Caricaturas Precursoras del Cuartelazo o .0 No hay modo de ponerlo en el seguro 1 ‘Multicolor’ ’ Octubre 12 de 1912 El Bloque Renovador, en el memorial que presentó al Sr. Madero, del que hicimos un resumen en la crónica de la Decena Trágica, se quejaba amargamente de que tanto el Gobierno como los que formaban el bloque amigo de la administración, eran traídos a mal traer en periódicos y en caricaturas, y expresaban el temor de que lo que llamaban “procacidad” de la prensa de oposición, llegara a ganar a la opinión pública, y pedían, en consecuencia, que urgentemente se diera nuevo rumbo a la Secretaría de Justicia, haciendo que por conducto de los tribunales y usando “de los medios legales” quedara suprimida la prensa de oposición, para que ya no salieran tanto en. caricatura. Efectivamente, pocas épocas periodísticas han sido tan brillantes en México, y sólo es necesario rectificar la aseveración de los renovadores re lativa a que había peligro de que la prensa se hiciera de la opinión: la opinión era la que se había hecho de la prensa, la que le dictaba sus palabras. la que inspiraba los editoriales, las criticas, las vehemencias de la prensa seria, que no podía ser serena, y las sátiras, los epigramas de la prensa de caricaturas, que llegó a ser la mejor de todas las habidas en nuestras luchas políticas: y la opinión estaba unificada: era necesario que aquello terminara: había un desbarajuste que irritaba a todos y dejaba descontentos aun a los mismos de casa. Era una desorganización completa, y para comprobarlo, nada mejor que recordar que se deshizo como un castillo de naipes y no dejó sino escombros. Tan hondo era ese sentimiento que la libertad de prensa, justo es decirlo. más amplia entonces que nunca, inundó al país de órganos de oposi ción. y el único periódico del Gobierno, “La Nueva Era” no tenía ni fuerza ni prestigio ni influencia en la opinión, y hasta con recordar que at final de la decena trágica, el pueblo acudió a incendiar el edificio de ese diario, movido por propio impulso, y con zana mucho mayor que la demostrada en cualquiera otra ocasión en contra de otros periódicos. Los acontecimientos de Febrero fueron previstos por esa unidad de deseo: y no sólo, sino que fueron aconsejados por la opinión en masa. Las caricaturas que hemos reproducido del giyin “Multicolor,” vistas después de los hechos, a esta distancia, adquieren un gran relieve y, después de todo, a pesar de todo, hacen sonreír pensando en la gran malicia e inteligencia de nuestra alma nacional, que tiene lucideces tan clarividentes cuando para comentar u.i problema social, pone en juego nada más que el in-