24 El Mensajero Juvenil ¿Cuál es mi Deber para con los Descarriados? Leído ante la U. B. de Esta es una pregunta que cada uno de los cristianos debemos hacernos. Debemos entender que en la vida cristiana tenemos privilegios o bendiciones que los inconversos no tienen, pero también tenemos deberes o responsabilidades que cumplir. Somos en cierto sentido responsables de los demás especialmente de nuestros hermanos débiles. Por eso él apóstol escribió estas palabras: “Si alguno de vuestros hermanos cayere en alguna debilidad, vosotros los espirituales restauradle.’* Una de las más hermosas figuras o tipos que la Biblia nos presenta acerca de Cristo es como un pastor, como el Buen Pasor que cuida a sus ovejas hasta dar su vida en rescate por ellas y el mismo Señor Jesucristo en su parábola hace resaltar este cuadro perfecto mostrándonos al pastor buscando amoroso a su oveja perdida, dejando las noventa y nueve Jov. de Monterrey. que ya estaban seguras, y yendo quizá en la obscuridad de la noche, en el peligro de caer en algún precipicio, a encontrar a su pobre oveja y hallándola la pone con ternura sobre sus hombros y la trae al redil y entonces dice a sus amigos: Dadme el parabién, porque he hallado mi oveja que se me había perdido. Creo que este ejemplo debía inspirarnos en nuestro proceder para con nuestros hermanos débiles. ¿Habremos cumplido cristianamente con nuestros deberes para restaurarlos espiritualmente, o seremos responsables quizá de haberlos hecho resbalar más con nuestros gesto señudo y despectivo? Pensemos más en esto, y obremos más apegados al espíritu de Cristo que dijo: “Yo no vine a salvar a los justos, sino a llamar pecadores al arrepentimiento.”—Martín Gómez» -----O----- ¿Qué Parte de Nuestro Programa Denominacio-nal Puede Usar Nuestra Sociedad? Siendo ésta una de la varias preguntas que contribuirán al desarro-, lio de nuestro programa en esta noche, me limitaré a contestar ésta en unas cuantas palabras: Todos los que aquí nos encontramos sabemos muy bien que el principal objeto de nuestras denominaciones, o sean las iglesias evangélicas, todo su esfuerzo, propósito y actividades están dedicados a la propagación y extendimiento del evangelio por el mundo entero, para así hacer comprender algún día a todos esos pueblos que aún existen en la ignorancia, sumidos en la más triste de las situaciones, qué es lo que puede dar la práctica de esas idólatras religiones, que la única religión que puede hacer prosperar a los pueblos y sacarlos de la ignorancia es la que están extendiendo por todas partes nuestras denominaciones. Creo que éste sea un gran ejem plo para que nuestra sociedad pueda hacer una gran parte en el desarrollo de este programa mundial, para sacar a muchos de la incertidumbre en que han permanecido hasta ahora respecto al conocimiento del verdadero Dios. Esta pequeña parte de este grande programa lo puede practicar nuestra sociedad por medio de la actividad de sus miembros, así como de las comisiones que representan cierto grupo de miembros por determinado tiempo, a quienes está encomendado el desarrollo y crecimiento de la misma, temporalmente, para que al hacer entrega de esas comisiones a los nuevos grupos que la sociedad haya nombrado para su cuidado en un nuevo período, se tenga la satisfacción de entregar dicho encargo con algún fruto y teniendo la seguridad de que se ha hecho cuanto ha estado al alcance de cada uno hacer. —M. Rubalcava, Jr.