l¡?. II rMERCfO Y LIBERTAD. BÉ>ECH^S'"i6CALESP*RATi>6€"S. EiP16lAL.ES, Í KRA MtfiCKNO TOMO 1“ SAN ACACIO. N.M. ' JUEVES? JULIOmE' A. D. lgoí. NoTzP •"-------------~ ----------_A.---- L A C A S A DE LA "VIUDA. Entre Chambery y Lyorí'el tren bordea durante- cin< o minutos la fal da 'le una montana, pintoresca; dere pe ti LA Vi. -ho1, i / V.i1 t.e Cambia y la mira da del viajero descansa a la vísta de un lago cuyas aguas azules están . cortadas por el verdor de una precio osa isla donde Se yerguen unahumi ¿de choza y una Capilla dedicada a ja Virgen. Esel lago de Alguebele ttv, que duerme alii a cúatrocientros metros. de altura.con una superficie .dem.ns.de quinientas hectáreas. La historia nada i-abe acerca de los orígenes de este grau lago;la ciencia no ha podido averiguar cuales son las fuentes misteriosas que.le alimeri tan; pero las tr adiciones populares han suplido la ignorancia de los sabios. 'Cuéñtán los ancianos del valle de . *■* ■ ’ " . * • . « . A" gúebelette que’ hace mucho ticm puun una tarde de otoño, la tempe' stad rugía amenazando a las aldeas que ha.na eii(el lugar qne hoy ocupa' el :a ,;u. Bi,cir' pronto las nubes co. iib. írz/.r ni a verier sobre los humildes tv'-irus las agnasde un verdadero . diluvio; nadie Se atrevía a apartarse : del seguro hogar; todas las puertas y todas las ventanas estaban cerradas corno las de una nueva Arca de Noe. ' * ' Por un triste sendero caminaba lentamente un pobre hombre con los pies desnudos, los vestidos desgarrados. el semblante pálido y melroso, y la venerable qabeza cubierta por la nieve de la ancianidad. Cuando llego a la primera casa del pueblo, llamo a la puerta. rAbri-dme, por Dios! dijo, traigo los pies ensangrentados y ape , Y- :«<♦ b* »' tp- * •* • — —" *" ' '' ñas-f^é-pueda sostener; permitidme ■ entrar, aunque sea en la cuadra entre la» bestias; .Dios, os pagarada bu eua acción. tiigae tu- camino y dejanos en paz, gritaron désd^-adantro. brutales palabras» el pobrl anciano* levanta los ojos al cielo Güm,a/eii:busca_ de valor, y sigue su triaré p.eregriu-dciou de puerta en .puerta., । • - • Pero en todas partes es rechazado por corazones insensibles: las suplicas dvl anciano se pierden entre los mugidos díl viento y entre el fragor de la tormenta.