Lección IX. HERALDOS DEL REY Diciembre 1 de 1929. I.M.-L tó BOSQUEJO DE LA LECCION QUE ES el hogar? El hogar, queridos niños, no lo forman las paredes y el piso de la casa en donde vivimos. Este se compone del padre, la madre y los hijos. ¿Cómo agradar a Dios en nuestros hogares? En el texto áureo de nuestra lección encontramos el secreto: Honra a tu padre y a tu madre. Cuando los peque-ñitos respetan y obedecen a sus padres cumplen uno de los mandamientos de Dios y El se agrada de los que guardan sus mandamientos. Vamos a estudiar cómo el Niño Jesús agradaba a Dios en su hogar. 1. Crecimiento del Niño. Se nos dice que el niño crecía, y fortalecíase y se henchía de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él. El crecimiento del niño Jesús no se efectuó de una manera extraordinaria. Su desarrollo físico fué promovido por los medios que están al alcance de todos los niños. Comía alimentos sanos, bebía agua pura y hacía ejercicio al aire libre. Yo creo que el niño Jesús, como ustedes, amaba escuchar el trino de los pajaritos, seguir las pintadas mariposas y cortar flores para su mamá. Pero al mismo tiempo que el niño crecía, se fortalecía, es decir, su cuerpo se desarrollaba sano y no como el de aquellos niños que tienen el mal hábito de comer dulces, nieve o sólo las cosas que les agradan. Y aún más, a la vez que el niño crecía sano y robusto, se henchía de sabiduría, es decir, adquiría conocimientos. Jesús era un niño muy estudioso. Por último, se nos dice que la gracia de Dios estaba sobre él. ¿Y saben por qué? Porque la vida de aquel niño era agradable a Dios. Los pe-queñitos que siguen el ejemplo del niño Jesús están en gracia delante de Dios, porque él se agrada de los que hacen su voluntad. 2. El Niño en la Casa de su Padre. José y María acostumbraban cada año ir a Jerusalem a la fiesta de la Pascua. Cuando el niño tenía doce años de edad los acompañó. En aquellos tiempos lo viajes se hacían a pie y las gentes caminaban en caravanas. Sucedió que, después de haber permanecido en Jerusalem los días de la fiesta, los padres de Jesús regresaron a Nazaret. Al anochecer del primer día José y María buscaron al niño entre los parientes y amigos y como no lo encontraron se re-