VARIEDADES
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Y qne respeta y que quiere. Algim hoinhrt1 qne se muere.
Viene a pedir con tristeza Que nos dá el dolor profundo, Al que ludid en su grandeza “Con el cerebro del mundo;**
AlSr. Licenciado
Juan Antonio de la Fuente.
En su tumba.
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(¿lie Mdrícu lió >üCUl En la Ind a del prn
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supo todo. íóind saiisfacióii cmnpüda: se vengo de una manei.. completa: como se vengu Jesús de sus. verdugos, como se vengo el gran Bravo de ios asesinos de su padre: coit b»ea «j coít <Jperdón!
Atenías sus dotes especiales, consiguió sin gran diiicultad una nueva doble protecciou. La de un abogado desprendido como hay muchos, y la de un prelmlo abnegado e-uno hay pocos, hasta su recepción.
Coronados sus aían:1-' con un lírnlo, empez:» ;í despejarse el horizonte de su vida: volvid á su suelo natal— -d Saltillo, y dede entonces podernos decir que data su vida pública: porque si bien es verdad que no ocupo ningún puesto oficial, verdad es también que desempeñó desde entonces, un triple sacerdocio: el sacer(lu-/tO ¿le la jurisprudencia, d \ sacerdocio de la caridad, y el sacerdocio de l<;. ease-Ttaim.	\
Entre tanto, la patria desgarrada por torpes am- i biciosos, sintiendo el dolor de sus heridas y el ru-: bor de su vergüenza, producto de esa guerra tan-injusta, tan funesta, tan ludíbrica, la guerra de ¡ Tejas, se envolvía en los horrores de esa otra lu-5 cha tan santa de principios, se envolvía en los hor-; rores de la revolución de Ayutlh; de esa revolución i de Capuletos y Mónteseos en que campeaban por 'y un lado el clero, el privilegio, la arbitrariedad, el ¡ retroceso, sostenidos con el oro de la iglesia porj una parte del pueblo fanático, servil, degenerado, ? que en vano se oponían al torrente de luz y líber-! tad en que militaba el partido opuesto y que regía; al universo en plena mitad del siglo XIX: ese torrente de civilización y de progreso que desbordándose por los ámbitos del mundo, invadiera hasta los canfines do las naciones mas remotas y hasta los confines penetrara de las conciencias mas oscuras!’ En vano si, como en vano so opusieron nuest ros btír-: luiros conquistadores, a que en nuestro suelo pene-! trara la luz queen el sin par. 80 lirotaba desde Francia para el mundo.




Viene* hoy mi be.-c En 1 a frente del pasado. C<>n su alma iristo. intranquila. Viene ;í cantar a La Fut iré. <womo patrido eminente. ( orno inigor ’le CoáliiiiLt.
Viene á pediríe en la tumba
Que la luz que ilumino A este pueblo mejicano. Que por vivir soberano Tanta sangre deramd, Esa luz que siempre sea En medio de tantos males. El albor que centellea De sus genios inmortales^
' IV
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Entre tanto, tú. en la gloria
Y	nis hij^s ^sñlisl^ci.os. •
Vienen á admirar tus hechos
Y	:í cantarleAí tu niemorte
Y h jtivenlod que gimo En su. terrible sufrir. Te pide, •muerto sublimé^
B	6
La hrz para el porveiur.
''''■/d E. F. VazqíAé.


Estamos entre vestiglos, Y me sorprende y aterra. Que en un pedazo de tierra Esten durmiendo los siglos.
II
íTuventud que es porvenir De este pueblo infortunado,


Lo sabes ya!... y al devorar el llaptW Llanto que de pasión despide el alma, Quisiera no pensar, perder iacalma
Y	el corazón matar porqué te amogl#
Qmsieni que él recuerdo se borrará^ De (pié al verte, mujer, me trasiormaSy
Y	una vida intranquila me dejaste, ¿ v ida que nunca nnajmaba vo. ■
Y quisiera también amarte muclio Pensar solo en tu amor que es mí e
|A®tener..el|recuerdpjsiempQ:im|g^^ De que al verte mi vida se cambid.