fe 1 en su verdad tignlftea edificar no sólo drá rigniftoado para titeo Durante varias semanas tes peneamlen- ¿bar uno que des* repetir un versículo pute que * hayan citado algún* tea 3 Pedro 1:4 y canten te primera y última estrofas dei himno: “¡Cuán Firme Ci- do su padre, quien le había prometido llevarlo en cierto viaje, por una u otra cause no pudo hacerte Cuán agradeció* debe** ser noeotr* porque nuestro Pa- que n* ha* La Biblia n* recuerda que gun* te tienen por tardan*" <3 Pedro 3.1) Tal como Josué le dijo al pueblo de Israel: "No faltó palabra de todas las buenas que habló Jehová (Josué 31:44) Orertd* Te dam* gracias. Padre nuestro, por tes promesas que n* cumples cada día Ayudan* a confiar en ti y en tu fidelidad lé-te. Oréete* Padre Celestial, ayúdenos a probar nuestra fe sirviendo a otros en tu nombre VMM janée: Obedeced tes senara, ......... 1:11-14. Leamos Salmo 1»:», M, y que astas palabras sean nuestra oratite. Cantemos la primera estrofa y ti coro del himno "Para Andar Con Jacte.** D obedecer a Dtoe es una parte muy vital de la vida crírtlara. En loe w ¡4. 1» se nos dice algo del espíritu que debemoe timer rtwntto obedecemos ¿Hemos tenido la experiencia de oir a un niño o niña murmurar y contestar de una manera muy fea a sue padres cuando le piden que haga algo? ¿No ha sido una experiencia agradable, ¿verdad? Seguramente ti padre no sintió satisfacción del nitto. y tete tampoco * sintió satisfecho de haber murmurado y obedecido a fueras Lo mismo sucede cuando como Cristian* desobedece** al Señor Cristo tiene derecho de mandam*. y nuestra parte * hacer lo que n* mande guatocamente y con amor lo que ti n* pide. Pablo dtoe ra ti verticulo 1» que ti toe cristianos obedece** ti Setter en la debida forma, resplandecerá** como luminar* en ti mundo obscuro Es muy importante que bagara* alegremente la voluntad de Dtoe Oración Ayúdenos, Padre nueetro, a no ser murmuradores ni discutido!*, y e hacer ¡o debido alegre y gueto* mente S. te te Nade: Vlvi*«s per la Vebmted te Mea. i Yedra i Leamos Romanos 13:1, 3). tetas palabra que escribió Pablo son muy semejan-tea a 1* que Pedro escribió en el pesaje de la lectura de hoy. En 1* verticuk* 1, 3 de este pasaje * hace énfasis en la importancia de la voluntad de Di* en la vida del cristiano -Leámoel* de nuevo). Nueetro Padre celestial sabe lo que n* conviene, mejor que aun nosotros miamos N* ama y tiene misericordia y admirables planee para nuestra vid*. D des* que encontrem* y ligara* sus planee. No es siempre fácil dejar nuestros propios dese* para hacer su voluntad, pero siempre es sabio hacerlo. Supongamos que un nitto * allega* a su padre y le dije*: "Siento mucho que fui desobediente Desde ahora hart lo que tú quiera que haga " ¿81 rae padre amase en verdad a su hijo, diría "tete ra IL HOGA1 CRISTIANO ml oportunidad de hacerte pagar lo que ha hecho, obligándolo a hacer muchas cora que no te gustan"? No, no lo haría ati. Posiblemente habrá ocation* en que ti padre, sabiendo lo que * mejor para su hijo te mandará hacer una tara desagradable. pero te compensará dejándolo hacer otra cora de su agrado. Ayuda mucho saber que DI* n* ama y que * tan sabio ¡ue no puede cometer un error. Oración. Ayúden*, oh Padre celestial, a amarte y confiar más en ti, y a hacer tu voluntad guatocamente Amén. D. te de janée: Baeederee de te Palabra, ■aatiage 1: 11-11. Comensam* nuestros devoc tonales de seta semana pensando en Cristo y sus enseñanzas como un cimiento firme para nuestra vid*. Seguramente recordara* lo que dijo Jesús en Mateo T:M (Ida*). Nota** que Jesús dtoe que * Importante hacer lo que ti ha enseñado. ln nueetro verticulo clave ti 33, Sent tapo dtoe te misma co*. Al Ir ti templo hoy, tendré** ti privilegio de oír la lectura, enseñan* y predicación de te Palabra de Dios. Pero * requiere más que oir atentamente. Teñera* que escuchar el mensaje con la intención de salir y ponerlo en práctica. ün hombre llegaba ti templo cuando ya salía la gente. Se allegó a una de tes person* y te preguntó: “¿Se acabó el servido?" “No", contestó ti otro, “terminó te adoración, pero ti servicio apenas co- in 1* puert* de algún* tempi* * encuentran 1* siguientes palabra: "Entrad a adorad, salid a servir. Si edificara* nuestra vid* sobre el firme cimiento de Grieto, no sólo oirem* cuidadosamente su palabra hoy. sino que también tratarera* de Inculcar esta palabra de tal modo en nuestra vid* que practicaren** sus enaeñana* cada día. Oractoa*. (Que cada miembro ore brevemente pidiendo dirección