146 REVISTA EVANGELICA Marzo Y ahora me mandas comprar Cigarrillos, que yo nunca fumo: No me vuelvas, papá a engañar; Si un centavo no me quiere dar, Jamás lo compres en papel y humo ” Hubo una pausa y quedamos mudos; Sentí en el rostro el fuego del rubor; En mi garganta se formó un nudo, Y en mi pecho guardé el golpe rudo Que tú, hijo mío, lanzaste con valor. Admiro el valor de tu inocencia Y no siento en mi pecho enojos; Despertaste de padre mi conciencia Y una lección de amarga experiencia Aprendí con lágrimas en los ojos. El vicio de fumar a un lado echo; Lo hago, hijo por tu amante nombre. Y aquí dentro guardo en mi pecho, Lo que conmigo ningún hombre ha hecho Y tú lo has hecho sin la edad de hombre Espero, hijo, que tú comprenderás Que un pacto hacemos -delante del Gran Dios. Yo te juro que no fumo más. Mas tú tampoco fumarás jamás; Sea el Eterno testigo entre los dos. ------o----- El Desprecio del Mundo y el Amor y Servicio a Dios ¿Qué te aprovecha disputar altas cosas de la Trinidad, si no eres humilde, por donde desagradas a la Trinidad? Por cierto, las palabras pomposas no hacen santo ni justo, mas la virtuosa vida hace al hombre querido de Dios. Prefiero sentir la contrición, a saber definirla. Si supieses toda la Biblia a la letra, y los dichos de todos los filósofos, ¿qué te aprovecharía todo esto sin caridad y gracia üe Dios? Vanidad de vanidades, y todo es vanidad, excepto el amar y servir solamente a Dios. Suma sabiduría es, por el desprecio del mundo, ir a los reinos celestiales—Kempis.