IV. ¿De qué sirvió que en Laré-Don Venus viera a Fergú-? ¿De qué sirvió que con Fu-Hablase en Douglas Obré-? ¿De qué sirvió tanta ayú-Del Almirante Fleché- Que después de herir a Azué-Desembarcó en Veracrú-? Ya sudan los carrancla-, Ya se esparce un gran Terró-; Y al pobre de Venustiá- Las rodillas se le do-y el copete se le pa- Y hasta le tiembla la pío-, V. ¡Que demonio de Argumé-1 Al empezar el festí- Amenaza al carrancí- Y todo lo echa a perdé-. Y Wilson queda perplé-, Y Carranza convencí-De que perderá la sí-Tras de perder la vergiié-. Ya sudan los carranclá- Ya se esparce un gran Terró-; Y al pobre de Venustiá- Las rodillas se le do-y el copete se le pa- Y hasta le tiembla la pío-. VALERIO. La Propiedad es un Robo V Desde Canaán Muy querido Silverio: En esta época gloriosísima de libertad y de redención hemos presenciado actos grandiosos que reconfortan el alma y levantan el espíritu. Una de las cosas que más me han hecho simpatizar con la revolución es la facilidad con que un hombre se convierte de proletario en propietario. Tu sabes que la gramática ha hecho que se parezcan estos dos vocablos, y que para convertir el uno en el otro, no se tiene que hacer más que cambiar una *‘1’^-por una “p” y agregar una “ i ¿ Porqué, pues, lo que es fácil para el lenguaje, ha de ser difícil para la realidad de la vida? ¡Absurdos intolerables de la tina-nía ! Hoy, cuando a un “Generar* se le ocurre ocupar una casa ajena, lo único que hace es mandar a un oficial que notifique a los propietarios su decisión (esto equivale a la conversión de la “l”) y luego se instala él mismo en las mejores recámaras (esto es lo correspondiente a la adición de la “i”.) Muchas veces los dueños van a recamar lo suyo, y suele suceder que el “General” asaltante (no de la pía-,za de Oaxaca como Morelos, ni de la ciudad de Puebla como Díaz, sino sencillamente de un hogar ajeno), recibe al antiguo propietario en su misma sala, y lo invita a sentarse en sus propios muebles. Esto es bello, por que después de todo, demuestra la sencillez y modestia de los revolucionarios. Antes, los generales eran presuntuosos y aristócratas, y sitiaban Querétaro y exigían a los Empe radores que les entregasen fa Espada: hoy no, son sumamente modestos, y lejos de ambicionar laureles, que acabarían por marcar distancias, se limitan a pedir un automóvil. Y luego, democráticamente, invitan al dueño a dar unas vueltas en el dichoso y bien manumitido vehículo. Esto es lo que yo he hecho, con tu estilo, mi querido Silverio. En tiempo de la tiranía no se usaba imitar a ningún autor, sin recibir ante las gentes cultas el nombre de “plagiario.” Pero la Revolución, que todo lo ha reformado y redimido, liberta a los despojadores de casas del nombre de “ladrones” y a los despo' /adóres de estító-del nombre de “pía-giarios.” Después de todo, hace bien porque ante la razón y la justicia no hay motivo por que un Altamirano esté por encima de Rip-Rip. Por eso, Silverio, me he apoderado de tu estilo; y a semejanza de los “Generales” que después de asaltar casas ajenas, reciben a los dueños legítimos con benex ciencia y cortesía, yo también te invito a tí para que leas mis composiciones y veas la manera de como lo ‘tuyo” ha pasado a^ser “mío”. Después de todo, esto es democrático e igualitario y tengo la seguridad de que si te parece mal es porque aún estás contaminado de las infamias. Bonaparte pasó por el puente de Areola luminosamente: los “Generales” que no tienen ocasión de pasar por ese" puente, hacen bien en pasar por los dinteles de las casas ajenas: demuestran modestia y valor temerario, puesto • que se conforman con poco, y se arriesgan,a que los llamen ladrones. Bonaparte en Areo la no puso en peligro más que su vida: en cambio, los que ocupan casas de otros, hacen ante la Patria el sacrificio de su reputación. Yo!, por ejemplo, no' tengo estilo propio, y recurro a" tuyo, para mis creaciones literarias. Esto es legítimo y patriótico. Hace algunos años, un estudiante de Derecho puso en Jauja la muestra de cómo se ponía la firma debajo de un cuento ageno, que si mal no recuerdo se llamaba “Así quieren las madres.” Naturalmente, como aquél compañero se adelantaba a su época, fué duramente censurado por envidiosos que no sabían penetrar en los misterios del porvenir; Hoy,"han sido reconocidas sus virtudes, se le ha rehabilitado y después de asaltar una biblioteca, ha llegado a figura prominente de la cosa pública; A Asaltar una biblioteca es tarea heroica, amigo mío porque además de demostrar valor, significa tendencia abnegada a la sabiduría. ¡Asaltar Puebla: esto es propio de gentes brutales que entronizan tiranías! Apoderarse de los libros del Lie. Goros-tieta—pongo por caso—es una labor que no puede ser desempeñada por un espíritu vulgar. Lo mismo hago yo con tus versos: los liberto de la ergástula en donde los tenías encerrados, con el centinela de tu firma, y los doy a la publicidad. No por robarte, te quiere menos, r" VALERIO.