y tiene un procedimiento paki extirpar la matriz' sin utilizar las pinzas de ligadura, como consta a varios doctores del Hospital de Santa Rosa, de esta ciudad. Tiene, asimismo, observaciones personales en transplantaciones de huesos y articulaciones, que ha llevado a la práctica, con resultados satisfactorios, en el propio Hospital de Santa Rosa. En el año de 1909, hicieron una visita a México, con el exclusivo objeto de asistir a una operación del doctor Urrutia, los eminentes médicos americanos Chas E. Bowers, W. A. Wood y A. F. Vanee. Y ante ellos practicó la dificil resección de la cadera, con anestesia raquidiana de cocaína, que manifestaron empeño en ver aplicar los cirujanos americanos. El éxito fué brillante y obtuvo nuestro com4>atrióta calurosos elogios de sus huéspedes. Además, el doctor Urrutia dispuso una exhibición cinematográfica en la que les hizo ver una laparotomía para la extracción de un tumor de vientre y la extirpación del maxilar derecho. En el mismo año de 1909, el doctor Urrutia llevó a cabo una operación quirúrgica sin precedente. Encontró un gran tumor que, teniendo como punto central el “ciego", se extendía al intestino “delgado,” obstruyéndolo en una buena extensión. Comprendía el uréter y el riñón del lado derecho. abarcaba el colon ascendente el colon transverso y terminaba en la parte correspondiente de la “s” iliaca, donde formaba un gran estrechamiento. Abierto el vientre, el caso parecia desesperado. En estas condiciones, los cirujanos cierran el vientre, dejando el tumor: o, "según los procedimientos europeos, se hace la anastomosis de los intestinos con la ‘‘s’’ iliaca, como recurso paliativo que, a la larga, acaba con el enfermo. Sin embargo, el doctor Urrutia resolvió, dada la poca edad del paciente, llevar a cabo una operación radical, extirpando todas las partes enfermas, incluida la porción intestinal, el colon, el ciego las válvulas, el riñón, el uréter, etc., y estableciendo conductos artificiales para el paso de los líquidos y para la salida de los excrementos, ajustándose a una técnica rápida y a una ejecución correcta que dejara los órganos en condiciones parecidas a las que ocupaban normalmente. Esta operación, —cuyo símil sólo se ha practicado en animales,— fué ruidosamente aclamada por el entonces Ministro de Instrucción Pública, don Justo Sierra, —inocentón que sabia apreciar el mérito,— quien felicitó al doctor Urrutia, diciéndole ante un grupo de estudiantes: “Dr. Urrutia. Así se hace y así se enseña.” El paciente, llamado José Ochoa, vive tranquilamente----- XXX Ahora el doctor se ocupa en sus trabajos profesionales. Tiene un magnifico consultorio en la Avenida C, y está escribiendo, en sus ratos de ocio, un resumen de la cirujia mexicana que le ha sido pedido, para antes de dos meses por el magazine “Annals of Surgery of Philadelphia." Que si ha figurado en política? Ya lo creo. Pero su personalidad en ese sentido es detestable. .Quiso ver la política, desde el punto de vista de la cirujia, y al practicar la extirpación de las llagas, se equivocó lamentablemente. ¡Todavía andan, por ahí, bichos a quienes hubiera convenido caer en manos de este habilísimo cirujano ! Algunos lo atacan por radical e intransigente. Y hasta le atribuyen cosas muy negras. Pero de esto sé decirte, lector amigo, que en boca cerrada no entran moscas. No me explico, sin embargo, cómo en ogro semejante, cómo un aterrador de esta naturaleza, pudo dedicarse, con todo cariño, al amparo del triste, a la ayuda del necesitado; curando a los pobres y, atendiendo a los desahuciados. A nosotros, por 1c. menos, nos atendió con solicitud y delicadeza. Nos dedicó expresamente una sala en su sanatorio de Coyoacán, que era atendida por los mejores médicos, y a la que puso, un título especial que decía: “Asociación de Periodistas Metropolitanos. Servicio Exclusivo." Y más después en el Hospital General, nos abrió una nbeva plaza, poniendo a nuestra disposición, todos los elementos con que aquella institución contaba. En fin, que no n.e explico el contrasentido. Y ahí lo tienes ahora. Trabajando en su profesión. “Haciendo patria". como él dice. ¡Habiendo patria, para que hoy, que tanta calamidad aflige a México, los extranjeros vean que los hijos de aquella desventurada República saben trabajar y saben honrarla con sus trabajos! Y creo, lector, que ya es inútil que me acompañes a ver al doctor. Hemos platicado largamente. Y casi, casi te he hecho su apologia. Conque abur! Alfonso ANAYA.