TIEMPO DE B. C., Y SONORA SEGUNDA SECCION. — PAGINA 7 laborar con él. en su campaña, fueron precisamente el licenciado Bie-brich y Fausto Zapata Loredo, al primero como secretario particular y orador, y al segundo como encargado de prensa y difusión. Los dos trabajaron muy bien por cierto. Antes, el licenciado Echeverría me había preguntado sobre Biebrich y yo le platiqué toda su historia política y se lo recomendé ampliamente. A Fausto y a Biebrich les dije, entonces, que se pusieran a las ordenes del licenciado, que seguramente él iba a ser el próximo Presidente, y que estuvieran pendientes de él. Así lo hicieron, y los dos lograron las mejores oportunidades de sus vidas". . S8 Y© NO HUBIERA BIEBRICH NO ES OOBEKNA0OK YO EMPUJE POLITICAMENTE CON ECHEVERRIA A ARGUELLES, ROBLES LINARES Y A MANUEL GURRIA; A BIEBRICH, NI SE DIGA”... RESPUESTA: 'Te voy a platicar la historia, Jesús. Yo no conocía a Biebrich. Lo conocí cuando la campaña de Luis Encinas, al pedirme éste que me, hiciera cargo de todo, en sustitución de Juan Iñigo. Biebrich y otros muchachos valiosos estaban entre los enemistas más entusiastas; ahí lo conocí. Cuando terminó la campaña, ya había observado a las gentes que rodeaban a Encinas y sabía quién era quién. Me gustó el estilo de Carlos Armando: Era un muchacho, sin duda muy inteligente, trabajador, serio y capaz. Así, lo invité a que se fuera conmigo a Cajeme, cuando me eligieron presidente municipal en 1961. Le dije: "¿Le gusta a usted 'la política? Bueno, pues allá va a aprender mucho conmigo, porque Cajeme es un municipio interesante, conflictivo en lo político, con aspectos distintos al resto del Estado. Ahí va a aprender más que en cualquiera otra parte, o que si leyera todos los libros que se han escrito sobre política". Se fue conmigo y le di muchas facili “LA CARRERA POLITICA DE BIEBRICH LA HICE YO” AFIRMA FAUSTINO dades para que aprendiera cómo se maneja un municipio. Todavía no se recibía de licenciado y cuando llegó el momento, yo le pagué los gastos de la tesis y la graduación". Una breve pausa, y el relato, continúa: —"Se vino después a Hermosillo, y luego me fue a ver para que le ayudara a ser diputado en el Congreso Local. Yo le hablé al gobernador Encinas sobre el particular, al acercarse las elecciones, y le dije que el muchacho ya había aprendido mucho, pues en Cajeme yo lo había visto foguearse, ayudándome con oorte de las audiencias en el Ayuntamiento e interiorizándose de los problemas. Encinas no quiso. "Que Carlos Armando se vaya a estudiar", me dijo. Yo le insistí: "No, hombre, Luis, Carlos Armando no quiere meterse a catedrático, quiere ser político". Encinas me dijo que iba a pensarlo y resolvería desnués, pero no hubo nada. Al poco tiempo, se publicó en un periódico el acta de nacimiento de Bie- brich, haciendo constar que este no tenía la edad requerida para ser diputado local. Estaba visto que cuando Encinas me dijo que iba a •pensarlo ya había resuelto no darle nada, supongo que porque ya tenía compromisos con otra persona. Le volví a hablar, entonces, al gobernador, y lo convencí de que ¡le hacia falta un secretario auxiliar para atenderle asuntos que no podían cubrir el secretario de gobierno ni el secretario particular. Segunda chamba que yo le conseguí. Y más tarde, ya siendo candidato a gobernador, lo incluí en las proposiciones, al partido y logré que fuera candidato a diputado federal". PREGUNTA: ¿Así fue? RESPUESTA: Claro. Yo mismo fui el que lo puse. ¡Ni modo que se hubiera puesto solo! Yo veía en Biebrich una personalidad política muy promisoria y estaba decidido a impulsarlo. Lo recomendé en México, cuando se fue