22 / del 3 al 9 de octubre de 1997 Foro E x-esposa de Silva Herzog relata partes de su vida Fueron mujeres del poder y hoy pueden ser mujeres MEXICO, DF, (FORO) Las mujeres sólo han rozado, acariciado el poder, nunca lo han tenido, siempre han estado dos pasos atrás, han sido apéndices. Si la vida las ha colocado cerca de él, ha sido sólo por circunstancia, porque han sido esposas o amantes de algún funcionario, dijo Tere Márquez, directora del Polyforum Cultural Siqueiros y ex-esposa del embajador de México en Washington, Jesús Silva Herzog. "Cada una de ellas tiene una historia personal propia, pero siempre supeditada no sólo a los vaivenes del poder político, sino al hecho de que su esposo esté en la cúspide o en decadencia, o bien, a lo que su marido decide; no ejerce ninguna función propia", explicó la licenciada en economía. "Son mujeres que dejan todo, se nulifican o anulan para promover, apoyar y, sobre lodo, no estorbar a un personaje que habrá de convertirse en poderoso hombre público, futuro prócer de la nación", afirma Tere Márquez en su libro Las Mujeres y el Poder, realizado con base en entrevistas a esposas de funcionarios, incluidas las de presidentes, quienes no son mencionadas por sus nombres. La diferencia entre las esposas de los presidentes de México está en que "unas han sido más protagónicas que otras, por ejemplo María Esther Zuño de Echeverría, pero ninguna ha brillado con luz propia. El caso de Amalia Solórzano viuda de Cárdenas es singular, porque es una mujer sólida, invariable, solidaria: primero con su esposo el general Lázaro Cárdenas, y ahora con su hijo Cuauhtémoc, a quien siempre le ha dado su apoyo. Más que protagónica, doña Amalia ha tenido una labor de respaldo". La autora del libro Las Mujeres y el Poder señaló que las amantes de los poderosos tienen, en ocasiones mayor influencia en las decisiones políticas, que las esposas. ¿Porque?, porque la llamada primera dama o la compañera legal de algún funcionario "está metida en las cosas cotidianas que hace cualquier mujer casada, como atender a los niños; en cambio, las amantes siempre son más jóvenes, siempre están bien arregladas, dispuestas, se muestran más interesadas -real o ficticiamente- en los asuntos de su pareja", explicó. Las amantes son dueñas de la mayoría de las confidencias del poderoso; lo que éste no cuenta en la casa aprobada por la ley y oculta a su esposa, explaya en la casa chica", cuenta en el libro Tere Márquez, y agrega que esto resulta muy delicado", y ejemplifica con "las indiscreciones de un conocido personaje del sexenio pasado con una conocida que es amiga de narcos". El poder significa hacer algo, tener la autoridad y los medios para lograr los objetivos que uno se plantea. El poder es para tener, para ser, para hacer. Márquez, casada durante 35 años con Jesús Silva Herzog, de quien se divorció hace tres años, habla de ventajas y desventajas de estar ligada a un hombre del mundo político: "Si una mujer es inteligente, estar vinculada sentimentalmente a un hombre con poder le permitirá crecer inlelectualmente, conocer al país, tener acceso a mucha gente; viajar por el mundo, ir a fiestas, vestir bien. Sin embargo —reconoció— el costo es a veces alto. Se pierde la intimidad familiar, no hay vacaciones ni días festivos. La esposa sufre la desatención del poderoso. Hay muchas presiones; se vive con un equipo de seguridad , con gente con la que no se quiere vivir, hay espionaje telefónico. Es un infierno sexenal. Y al final viene la depresión. El índice de divorcios es de 40 por ciento entre las parejas en la que el hombre tiene el poder político". La depresión de las primeras damas —narra en el libro— ha tenido que ver con rumores frecuentes de infidelidades de los maridos; nunca falta una buena amiga que se los cuente. Guapos, feos, altos, chaparros, gordos o flacos, simpáticos o déspotas, el power appeal es canijo y ataca a la mayoría de los funcionarios. !Que decir de los presidentes!. Es raro el que no se ve asediado por legiones de colaboradoras, estrellilas (o estrellólas) del cine o la televisión, edecanes, jovenci-tas... el poder es afrodisiaco. Por eso hay un desfase -continúa- en la vida de cada una de las esposas de los presidentes por un tiempo pequeño, muy pequeño porque el poder sólo dura seis años, pero ese período es definitivo y cambia el destino de la mujer y de los hijos. Sí se es esposa, no del presidente, sino de un secretario de estado, el poder dura cerca de diez años, pero estos 10 años norman el resto de la vida. En el libro menciona que para algunas esposas de los hombres del poder las presiones y separaciones son superadas con sesiones con el psicoanalista o el psiquiatra. Una de ellas confesó: "Estuve en terapia... Lo resolví a base de pastillas antidepresivas".Otra, en cambio cuenta que le pidió a su esposo: "Llévame a un psiquiatra, porque yo estoy muy mal. Y el psiquiatra me dijo: Bueno señora ¿que le pasa? y delante de él, porque fuimos los dos, le