EL ATENEO - REVISTA ESTUDIANTIL 25 Eíl <1^ La ■E3eux‘8u M. K1. Tu carne tiene a veces perfumes que acarician mi alma que anhelante la busca sin cesar, es blanca como el lirio fría como el mármol cuando en mi dulce calma la vo^ a acariciar. Pero se vuelve luego con un ardor que abrasa cuando mi ardiente boca la besa sin cesar, corre por tus venas en ve^ de sangre, lava... que incita sabiamente mi espíritu bestial. Por éso es que a tu carne tan sabiamente fría cuando en mi dulce calma la voy a acariciar yo la amo con ternuras y castas alegrías en las tranquilas noches de confortable paz. Por éso es que a tu carne que incita lentamente cuando en mi ardiente boca la besa sin cesar, yo la amo con espasmos de juventud ardiente que nunca agota todo su espíritu bestial. Edmundo Sánchez de la Fuente