Oración por el Hijo que se Acerca Por Amoldo Conclini" •pu SABES. Señor, que. cuando estas * lineas salgan a la luz, quizá ya estén mirando tímidamente la misma luz los ojos de mi hijo. Y tú sabes también lo que mi corazón y el corazón de su madre sienten en estos dias tan distintos a cualquier otro y sabes también lo que querrían pedirte. Tú conoces, Señor, porque también eres Padre, lo que es tener un hijo. Yo, que aún no lo soy sino en perspectiva, te imploro que nos des el serlo en verdad. Sólo Tú juzgarás si fui buen hijo y buen esposo hasta hoy, pero yo puedo comprender al menos, que lo que haya hecho de bien en ello fue cuando tú obrabas por mi. Por eso, hoy te ruego que tu eterna e inmutable paternidad me colme, que te manifiestes en mi alma con una nueva luz interna que me haga cumplir con mi hijo como tú quieras que No necesito pedirte que transformes mi hogar porque él se encargará de hacerlo, pero te ruego, Señor y Padre. que vigiles esos cambios. Me siento incapaz, cuando lo pienso, de afron tar una vida tan nueva y temo que el enemigo aproveche el momento para infiltrar algún cambio malo. Detento, oh Dios, detento en estos días en que mi mente quizá se perturbe de asombro ante el don que he de recibir de ti y haz que todo en la escuela de la vida cristiana, para que el nuestro sea un hogar cristiano y él se pueda ir forjando asi una mente cristiana. Que no haya ni un ejemplo que le perturbe, ni una palabra que incite a la duda, ni un gesto que le impresione mal. Por él. Padre nuestro, es poco lo que quiero pedirte. No quiero que el egoísmo de mis gustos e inclinaciones intente privar sobre tus planes eternos. Enséñenos a recordarlo luego durante todos los años que esté junto a nosotros, para que gocemos juntos — juntos nosotros y juntos contigo — con lo que quieras enviarnos: varón o niña, hermoso o feo, inteligente o lerdo, activo o tranquilo, sentimental o reservado. Sólo una cosa quiero pedirte, Señor: que tú lo guies: que tú nos muestres el camino para llevarle por la senda que ya has elegido para él desde la eternidad y para la eternidad. Que nada se interponga para que, llegada la hora de su conciencia, elija ser tan hijo tuyo como nuestro. Que llegando el día de su vocación, elija el llamado que tú le hagas cualquiera que fuere, y que nosotros nunca intentemos torcerlo. Y que sea cual fuere ese camino, lo sea de tal modo que no solo traiga satisfacción a sus padres sino también gloria a tu reino. ¡Cuán hermoso. Señor, es esperar confiado en ti y saber que lo que venga siempre será lo mejor! ¡Gracias, oh Dios, por esta dicha y que siempre, aun cuando la vida parezca seguir su ritmo normal y diario, el viaje de nuestros hijos por el mundo sea una continua espera en ti. para que así cada hecho de su idea sea también una respuesta venida de ti! Estamos en tus manos, Señor, tos tres — ella, yo y él (o ella) — por primera vez. pues nunca antes vinimos como padre, madre e hijo. Estamos ante ti porque eres Padre y porque quisiste mandar a nuestro hijo al mundo, asi como un día mandaste a tu Santo Unigénito, Cristo nuestro Salvador. En cuyo nombre y méritos te agradecemos y pedimos todo. Amén — Tribuna Kvangélica. - X - FA»A TINIK BUINOS OJOS (Viene de la página 9) trata de Imaginarse el circulo, luego se abren tos ojos y se comprueba que se ve el circulo más nítidamente. Otras veces se le ruega a uno que lea en pleno sol, hasta que mire al sol directamente en movimientos rápidos, se mira alternativamente a corta distancia y hacia lo lejos; los ojos quedarán eficazmente descansados y calentados, pues tener frío en tos ojos es un malestar fisiológico muy real. Este descanso y calentamiento se obtiene por el ejercicio llamado palming que se practica cerrando los ojos durante varios minutos en el hueco obscuro de las palmas de las manos. Ciertos ejercicios de movimiento de los ojos, que giran sucesivamente en todas las direcciones, completan los ejercicios más estrictamente ópticos. II Centinela y Heraldo de la Salud. OCTUBBI A DICItMBBi DI IBM 11