,? i» í; \;í : / V- " W A Tocados Femeninos Celebramos que la fiesta no se haya dado en la casa de don Lorenzo Conzález Trevifio: y celebramos más aún que el señor licenciado Viviano L. Villarreal se haya mantenido en su puesto, sin que la pasión política lo llevara al extravio de transformar se en anfitrión de un "tipo de Lom-broso." Y puede creerlo, el señor Gon zález Treviño. celebraríamos muchísimo más que su rectificación hubiese sido más categórica, y que en legar de limitarse a negar su participación y la del licenciado Villarreal, hubiera desmentido la existencia de la fiesta Pues aunque la familia Madero no es acreedora a nuestros afectos, basta con que sea mexicana, para que deseemos enteramos de todo corazón, que rechazó orgullosamente el contacto del presidiario. El Bar del Parlamento Desde la No-treating order, u orden contra las invitaciones, no hay en todo Londres más que un sitio en el que los amigos puedan ofrecerse mutuamente el aperitivo o el cognac. El lector no dejará de extrañarse al conocer el nombre de este lugar, único donde se desprecia la ley: es el Parlamento-__ I^a excepción se explica por el hecho de que el Parlamento está considerado en Inglaterra como propic dad real. La ley no le alcanza. Y, además, los Parlamentos no han sido creados para observar las leyes, sino para hacerlas. Pueden observarlas o no, así como un fabricante de sombreros de paja puede cubrir su cabeza con un pajizo o con un sombrero coreano-:__ Fuera del Parlamento, según hemos referido ya en otros artículos, no hay invitación posible. Un simple whiskey and soda, que antes sólo costaba tres o cuatro peniques, ahora puede costarle a uno cien libras de multa y seis meses de trabajos forzados. ¡Y todavía hay quien asegura que la guerra no ha encarecido la vida! La cosa se complica con una nueva orden del Central Control Board prohibiendo el crédito. Los establecimientos de bebidas no podrán, de hoy más, hacerle crédito a nadie, ni para beber en el local, ni para llevarse bebidas a casa. Ño hay crédito, ni hay amigos que conviden. Y, para colmo de desdichas, no está permitido beber ni comprar bebidas alcohólicas más qpe desde las doce a las dos y media. los días de semana, y de una a tres de la tarde y de seis de la tarde a nueve de la noche, los domingos. Inglaterra ya no es, como lo fué un tiempo, el paraíso de los borrachos. Hoy, para beber en ella, no queda más que un recurso: hacerse elegir miembro del Parlamento. Julio CAMBA.