27 de Julio, 1924. REVISTA CATOLICA 511 Razones de pie de banco. Las razones por él aducidas son: 1.—La definición que da de la palabra “culto” el Diccionario de la Real Academia. 2.—El proceder de la Revista Católica que tiene una sección para dar gracias a los santos por favores recibidos. 3.—La explicación que da “el teólogo católico (son palabras de Efraín), Scío de San Miguel” sobre lo que se entiende por idolatría, al comentar el versículo 3 del capítulo XX del Exodo, que dice: “No tendrás dioses ajenos delante de mí.” Por supuesto, que el bueno de D. Efraín no dice de qué libro de Scío ni en qué parte se encuentra la nota por él aducida. Seguramente será para que el lector, al verificarla, no lea la explicación que da acerca de la doctrina católica en este punto en las notas explicativas de los versículos 4 y 5, con lo que queda el caballeroso Efraín al descubierto de su mala fe y caen por tierra todas sus supercherías y falsas imputaciones. Asesinando la lógica. Verdaderamente que el Sr. Efraín asesina miserablemente los principios más fundamentales de la lógica. ¿Que no? Vamos a verlo. Examinemos el primer argumento. “Para confirmar la idea, dice el papa infalible de la redacción bautista, que nosotros tenemos acerca del significado de la palabra “CULTO”, hemos recurrido a varias autoridades de la lengua castellana, encontrando que todas están acordes entre sí y que justifican nuestro concepto. El Diccionario de la Real Academia dice así: “Culto.... sagrado o religioso, el honor que se da a Dios y a los santos.” Rodríguez Navas lo define en los mismos términos y el Diccionario Enciclopédico Hispano-Americano dice “ofrecido a Dios, a la Virgen y a los santos.....” Esto expuesto, deduce, sin más, la siguiente consecuencia: “Esto es más que suficiente para probarles a los jesuítas que los católicos contravienen el segundo mandamiento porque aun con el texto que ellos le dan resultan idólatras.” Lo dijo Blas, punto redondo; esto es, lo dijo Efraín, ya no hay más que hablar. Pero en fin, ¿qué les parece a VV. de tan peregrina argumentación? ¿Hay alguien que pueda ver ilación alguna en ese fárrago de incoherentes ideas, o bien, en virtud de qué principio lógico se deduce la consecuencia sacada por el docto Efraín? Esa consecuencia es tan lógica como ésta: “Calabaza es ésto luego es más que suficiente para probar que Pepe es un pepino. ¿Qué le parece al Sr. Efraín? La consecuencia del Sr. Efraín no se sigue de las premisas ni por la materia ni por la forma. Verdadera consecuencia No, señor Efraín, no. No es esa la consecuencia, sino más bien esta otra: “Su modo de raciocinar es más que suficiente para probarles a todos los bautistas y e-vangélicos que el que así discurre no sabe lo que dice y contraviene los principios más fundamentales d,e toda lógica y de toda ilustración.” Y para que V. lo comprenda, vamos a declararlo de un modo práctico. Usando de su mismo modo de raciocinar, podríamos deducir, y con más lógica que el Sr. Efraín, de la definición que de la palabra “animal” da el Diccionario de la Academia, que los redactores de cierta redacción evangélica son simplemente animales irracionales. Y no se ofenda V., que va ello por vía de ilustración de lo que venimos diciendo, y no hacemos más que poner en práctica su propia*lógica. Manos a la obra: • . La palabra “animal,” según el Diccionario de la Academia, expresa un concepto común que se aplica a los brutos y a las personas, y así lo define: “Sér orgánico que vive, siente y se mueve por propio impulso”; es asi que los redactores de cierta redacción bautista son séres orgánicos que viven, sienten y se mueven por propio impulso; luego los redactores de cierta redacción bautista son unos brutos animales!!! El silogismo no cabe duda que concluye con mucha mayor ilación que el raciocinio famoso del más famoso Sr. Efraín. Y sin embargo, seguramente no aceptará, sin alguna distinción, como no debe aceptarla, semejante consecuencia. V. dirá por qué, Sr. Efraín; estudie un poquito de lógica, y si acierta a dar en la verdadera razón, porqué esa consecuencia no se puede admitir simplemente, aplíquesela V. a su modo de raciocinar y entonces verá por qué su raciocinio resulta una verdadera gansada, indigna de quien acepta dinero para ilustrar al público desde las columnas de una redacción que quiere pasar por culta e instructiva. ¡Está visto que la lógica no es para ciertos cerebros, ni mucho menos para ciertos hombres de ciertas cualidades morales!...... La definición de la Academia. Y viniendo a la definición de la Academia, ¿quién no ve que la Academia no hace más que exponer en esa definición el concepto genérico de “culto” sin incluir en ella las diferentes especies de culto, que son las que con-tiaen la significación general a una cosa determinada y contenida bajo la amplitud genérica? Los actos, con que honramos a Dios y a los santos, convienen en que por ellos les tributamos el homenaje de nuestro aprecio, amor y gratitud; pero se diferencian en la naturaleza del honor tributado y en el motivo por el cual tributamos :i unos y otros ese honor. Diferentes clases de culto. Cosa que el mismo Diccionario de la Real Academia, que es el que el Sr. Efraín prefiere, explica a continuación de la definición aducida, y que el Sr. Efraín maliciosa y desvergonzadamente omite: ¡Nobleza de renegado! Hé aquí la explicación que da la Real Academia: Culto (es) el honor que se tributa a Dios y a los santos. De dulía; el que se da a los ángeles y santos por las excelencias de gracias con que DIOS LOS HA DOTADO. De hiperdulía: el que se da a la Santísima Virgen por su eminente dignidad de Madre de Dios, superior al que seda a los santos y ángeles. De latría: El que se da a Dios en reconocimiento de su infinita grandeza. ¿Lo quiere más claro? ¿Lo quiere más claro el Sr. Efraín? ¿Por qué, ya que tomó la definición, hizo caso omiso de lo que sigue? Sencillamente, porque eso daba al traste con su mala fe y lo dejaba al descubierto. Lo único que él muestra querer es engañar a sus lectores. En la explicación que da el Diccionario de la Academia tiene el Sr. Efraín la verdadera doctrina católica acerca del culto y el fundamento de la verdadera contestación a todas sus falsas imputaciones, argucias y necedades. ¡Qué cierto es que nada hay tan atrevido como la ignorancia pedantesca! Y nada más por hoy. Un consejito al Sr. Efraín: estudie un poco de lógica, aunque no sea más que un poquito, a fin de no discurrir tanto por los.—pies.... y tenga un poco más de honradez en exponer fielmente las doctrinas católicas, que demuestra desconocer o falsificar. ¡Mucho pedir es esto al tratarse de renegados! Y hasta otra ocasión, en que nos-parezca ocuparnos.