LA VIOLETA. 278 tuario deí hogaire allí nó es el hombre fuerte y valeroso que no tolera una mala mirada ni aun de su principal, si se quiere; es el ser que depone su fuerza en favor de sus queridos hijos, y hasta se confunde con ellos proponiéndoles juegos infantiles y distracciones, cuando son pc-queñuclos: y jovenes ya, para el hijo es el mejor amigo,permitiéndose cier tas bromas para sus hijas y con un sí es no es de autoridad nos ve con alguna seriedad por las faltasen hacer lo que no es de su agrado y que quie re que corrijamos; pero pronto depone su enojo al mostrarle nuestro sa-lamero cariño porque jamás tiene valor para alzar la mano y correjir nos, y lo que á veces se ve precisa do en hacerlo con los hijos. Es el hombre, pues, como padre á quien adoramosdesde que venimos al mundo, porque desde que nuestros labios empiezan á formular las prime ras (races es lo primero que nuestra madre nos enseña, á pronunciar su nombre,y le vemos siempre á nuestro cuidado creciendo nuestro cariño ha ca él cada día más y más. Emilia. Monterrey, Marzo de 1894. Joven y hermosa,en su árente Empieza á brillar la idea. Ya la flor no la recrea, Ya con el ave no siente, bija en su abrasada mente La imagen del ser amado, No vivo sino á su Jado, El llena su pensamiento, Q n e e s s i e m p r e a m o r, s e n t i m i e n t o Que en el estío ha brotado. Mujer quizás desgraciada Es su intento todavía Salvar encantos que un día Le hicieron verse envidiada. Su adolecencia adorada Pahó, como esas auroras Del verano, encantadoras, Y al llegar su otoño triste Tan solo el recuerdo existe De aquellas felices horas. Pobre vieja, el tiempo aleve La arrebató sus hechizos Trocando sus negros rizos En suaves copos de nieve. Fué su juventud bien breve, Fué por demás pasajera Su risueña primavera, Y, como nada es eterno, A ella después de su invierno Solo la muerte le espera! jFulia de Asensi. “La Convención Radical Obrera.” LAS CUATRO ESTACIONES — DE — LA. "M U J K R . Niña gentil y ligera Cual la blanca mariposa, Alza sus alas ansiosa Al nacer la primavera. Como en la estación primera Se halla de su corta vida, Todo al placer la convida, Ama las aves, las flores Mas si anhela estos amores De igual modo los olvida. GRANDEZA, de las NACIONES, Dtmdé haya un campo abierto^ junctad nna escuela; donde haya un e.spir. tu poned utl libro.— V\c tor Hugo. ¿Cómo llegó Grecia á la cúspide: de la perfección intelectual? Inundan do escuelas, estableciendo bibüote? cas, en las que sus hijos apagasen six fiebre de saber; convocando á certa, menes literarios, en que se disputa ban el premio los más inteligentes; concediendo el derecho á la inmorta hdad al que ejecutaba un acto he roico, creaba un arte ó establecía un