para entrar en la Cámara de Diputados, muy ampliamente y de manera muy especial con el entonces Secretario de Gobernación, licenciado Luis Echeverría Alvarez". PREGUNTA: ¿Entonces, tú lo acercaste a Echeverría? . RESPUESTA:'"La única diputación federal de un Estado que fue a darle su adhesión al licenciado Echeverría, antes de su "destape" como candidato a Presidente de la República, fue la de Sonora, encabezada por Biebrich, porque yo los mandé. Biebrich era el jefe de la diputación y le dije que antes de ir con Echeverría, le pidiera permiso al licenciado Luis M. Parías, que era el líder de la Cámara y que es, además, üno de dos políticos más talentosos de este país. Les dije: "Si Parías les dice que no vayan a Gobernación, de todos modos vayan a ver al licenciado Echeverría. Con eso, me doy cuenta si el licenciado Parías cree o no lo mismo que yo sobre el futuro de Echeverría". Pero no. Parías apoyó la ¡dea, les dijo que fueran. Después, Biebrich y a Fausto Zapata, que eran los diputados más jóvenes de aquello legislatura, me fueron a consultar si creía conveniente que le ofrecieran una comida a Echeverría. "Invítenlo —les dije—. Si no puede comer con ustedes, de todos modos le va a gustar y se los va a agradecer, porque él tiene debilidad por impulsar a los jóvenes". Fueron, y Echeverría aceptó. Comieron un miércoles, si mal no recuerdo. Y hay que recordar que cuando se produjo el "destape", a dos de las personas que primero llamo a co- PREGUNTA: ¿En la candidatura de Biebrich para gobernador de Sonora, interviniste en alguna forma? RESPUESTA: Tanto, que si yo no hubiera querido, nomás no entra. Faustino pide una Coca-Cola, bebe un sorbo y sigue su relato: —"Y te voy a decir una cosa, Jesús, yo ayudé con Echeverría a Carlos (Arguelles), a Luis (Robles Linares) y a Manuel (Garría). Cuando tomó posesión,- el ya Presidente de la Reoública me dijo, con mucho orgullo: "¿Ya vio lo que le dí-a Biebrich?", a quien acababa de nombrar subsecretario de Gobernación. "Oigame, pues me sorprendió —le dije— porque yo creía que lo iba a nombrar secretario particular". Y Echeverría me comentó: "Eso hubiera sido frenar su carrera política". Pero en cuanto a su candidatura, el licenciado Mario Mova Palencia me transmitió un recado del licenciado Echeverría. Que había pensado en Biebrich para gobernador, pero siempre y cuando yo estuviera de acuerdo. Que si yo tenía algún inconveniente buscaría otro candidato. Yo le oedí cuatro dias para pensarlo y decidirle Me oarece aue fue un viernes (hace gala, Faustino, de su buena memoria) v me esoeré hasta el martes, v entonces le dije, ya al propio Presidente Echeverría, que yo oninaba y creía que estaba bien la selección de Carlos Armando". PREGUNTA: Y cuando cayó Biebrich, ¿cómo estuvo? RESPUESTA: Ya te decía que'Sg; me fue a buscar al hotel Costa de‘V^ Oro, en Ciudad Obregón, la víspe-.«v« ra de su renuncia. Las cosas ya no tenían remedio. Yo lo único que le-G¿£ aconsejé fue que hablara directa-mente con Echeverría. "Ayúdeme, * „ don Faustino", me dijo esa noche. Insistí en mi consejo, mientras pen-soba que el error tremendo de Bie-brich fue haber dado por hecho que Mario Moya Palencia sería Presi-dentp y él iría a -su gabinete. Por esa seguridad dejó de cumplir con su deber para Sonora, pensando que estaría aquí sólo de paso y no le ™ importó su obligación con sus con-ciudadanos. Esa fue su tragedia. Le fW dije otro vez que hablara con Echeverría y me contestó: ______"He estado tratando de hacerlo, don Faustino, pero es materialmente imposible, ya que el señor Presidente no quiere contestar mis 'llamadas. —Entonces, —pensé— todo está consumado".