232 ■ la' voz caerla sobre nosotros y nuestras futuras rgeñeraciones con la tolerancia de cultos, pues que bien persuadidos estarnos qué en esos cuerpos ecsisten no solo hombres literatos, sino también católicos por convenéimiento: así es que el fin que nos proponemos solo es manifestar nuestra voluntad, y hacer una que otra indicación, que estando al alcance de todos nos patentiza el término de nuestra ecsistencia política, si tuviéramos la ceguedad de permitir en la República la tolerancia religiosa. Cuando en un pueblo ésclusivamente católico se introduce la tolerancia ci- ■ vil, se siembran en él errores inescusables; las prácticas de cultos reprobados son monstruosas, y se provoca una guerra.heterogénea, porque así es necesario por la diversidad de errores que hay necesidad de combatir.; . Se trata de un pais esclusivamente católico: de un pais en que la unidad religiosa es un derecho del pueblo: de un pais en que el amor y los intereses de la Religion están en iguales circunstancias con el amor y los intereses de la patria. Y cuando esto es así, ¿podremos decir- que la Religión católica nada pierde con la tolerancia de cultos? Seria un error inescusable, y esta guerra heterogénea produciendo divisiones entre individuos, familias y pueblos, proteje-ria el estado de anarquía en que hemos vivido, y que con evidencia seria nuestra completa ruina. . ; La verdad de la Religión católica, apostólica, romana, está demostrada en todos tiempos y lugares por sabios escritores, que han tratado la cuestión ba- ' jo todos los aspectos que la han querido presentar los débiles adversarios del catolicismo. ¿GLué' podríamos agregar nosotros á tanto como se ha dicho sobre esta materia? Nuestras reflecsiones serian, ó débiles, ó superfinas, incurriendo tal vez en errores por falta de instrucción: la justa causa de la Religion católica sufriría mas con nuestra defensa, que con un ataque directo de sus contrarios. Damos por cierto, porque así está ya demostrado por la sana filosofía, que la Religion católica, apostólica, romana, es la única verdadera. Pues bien: la verdadera filosofía condena todo lo que es superfino y no puede servir á los pueblos, debe combatir todo error y proteger la. verdad y la justicia. ¿Cuáles son las ventajas que trae consigo el tolerantismo en un pais esclusivamente católico? Ningunas. ¿Cuáles las verdades que encierran en sí las falsas religiones? Ningunas, ¿dué protección ppdrá tener la verdad y la justicia cuando sean admitidos principios falsos, se sofoquen los sentimientos del corazón humano, y solo se quiera hacer valer lo que diga relación al interes material de individuos que pertenezcan á tan diversas religiones? Ninguna ciertamente,, y antes por el contrario, los pueblos sin sacar ventaja alguna,.verán en sus senos hacer alarde del error, ocultarse la verdad y protejerse la injusticia bajo la salvaguardia de una religion falsa, que profesaran desgraciadamente algunos de .nuestros paisanos, mas bien por espíritu de novedad, que por una verdadera convicción. ¿Y en el siglo de las luces, como se llama el presente, abandonaremos la sana filosofía y nos entregaremos ciegamente á lo que nos es pernicioso en lo temporal y eterno, dando oidos á unos cuantos espíritus inquietos, sin instrucción y sin mas interes que el particular, porque desconocen el común? . La representación nacional no lo permitirá, y hará que se conserve en este desgraciado pais para nuestros hijos la Religion de nuestros padres. No es dudoso que la Religion verdadera escluye esencialmente las relisio-, nes falsas: no lo es tampoco que toda religion tiene sus dogmas, regla la con- ■