oAdxvüaleA LOS días del 16 al 20 de julio serán de trascendental importancia en la obra evangélica en los países de habla española y especialmente en México, pues en estas fechas se reunirá en la ciudad de México el CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE EDUCACION CRISTIANA. "En una época como la presente," dice en parte el interesante programa, preparado para esta ocasión, "cuando la prominencia del pecado es desalentadora, los delegados al Congreso encontrarán su fe y su valor renovados y fortalecidos por la adoración, la música, y los discursos en las sesiones generales; por las interesantes discusiones en los diferentes grupos; y por el compañerismo con personas de otros países. En este compañerismo se encontrará uno de los valores fundamentales del Congreso." Tres son los propósitos principales de esta reunión, a saber: 1. Un discernimiento más profundo de la obra, los obstáculos y las oportunidades que la Educación Cristiana tiene que enfrentar en su marcha al tratar de hacer su parte en la evangeli-zación del mundo en este día y en el futuro. Este discernimiento debe ser el resultado de un énfasis más marcado en las eternas realidades de la fe cristiana; un examen del significado para la Educación Cristiana de las tendencias e influencias de la época presente; y la consideración de los obstáculos y las oportunidades con que la educación Cristiana se enfrenta al ayudar a edificar la clase de mundo que los cristianos esperan tener en el futuro. 2. El congreso es de un carácter internacional y no debería de duplicar la obra de convenciones locales y de escuelas de entrenamiento. Tratará de indicar algunos de los planes más eficaces que so pueden usar en el extendimiento y mejoramiento de la educación cristiana en cada país. 3. Renovación de la inspiración para enseñar la religión Cristiana en una época como la presente. Por todos motivos esta reunión debe interesar a los obreros de habla española en el suroeste del país y esperamos que muchos puedan asistir y prestar su contingente para el éxito de este Congreso. UN lector escribe al editor de una- de las public caciones religiosas del país la siguiente carta: En este país, nosotros los 'Cristianos' aceptamos el evangelio social de la Biblia, poniendo gran esfuerzo, sí, un esfuerzo casi supremo para hacer nuestro servicio cristiano efectivo. En el nombre del Cristianismo hacemos esto—hermoso como es— pero no admitimos nuestra necesidad de Cristo como Salvador ni realizamos que aquellos que tratamos de ayudar encuentran su salvación únicamente en Cristo Jesús. En este día la gran multitud de manos necesi tadas que se extienden a nosotros son una evidencia muaa que, como cristianos, hemos estado más preocupados por el hambre y los sufrimientos físicos del hombre que por su necesidad de un Salvador. Hemos servido, pero no hemos traído a los hombres a Jesús." Dios tenga misericordia de nosotros si a la medida de nuestras fuerzas no tratamos de aliviar las miserias humanas que en todas partes nos rodean, sinembargo, como obreros de Jesucristo no debemos pasar por alto que nuestra misión principal es traer los hombres a Cristo y nuestro servicio o cualesquiera otra cosa que hacemos en el nombre de Jesús no son mas que medios para la realización de nuestra meta fundamental como cristianos. Ya el Señor lo dijo: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas os serán añadidas." LA PROMESA de Jesús a los suyos fue que las puertas del infierno no prevalecerían en contra de su Iglesia y en estos días cuando la Iglesia está siendo el objeto de sus más rudos ataques bien es que los cristianos consideremos el significado y poder de la Iglesia. Por iglesia entendemos todos los hombres que viven en este mundo o en el otro, que han tratado de hacer a Jesucristo el centro de sus vidas y el objeto de su fe y amor. Una organización es o debe ser una señal de vida y un medio por el cual la vida puede ser conpartida a los demás, por lo tanto, una organización que ha dejado de compartir esta vida ha perdido su valor y se ha transformado en un mero esqueleto. El apóstol define la Iglesia como el cuerpo de Cristo donde el espíritu del Señor vive y se manifiesta de una manera real. La Iglesia, consebida en los términos anteriores, no puede ser destruida pues así como Jesús prevaleció sobre las intrigas de los suyos y de su mundo y aun sobre la muerte misma, élla que es el cuerpo mismo del Señor, triunfará de todos los ataques del mundo. Se dice que el conquistador Tito al entrar triunfante a la ciudad de Jerusalem después de la heroica resistencia presentada por los judíos lo primero que hizo fue ir al Templo para ver al Dios por el cual los judíos habían peleado tanto y tan denodadamente pero al penetrar el lugar santísimo y no encontrar a ningún dios exclamó: "No hay nada." No sabía el conquistador que Dios es espíritu y que no puede hacérsele prisionero y al fin llevará a los suyos a la victoria. Las palabras del Señor a su Iglesia en esta hora de crisis son las palabras que diera a los suyos cuando los mandó en contra de un mundo enemigo: "He aquí yo estaré con vosotros hasta el fin del siglo." Página 3 g)( THÍS DRAWtN6 IS SUeSTAWONtO FOR PRINTOUT FROM MICROFILM