132 LA VIOLETA. Y el antídoto está hallado.... La asociación mutualista obrará prodigios,señores, nuestra asociación para nuestras hermanas que sufrían, que veian obscurecido su porvenir, que ya sucumbían desfallecidas al sufrimiento, levanta su potente voz cociéndoles: ¡valor! tendiéndoles su salvadora mano y abriéndoles las fuentes de consuelo. Y el pequeño óbolo que gota á gota cae en aquellas fuentes, la caridad le convierte en un riquísimo manantial que fecundirá el antes estéril cam • po del dolor La mujer !la caridad! me complasco en repetiros estas dos palabras, por que ellas encierran en sí el mas subli me poema. ¿ Habrá misión mas grande que la que hoy llena esa preciosa mitad del hom bre que se llama mujer? ¿habrá emblema mas santo que el de la caridad que aquella ha adoptado f ¡Adelante hermanas mias! adelante y dejemos que el descreído mundo nos lance su indiferente mirada al se guirnos en nuestro camino,dejémosle que salude nuestro aniversario con su incrédula sonrisa. Nosotras, que tenemos allí en núes tros modestos archivos la historia de los dolores que hemos cruzado y las lágrimas que hemos curado y enju gado, caminaremos con firme planta, lleno de fé nuestro corazón, á"través de la ruta que tenemos marcada y si en ella están los obstáculos del mundo, allá en el porvenir nos espera la recompensa, que es la sublime, la consoladora sonrisa de la caridad, que satisfecha pedirá para no sotras las bendiciones del Padre Celestial hermoso sentimiento,excel so contra el mísero egoismo realidad del divino mandamiento á tu pró jimo como á tí mismo. Francisca Mamo de Avila. Monterrey, Oct. de 1893. Iva AtisaenciEi ele tina. Amiga. Palabra que hace á mi corazón apo dorarse de una profunda melancolía por la separación de uno de esos séres que Dios une con los dulces lazos de la bendita amistad, y del mas sincero cariño; un ser que desde la infancia hemos sido fieles á nuestra amistad, y cuando el dedo del destino marcó la hora de la separación, no pudo mé nos que ir á cumplir su misión según ios preceptos del Eterno. ¡¡Cuan triste es escuchar la palabra “Adiós”!!......ella hace sentir las fi bras mas delicadas de nuestro corazón y le hace derramar lágrimas bien amargas, vosotras sabéis, caras lectoras, cuánto conmueve esa palabra “Adios” pronunciada por una persona que verdaderamente se ama, y que está unida á nuestro corazón con ese lazo de preciosísimas y aromáticas fio res que une y hermana los corazones, cuyo lazo es el santo cariño. Serian las cuatro de una oscura mañana, cuando el fatal destino arrebató de mi presencia á mi queridísima amiga; mañana que conservare por siempre en mi mente juntamente con sus últimas palabras, mas no importa la ausencia ni la distancia cuan do fiel se ama. ¡ó^ran distancia nos separa en verdad!.. pero. ... no obstante.... diaramente le mando por el mas puro y sincero cariño con que la idolatro mis mas tiernos y dulcísimos suspiros de amor....y bendigo m i veces al Ser Supremo que nos permite conservar recuerdos de seres que tanto amamos en la tierra y sus recuerdos me acompañarán á pasar los umbrales del sepulcro...........!! 'Fontasa l-r. Rodrigue2. ' C. Mier, Oct. de 1893. No des cabida en.tu corazón á la envidia, ni á ninguna de las pasiones que te perjudiquen.