que los tiempos son muy malos. Pero, hermanos, nada es imposible en tratándose de la Bendita Causa cuando germina en nuestro corazón amor y buena voluntad, y menos cuando Dios está con nosotros para coronar la obra. Para Dios no hay imposible. Si alegáis vuestra pobreza, no penséis que sólo siendo ricos podéis hacer grandes cosas, porqu«t.en realidad los pobres han sido los que han hecho o han dado más para la propagación del Evangelio. Recordad por ejemplo la ofrenda de la viuda de quién Cristo hizo tanto encomio. Haced vosotros igualmente. No esperéis que los tiempos sean mejores para hacer vuestro deber. Que por la causa del Señor debemos laborar con igual abnegación en buenos y malos tiempos. iiPcr lo tanto Iglesias Mexicanas, “AHORA O NUNCA" manw a la obra!! J. G. B. —-Bien—repuse, y al lado derecho y aJ izquierdo de la linea, escribí: MUERTE PERDICIÓN INFIERNO TINIEBLAS ♦CONDENACIÓN DiSDICHA SATANÁS VIDA SALVACIÓN • CIELO LUZ LIBERACIÓN FELICIDAD DIOS ¿En cual de los dos lados se encuentra usted? Comprendí que esto había llamado la atención del anciano, pues la mirada anciosa que en mi fijó, probaba de una manera evidente que el pobre hombre entendía todo lo que antes le había dicho. —¿En cual lado se encuentra usted?—volví a preguntar en tono serio. —En el lado de la perdición—respondió con timidez. —Y yo—respondí—me alegro oírselo decir, pues estas son las primeras palabras de verdad que acerca de sí mismo le he oído pronunciar. Y como quiera que está usted del lado de la perdición, y no hay sino otro en el cual usted puede hallarse este otro ha de ser necesariamente MUERTE o VIDA Cierto día, cuenta un cristiano, después de una prolongada conversación con un anciano a quién hablé de su alma, viendo que era inútil cuánto le había dicho, elevé mi corazón a Dios, rogándole me ayudase a presentar la verdad a aquel pobre -pecador que, neciamente confiando en su propia justicia y buenas obras se acercaba a la eternidad sin preparación alguna. Trace con mi bastón una línea en la arena. —¿Ve usted esta línea?—le dije. —Sí, señor—respondió. el de la salvación. Estando actual mente perdido por completo, usted puede ser salvo de una vez y para siempre por la fé en el Señor Jesucristo. Creer en Jesús es pasar de de uno a otro lado de la raya; o mejor dicho, el pecador perdido que confía en el Cordero de Dios, Cristo Jesús, ha pasado del poder de las tinieblas al reino de Cristo. Ni sus esfuerzos, ni sus buenas obras, ni sus buenas resoluciones, ni sus oraciones tienen poder para transladar a usted del infierno al cielo. Sólo Cristo puede hacer tal obra, y lo hace cuando se lo pedimos con deseos ardientes. El no nos rechaza; puesto que ha dicho; “El que a mi viene no le hecho fuera." Lector, ¿en cual lado estás?