- - Cartas de Leonor - -
(Las Ultimas njodas)
Mi querida Luisa: De intento be dejado transcurrir varios días sin contestar tu linda carta esperando que en las vitrinas de las tiendas apareciera algo novedoso , que atrajera mi atención y mereciera que te lo contase; pero aun cuando mis deseos de complacerte han sido muchos no encuentro nada digno de mencionarse en todo lo que he visto: sin embargo voy a hacerte crónica de lo más aceptable que he encontrado. El sombrero ‘postilón” triunfa en toda la línea, pero a mi juicio esta será una moda que no dure mucho *‘ti» el cartel,” es muy atrevida, muy audaz y no vá bien a todas las cara:, para llevarlo se necesita t^ner eso que los franceses nombran “chic” y que allá en nuestro México llamamos “tener angel.” Hay otras muchas formas además: hay modelos para todos los gustos, el “sailor” todavía no nos abandona: y es que- es una forma que se adapta a casi todas las fisonomías; el otro día vi en una tier da uno de este estilo en terciopelo negro, llevaba como único adorno al’ frente una tela da araña de seda blanca extendida sobre la copa^ y parte de la falda del sombrero: en el centro de este gracioso telar tpnia una luminosa araña plateada; parece que este es el último estilo en lo relativo a fantasías de sombreros; -yasi todas consisten en graciosos animalitos de «seda o de abalorio con largas y esbeltas antenas y ojillos lucientes y vivos, por lo que se refiere a velo; hay una inmensa variedad y la mayor parte primorosos; a tí que tanto t * gusta llevar velo no te sería difícil escoger uno que te satisficiera enteja-mente pues los hay muy lindos.
Los vestidos no me gustan mucho, muy cortos, muy holgados y todos invariablemente con piel al borde de la falda, piel a la orilla del chaqne-tin y piel a" la extremidad de la manga y en el cuello; como ves es un<* monotonía horrible; estos yankees in venían un modelo y con eso se creen salvados del compromiso. ¡Qué faL ta de inventiva. Dios mío!
“L’Ilustration” de París nos trae como figurín en su último número la silueta de una hermosa mujer enlu tada: tal vez queriendo significar que esa es la moda que reina hoy en París; pero es tan interesante la figura, se ve tan linda, que se convence uno plenamente de que las francesas son siempre hermosas y elegantes aun cuando vayan ataviadas con tocas y crespones y lleven los ojos llorosos.
Se me olvidaba decirte que en lo que hay muchos nuevos estilos es en medias y zapatos; por supuesto que no te voy a ponderar esas horrible.» medias con olanes que son la última novedad; no. hay otras discretas y de buen gusto, negras con bordados pe-queñines en blanco, otras a rayas grises y negras y otras en color bronceado que tan bien van con zapatos del mismo tono; en cuanto a zapatos
- Ultimos Estilos

Modelo de puño y cuello
los hay muy bonitos; casi todos vio - , nen con piel en la parte superior pero hay algunos enteramente lisos de piel finísima en colores diferentes eme deben armonizar con el tono del traje que se lleva; pero hay unos tan extravagantes que mueven a risa; figúrate son unas verdaderas botas militares de cabritilla lisa y enteramente ajustadas en la parte inferio» y holgadas y haciendo pliegues al subir, hatsa terminar en una ancha franja de charol negro; yo al mirarlas de pronto dudé si serían para da mas o para soldados de caballería.
Pero basta ya de charla, vente pron to y verás con tus propios ojos lo que te acabo de contar, deja .ya el campo, ya es tiempo de que regreses a
I ■
de los .últimos estilos.
la ciudad, la temperatura ha cambiado notablemente; estas últimas noches han estado verdaderamente frías, y los dias sumamente agradables.
No te . prometo grandes divertí mientos pues ya sabes que aquí solo cinematógrafo tenemos con sus películas de luchas entre indios y cowboys donde invariablemente ganan e» tos últimos: ni una compañía maleja de ópera, ni de zarzuela, ni aun siquiera de tandas; cuando mucho ha brá “vaudeville” pero ya sabes que Jos que por acá se estilan son como ensalada sin sal por lo sin gracia.
Adiós ’ querida, muy pronto te espera tu. devota amiga.
LEONOR.