Eaer® 1 4® Í92S. profetas antiguos? no era ninguno de que era mayor que BOSQb£JO DE LA LECCION ¡ti ¿Sabéis lo que es un mensajero? Hace poco hablé con un mucha-olm chico, de 15 años, que me platicó que ganó durante los meses de vacaciones como $90.00 como mensajero de una botica. Su trabajo era correr en bicicleta a llevar las medicinas a donde las necesitaban con urgencia. Hay mensajeros en el correo y en el express también. Ahora vamos a estudiar de un mensajero. Apareció en el desierto, vestía un tosco traje tejido de pelo de camello y comía langostas y miel montes. Predicaba en el desierto y muchos iban a él, a oir lo que decía y a verlo. Y decían: ¿No será éste Elias o alguno de los Se parece a alguno de ellos. Pero Juan el Bautista ios profetas y una vez dijo Cristo refiriéndose a él jeHós. Juan predicaba diciendo: *3 Arrepentios, que el Reino de \ los Cielos se acerca! Viene en ¡ pos de mí el que es más poderoso que yo, al cual no soy digno de ■ desatar encorvado la correa de y sus zapatos.” ¿Sabéis quién era r este personaje tan poderoso que í anunciaba Juan? Sí sabéis, ¡có- ■ mo no! Y Cristo mismo vino, después de unos días, a Juan para ser bautizado por él. Al principio Juan se resistía, por su mucha humilde d, pero Cristo le instó a que así debían cumplir con toda justicia y fué bautizado Cristo en las aguas del Jordán. Cuando El subía del agua descendió el Espíritu Santo en forma de paloma (leed esto en vuestra lección en Mareos 1:10,11) y fué oída una voz que dijo: Tú eres mi hijo amado; en ti tomo contentamiento. Yo quiero que reflexionéis conmigo un momento sobre un asunto muy importante para vosotros y para mí y es éste: ¿Eres miembro de tu-iglesia por haber recibido el bautismo? ¿Has aceptado a Cristo como tu Salvador? ¿Lees diariamente tu propia Biblia? ¿Has preguntado a tus padres, a tu pastor o a tus maestros de Escuela Dominical acerca del bautismo? Si no has sentido la voz del Señor, pronto El llamará a tu alma. No le rechaces sino déjalo que en ella domine y, si pide de ti que te bautices para ser miembro de una iglesia y tú has creí-4o,en verdad a su palabra para practicarla durante toda tu vida, no debes posponei este acto. Es mejor entregarte al Señor en tus primeros años, antes que tengas tantas diversiones y preocupaciones que ahora no conoces. Solamente que El requiere de ti una fe verdadera, si crees en El sinceramente nunca confiarás en nadie más, ni mucho menos te inclinarás ante los ídolos.