dije: No quiero tener ningún hijo de este hijo de la chingada". En el caso de los hijos, quizás es aún más difícil porque no quieren ser señalados como los hijos de determinado funcionario. Existen excepciones, como en el caso de Emiliano y Cecilia, quienes siguen su vida normal. Por ejemplo, Cecilia estudia en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) sin ningún problema, añadió la escritora. ¿Porque en México la vida privada de los presidentes se cuida tanto, a diferencia de otros países? En Argentina, por ejemplo, los pleitos conyugales entre Carlos Menem y su ex-esposa Zulema Yoma ocuparon espacios en los medios de difusión. Es que en México somos más prudentes, y se considera de mal gusto ventilar esos asuntos. Asimismo, considera que "los rumores son abundantes y siempre están a la orden del día. Se habla de riquezas, deshonestidades, contubernios, intrigas e infidelidades en ocasiones difíciles de comprobar, pero que forzosamente afectarán la actuación pública y privada del poderoso, al igual que la de sus apéndices. Sin lugar a duda, el enorme poder del presidente mexicano salpica a la primera dama". Destacó que la tónica es respetar a las esposas de los Jefes de Estado, de lo contrario puede pasarles lo que a Juan José Bremer, director del Instituto Nacional de Bellas Artes: en la revista del INBA se publicó una referencia: "no tan velada a doña Carmen Romano de López Portillo, lo que le costó a Bremer su salida del Instituto". ¿Cómo es la relación entre las esposas de los funcionarios?. Cordial pero no hay amistad. ALGUNAS NO SE RECUPERAN La directora del Polyforum conoció a Jesús Silva Herzog cuando ambos estudiaban Economía en la UNAM. Estuvo casada con él de 1959 a 1994. Su ingreso al mundo de la política, a través de su ex-esposo, se dio en 1976. Fue una experiencia enriquecedora, me considero afortunada, comentó. Empero, no en todos los casos ha sido así. "Destaca el caso de Rosa Luz Alegría. Primero, esposa del hijo mayor de Luis Echeverría, Luis Vicente, a esta guapa e inteligente mujer, a quien el ex-presidente López Portillo consideró una de sus más brillantes colaboradoras, la ostensible vinculación romántica con el ex-mandatario le hizo flaco favor: no ha vuelto a trabajar en la administración pública y se dice que está irremediablemente transtornada de sus facultades mentales", escribió Márquez. EL SEXENIO LOPEZPORTILLISTA "Durante el sexenio de José López Portillo las mujeres apéndice reinaron. Doña Refugio, madre del presidente, fue nombrada presidenta del Instituto Nacional de la Senectud; su hermana Alicia, secretaria particular; una de sus hijas grabó discos, editó poemas y llegó, incluso, a bailar el Lago de los Cisnes en el ídem de Chapultepec. Otra de sus hermanas, la escritora Margarita, directora general de cinematografía, también promovió las artes plásticas a través de grandes exposiciones internacionales... Con ella se produjo una gran exaltación a Sor Juana Inés de la Cruz (a Margarita se le llamó la pésima musa), hubo grandes pleitos gubernamentales, siendo consecuencia probable uno de ellos la salida de don Jesús Reyes Heroics de la Secretaría de Gobernación y una multitud de desaguisados en el Canal 13 de televisión, donde se nombró a varios directores. "A la postre, el ex presidente (hoy con 77 años de edad) se casó con Sasha Montenegro (unos 30 años menor) que seguramente ya le tenía echado el ojo desde endenantes, aun cuando diga lo contrario. La guapísima ex-fichera del cine, primero engendró una hija y ya matrimoniada, un hijo. Fascinantes personajes que, según Sasha, pretenden "un hogar normal". "¿Y doña Munsi?, que así le dicen a Carmen Romano, Pues missing. Poco o nada se sabe sobre ella", relata Tere Márquez. "Cualquiera puede ser cónyuge de político; la novia del barrio, la amiga de familia, la compañera de la universidad o la que se encontró en la fiesta. La mayoría tiene educación tradicional y sólo cuatro de las entrevistadas hizo una carrera universitaria", indicó la ex-esposa de Jesús Silva Herzog. Precisó que en la actualidad quienes tienen el poder son ios tecnocrátas, hombres jóvenes casados con mujeres jóvenes y que ya están cada vez más capacitadas e incluso muchas tienen formación universitaria. En cambio, la compañera sentimental del poderoso (o expoderoso) de edad media o avanzada "probablemente no estuvo muy interesada en el quehacer político, sufrió o sufre en silencio las angustias de su paso por la fama; mantendrá su hogar tradicional contra viento y marea, y educará a sus hijos en el sabio arte de adorar a su distante padre como si fuera un dios. "Si con pocos adjetivos se pudiera describir a las primeras damas de los últimos 40 años llamaría a doña María Izaguirre, gozosa; a doña Eva Sámano, presente y trabajadora; a doña Lupita Borja, enferma; a María Esther Zuño, enérgica y poderosa; y a Paloma Cordero y Cecilia Ocelli, discretas. De doña Carmen Romano mejor me reservo el juicio, finalizó Tere Márquez.