1-82 Lzl VIOLETA. Que interpondrás con ruegos muy prolijos, Las manos, cuando caiga vengadora La espada del SeHor sobre tus hijos. ^oscjwia Campos. Monterrey, Diciembre 12 de 1893. El papel. (A MI QUERIDA Y BUENA AMIGA LASRA. Maria Alvarado de Duarte.) ¡Quien creyera que de un tema, al parecer tan insignificante, pudiesen sacarse aseveraciones muy justas y muy valiosas consideraciones! El papel: hé aquí el amigo más íntimo, el confidente fiel á quien podemos comunicar nuestros más puros sentimientos; las afecciones más tier ñas del corazón: es el guardián más digno de nuestras ilusiones ó de núes tros recuerdos. El papel, cuyo nombre parecerá á muchos-sin contenido alguno que me rezcan mención, es muchas veces un arca de oro que inmortaliza nuestras ideas, conservando ilesos del negro olvido los afectos más gratos del alma. Por él se conservan los hechos más remotos de la humanidad; sin él las odas sublimes que cantaba de gente en gente el inmortal Homero, hubieran pasado á la fosa con la ina-Icria £>'is de su fecundo cerebro; en él se estampa como por encanto la epopeya gloriosa de las naciones; como si fuese una portada de divina luz, fijan en su pc'irtico dorado el pro greso y la ilustración su terrible sentencia de destruir hasta reducir á polvo todo aquello que á su paso estorbe. Desde los primitivos tiempos el papel nos trae las máximas severas de la más sana moral; los preceptos divinos de la más pura revelación; y finalmente, ha venido conduciendo á la humanidad paso á paso por la senda infinita de su perfeccionamiento. El papel es el más sincero, el más fiel, el más ingénuo de nuestros con fidentes, de nuestros amigos. El poeta, puede estampar en él los acen tos más dulces de su lira, los arpegios más tiernos é inspirados de su laud; el filósofos, las investigaciones más puras de la verdad; el moralista, el ideal más bello del bien y de la virtud; el romántico, los impulsos y los afectos de su corazón veleidoso, trágico y novelesco, y finalmente, el naturalista, el científico, y él amante, los múltiples y diversos sentimientos de su carácter, de su genio y de su inteligencia. Flavia M. Rodrigues. “El Eco Galeanense.” /T\aria. : María nombre divino es el emble ma de la dulzura, en ella están las gracias. Madre del Verbo Eterno, ella fluía elejida entre todas las mujeres corredentora del género humano; ella se abrogó todas las culpas y lué desde el Gólgota nuestra medianera. Quien no ame á María madre del Inmenso amor, no logrará dicha cumplida. Reina Soberana hace del hombre encadenado en la culpa un hijo entrañable á quien le consigue la gracia y el perdón. Si el hombre, vil materia, la persona á quien mas venera, por quien se doblega y hace hasta las acciones más heroicas, es la madre, cuanto mas nuestro Padre Celestial, que es la perfección misma, ¿no accederá á la petición de su Madre purísima/ A ella debemos ocurrir en nuestras necesidades seguros de obtener pron to y eficaz remedio.