14 UNIDAD DE LA IGLESIA admiten que la Biblia es la única regla de Fe, pues para todos los demás es claro, y pudo ser entendido por cualquiera desde el principio. Más adelante trataremos de este punto. 20. Que la Iglesia puede, en el transcurso del tiempo, y según se presenten las ocasiones, decta/rar o egcpUcar las verdades de la Fe. Esto se puede probar, no sólo por las Santas Escrituras y los escritos de los antiguos Padres, sino también por la conducta de los mismos protestantes, los cuáles se jactan del cuidado y asiduidad con que “escudriñan las Escrituras” y estudian su significado, aún ahora, cuando se han publicado tantos comentarios del Sagrado Texto. ¿Y para Qué? Para obtener más.luz; para alcanzar a ver mejor lo que se ha revelado. Aparece de aquí que la única cuestión que puede suscitarse sobre este punto es, no acerca de la posibilidad de llegar gradualmente a un conocimiento más claro del verdadero sentido de la revelación, según que las circunstancias exijan desarrollos sucesivos, sino acerca de la autoridad de la Iglesia para proponer y determinar aquel sentido. Así pues, volvemos siempre al verdadero punto de división y de disputa entre los que no son Católicos y nosotros, esto es, a la autoridad -de la Iglesia, de la cual diré algo más adelante. No podré concluir mejor este razonamiento que citando las palabras de San Vicente de Lerins: "Tengamos cuidado en lo que respecta a nosotros en materias religiosas, lo cual afecta nuestras almas, como sucede con los cuerpos materiales, los que a medida que el tiempo transcurre, pasan por distintas fases de crecimiento y desarrollo, y multiplican sus años, pero permanecen siempre los mismos cuerpos individuales como eran al principio... De la naturaleza de las co- r sas se deduce propiamente que, con una concordancia perfecta entre los principios y los resultados finales, cuando cojamos la mies de la verdad dogmática que ha brotado, de las semillas de doctrina sembradas en la existentia de la Iglesia, no hallaremos diferencia sustancial entre el grano que se plantó primero y el que ahora recogemos. Porque aunque los gérmenes de la primitiva fe se han desarrollada en cierto modo, en el transcurso de los tiempo#, y aún recibido alimento y cultura, sin embargo nada dé lo que es sustancial en ellos puede sufrir cambios en ningún tiempo. La Iglesia de Crist? es un guardián fiel y vigilante de los dogmas que le han sido encomendados. De este sagrado depósito día no cambia nada, nada quita, nada agrega ”