Lección XI. pago. >K >, HERALDOS DEL REY Diciembre 15 de 1929. BOSQUEJO DE LA LECCION A MADOS lectorcitos, la lección que vamos a estudiar nos enseña cómo portarnos, ya sea como amos, o ya como sirvientes. La Palabra de Dios nos dice que nunca se debe retener el pago de las personas que trabajan, porque es ofensa a Dios. Y ¿saben por qué? Porque los que trabajan, en su mayoría, dependen para vivir ellos y sus familias de lo que ganan. Imagínense ustedes, que a su querido papá no le pagaran su trabajo el día señalado y que por esta causa tuvieran que sufrir escasez. Quizá algunos de los niños lleguen a ser amos, y desde ahora, deben aprender a ser justos con los demás. Pero no sólo los amos tienen deberes para con los sirvientes, sino también los sirvientes para con los amos. Los sirvientes deben ser legales y justos en su trabajo. Cuando el amo no está presente deben trabajar con la misma rapidez y cuidado que cuando lo está; deben también cumplir con el compromiso que con él hayan hecho. Para enseñar este deber a las gentes, el Señor Jesús les relató la siguiente historia: Un hombre tenía una viña. Cuando llegó el tiempo de beneficiar el fruto, una mañana salió en busca de trabajadores. Llegando a la plaza encontró algunos hombres desocupados y los contrató por un denario al día, para que fuesen a trabajar a su viña. Durante el día salió tres veces más y encontrando a otros sin trabajo los mandó a trabajar a su viña, prometiendo pagarles lo que fuera justo. Al terminar las horas de trabajo todos se reunieron para recibir el Llamó primero a los que ha-bía empleado al último y en seguida a los demas y a todos les pago lo mismo: un denario. Los primeros no quedaron conformes, porque el dueño de la viña pagó a todos lo mismo; pero este los reprendió diciéndoles: ¿No me es lícito hacer lo que yo quiero con lo mío? Saludable lección para los sirvientes, que nunca están conformes con lo que ganan, y buena enseñanza para los niños que un día tengan que trabajar. lo mismo: un denario. Los primeros