o Jefe de Redacción: La libertad de Imprenta no tiene más límites que el respeto i la vida privada, la moral y A la paz pábilo* —Art. 7 o de la Constitución. 77V AÑO I-—2a EPOCA. en era a on Periódico Independiente de combate. Director: RICARDO PEORES MAGOS OFICINA81 505 W. Nueve Street.-1*. O. Box, II33. SAN ANTONIO. TEX. E. U. A.—Noviembre 19 de 1904. Cuando la República pronuncie su voz soberana, será forzoso someterse x dimitir.—GAMBETTA. Administrador: JEnrique Flores Magon TOMO III.-No 3. Porfirio Diaz no es la Patria lucha desde el Extranjero. Los opresores de los pueblos siempre han ambicionado rodearse de un prestigio divino, para ofrecerse á la vista de la multitud como sé-res formados de una substancia dis tinta al grosero barro de que está formado el resto de los mortales. Esa tendencia á divinizarse no es un fenómeno .sin explicación: es completamente natural, es una consecuencia de la característica soberbia de los déspotas, á la vez que un medio que les sirve para ocultar sus deformidades, poniendo entre 1* multitud y ellos el misterio que envuelve á las ficciones místicas. Los déspotas de todas las épocas han sido á la vez que jefes del Es- hecho y se hacen pasar como los representantes de un sér sobrenatural. \ En virtud de su naturaleza divi-■a. los déspotas nunca han permitido, ni permiten, que se les discute. Sua actos, bueno* 6 malos, son actos que ningún mortal puede disentir, pues que ésto equivaldría- á tanto como discutir los misterios divinos, cosa que sólo los herejes 6 loe impíos pueden hacer. -Teniendo esto en cuenta, es natural suponer que el ultraje inferido al déspota, es considerado come unlz La Patria no puede ser un hotn-altraje hecho á la divinidad; que la discusión de los actos de un déspota, ea un delito que merece el calabozo ó la horca. En la presente época los déspotas divinizados son escasos. Pocos son los que 6 pesar de la civilización recurren al expediente celestial para ponerse fuera del alcance E1 terror ha sido el arma del Gral. Díaz. Por medio del terror ha hecho creer á los imbéciles que él personifica la Patria y que es intocable, sagrado como fetique indio é indiscutible como dogma mahometano 6 misterio católico. Mas como,el terror por si solo es i npotente para sojuzgar, conciencias, porque en las conciencias hay ideas y las ideas solo pueden ser combatidas por otras ideas, el Gral, Díaz estableció un sistema de propaganda que con el auxilio de la fuerza ha logrado hacer creer á las personas desprovistas de sesos que él I personifica la Patria. Los inmundos periódicos que regentean Rafael Reyes Spíndola y । Francisco Montes ’de Oca, El/mA parcial y El Popular, secundados j por una falange de escritorzuelos sin ; pudor, se han empeñado en sostener | que la Patria es el hombre que causa la ruina de la nación. No; Porfirio Díaz no puede ser la | Patria. Comparar á la Patria con el | César que la oprime, que la encadena y que pesa sobre ella con la pe- ¡ sadumbre brutal de la soldadesca, I es lisonja de abyectos 6 genuflexión I de esclavqs. ¡Respondan los tartufos; contesten los hipócritas; que hablen los serviles! Venir al Extranjero para exhibir una tiranía odiosa que deshonra á la Patria, es acción honrada. Al criminal debe denunciarlo todo hombre honrado; solo los afeminados, solo los cobardes, solki los eu» nucos, pueden ver con calmil que el malhechor viole sus Logares y ub traje á fus familias sin que la ver giienza encienda sus rtístros, sin que la indignación rebose en sus almas, sin que el coraje apretar los puños. ¡Y son mexicanos los peran nuestra actitud 1 los haga que vitu-¡ Tienen nuestra misma sangre eses infelices que nos llaman malos mexicanos! Deberían vaciarse las arteria