59 a-di- - El Faro Dominical NOTAS EXPLICATIVAS I. Amémonos unos a otros, VS. 7, ,8. y 7, Carísimos; ‘‘amados míos (V. M N P.). Amémonos unos a otros; exhortación del apóstol a no permitir nue nada se interponga entre el amor que los cristianos deben teners i los unos a los otros, y a fomentarlo y cultivar-fo Porqué el amor es de Dios; “viene de Dios” (N. P.). Dios es la fuente del amor y solamente cuando tenemos el amor de Dios podemos verdaderamente amarnos unos a otros. Cualquiera que ama, e» nacido de Dio»; regenerado. El amor en el corazon del cristiano es la evidencia de su nuevo nacimiento. Y conoce a Dio»; no solo sabe algo acerca de Dios, sino lo conoce a El. Solamente el nacido de Dios puede a-marlo y conocerlo. V 8. El que no ama; el que no siente amor hacia su prójimo, no conoce a Dio»; el amor es la medida poi el cual nuestras acciones como cristianos soji medidas. Porque Dio» e» amor; el mor es la esencia de la naturaleza vina. II. Jeeú» la Manifeitación del amor Dio», vs. 9-16. V. 9. En e»to »e mo»tró el amor Dio» para con noeotro»; muchas manifestaciones tenemos del amor de Dios hacia los hombres, pero la mas grande es1 Que Dio» envió a »u Hijo unigénito al mundo; Jesús dijo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda sino que tenga vida eterna”. Para que vivamo» por el; la vida espiritual del cristiano es la continuación de la vida de Cristo. Si Cris-to no hubiera venido al mundo para manifestarnos al Padre y para morir por nuestros pecados, hubiéramos muerto en ellos y nunca hubiéramos tenido vida eterna. V. 10. En e»to con»i»te el amor; el amor de Dios. No que noeotro» h*ya-mo» amado a Dio»; “la intención de la carne es enemistad contra Dios: porque no se sujeta a la ley de Dios .ni tampoco puede” (Romanos 8:7). Sino que él no» amó a noeotro»; por ser el hombre hechura de sus manos y para que pudiera ser redimido. Ha enviado a •u Hijo en propiciación por nueetroe pecado»; la muerte expiatoria de Cristo ha hecho posible el perdón de nuestros pecados. El justo sufrió por los injustos. V. 11. Amado»; “carísimos”. Si Dio» a»i no» ha amado; entregando para el sacrificio a su unigénito Hijo. Debemos también nosotros amarnos unos a otros; es la conclusión de la enseñanza enunciada en el verso 7. Si Dios nos amó a nosotros con infinito amor, nosotros debemos amarnos los unos a los otros. V. 12. Ninguno vió jamás a Dios; Jesús dijo a Felipe: “El que me ha visto, ha visto al Padre”. Dios se ha manifestado a los hombres por medio de su Hijo el cual “le declaró”. Si nos a-mamos unos a otros, Diot está en ro -otros; el amor de los unos para con los otros es la consecuencia natural del a-mor de Dios en nosotros. El que es nacido de nuevo se convierte en el templo de Dios. Y su amor es perfecto en nosotros; “es consumado en nosotros”, el amor hacia nuestro prójimo es la manifestación del amor de Dios en nosotros. V. 13. En esto conocemos que estamos en él; dera unión esta unión dado de su timonio de V. 14. Nosotros hemos visto y testificamos; Juan se había asociado íntimamente con Jesús durante los años de su ministerio público y estaba preparado para dar testimonio de su misión sobr£ la tierra. Que el Padre ha enviado a su Hijo; presenciaron sus milagros, lo vieron resucitado, lo vieron ascender al cielo, etc.; todo lo cual era una prueba irrefutable de su deidad. Para ser el Salvador del mundo; por su muerte en la cruz Cristo obró la salvación del mundo. V. 15. Cualquiera que confesare; con su boca. Que Jesús es el Hijo de Dios; la deidad de Jesús es la piedra fundamental del cristianismo. Dios está en él y él en Dios; sólo por la revelación de Dios podemos confesar a Jesús como su Hijo. La carne ni la sangre nos pueden dar esta revelación. V. 16. Nosotros hemos conocido y creído; conocer y creer son los dos elementos en la fe. El amor que Dios tiene para con nosotros; cuya manifesta-। ción suprema la tenemos en la dádiva de su Hijo. Dios es amor; la fuente del amor. Y el que vive en amor, vive en Dios y Dios en él; la más bendita verdad que Juan repite con énfasis. Dios vive en el que ama para bendecirlo ricamente tanto en esta vida como en la venidera. que sostenemos una verda-con él. Y él en nosotroi; es mutua. En que no» he Espíritu; el cual nos da tes-que somos hijos de Dios.