y bendición sobre ti pastor y 1* maestra en este día, y porque rara* hacedor* de la Palabra que oirem*. La Música en el Hogar cantadas o tocadas al mismo tiempo, en consonancia. Loe directores de coros noe esforzamos mucho para que nuestros coros canten con armonía. Seguramente el hogar cristiano gozará de más dulce armonía en su vl- (Slgue da diaria ti loe miembros de la familia unen sus voces para cantar. Pablo dijo que debemos cantar y alabar al Señor en nuestros corazones, “hablando con salmos y con himnos y canciones espirituales” Muchos pro- de te página 3) blemas serán resueltos ti entonamos la letra de algún dulce himno en ves de dar rienda suelta a nuestra ira. La música, “el arte del cielo", ayudará a hacer de nuestros hogares un pe-daclto de cielo en la tierra. Una Carta a mi ¿Madre queques para mí y para mis amiga» cuando llegábamos hambrientas, es algo que nunca comprenderé. Y había muchas sorpresitas, como el plato de dulces, los helados —lo que habías hecho aunque te quitaba tiempo para descansar o distraerte. Otra cosa también— nunca parecía estorbarte el ruido que hacíamos en la casa o en la cancha de juego, con tal que jugásemos alegremente y tin pelear. De algún modo desarrollaste una gran serenidad No es de sorprender entonces que tanto los jóvenes como los ancianos te amen. Siempre estaré agradecida porque desde que puedo recordar me permitías ayudar a escoger una «illa nueva, una alfombra, un cuadro, u otro articulo para embellecer nuestro hogar. Esto me hacia sentir que yo era parte de la familia, y que mi ayuda era importante v necesaria en nueetro hogar. Tú querías que yo amara lo hermoso. Tu sicología en este respecto fue tanto práctica como sabia. Por supuesto a mí me gustaba mucho la ropa bonita; esas expediciones que hacíamos cuando íbamo» de compras, durante las cuales me enseñaste cómo buscar y seleccionar mi ropa, deben haber sido pruebas y experiencias agotadoras para ti. II conocimiento que obtuve por medio de la paciente enseñanza que me diste en cuanto a combinaciones de color, materiales y estilos apropiados, ha sido de inestimable valor. Además, me mostraste que la belleza me rodeaba, y que todo lo que necesitaba para apreciarla eran ojos listos, oídos atentos y un alma sensible. Nunca podré olvidar aquellas caminadas que hadamos por los parques llenos de árboles. Tú me abriste los oídos al canto de los pájaros. Por medio de tus esfuerzos pude apreciar la hermosura del cardenal y del colibrí, la exquisita delica-desa de las alas de mariposa y de la tela de araña, la majestuosidad de lo» árboles, y la gloria de una puesta de sol invernal. AltIL A JUNIO Di 1940 (Sigue de la página 1) Nunca olvidaré la repisa triangular en forma de estante en que siempre tenias flores. Cuánto nos gustaba buscar semillas y plantarlas en nuestro jardín; y varios meses después comenzábamos caminatas temprano en la mañana por el jardín de flores, donde mirábamos que las semillas y los bulbos se habían desarrollado y producido diferentes flores. Aquellas caminatas me ayudaron a ver a Dios por medio de las maravillas y la hermosura de su creación. ¿Te acuerdas cómo solíamos sentamos en el templo y mirábamos el reflejo de la luz entrar por la ventana de vidrios de colores? Los matices de topacio, esmeralda, rubí, turquí y zafiro sobre un fondo que pareció terciopelo, es algo que jamás olvidaré. Kn otras ocasiones escuchábamos la magnífica música del órgano. Tú hiciste posible que yo disfrutara de otras clases de excelente música. Infundiste en mi ser hermosa poesía y prosa. Me ayudaste a apreciar el arte. Me dijiste innumerables veces que Dios destinó que este mundo estuviese lleno de hermosura, y que todos teníamos la responsabilidad de llevar a cabo su plan. Gradualmente, por medio de tu dirección, me di cuenta de que sólo lo bueno es bello. Me enseñaste a amar la verdad, la lealtad, el honor y la generosidad. Me enseñaste que si pensamos lo suficiente en los sentimientos de los demás probablemente seriamos bondadosos y haríamos lo correcto. No sólo enseñaste, sino que lo practicaste. Nunca estabas demasiado ocupada o cansada para ayudar a cualquiera persona que te necesitaba. Los pobres, lo» enfermos, los desafortunados y los solitarios siempre han sido el objeto de tus mlnlstracio-nes especiales. Ante tu ejemplo de servicio generoso mq siento humilde y agradecida. Por éstas y otras innumerables bendiciones en este el Día de la Madre, deseo expresarte mi amor y mi sincero aprecio. Tu hija Luisa 11