El Dr. Andrés Contreras La revolución anárquica que ha destruido a México, tiene en el destierro a infinidad de intelectuales, que procuran borrar con su cultura y su laboriosidad, los borrones que los actuales próceres han estampado sobre el nombre de México. Se hallan fuera de la Patria, sus mejores poetas: Díaz Mirón, Ñervo y Urbina; sus mejores músicos: Julián Carrillo y Manuel M. Ponce; sus mejores tribunos: Francisco Bulnes, Querido Moheno, Rodolfo Reyes y José Maria Lozano; sus mejores jurisconsultos: Emilio Rabasa, Jorge Vera Estaño!, Pablo Macedo; sus mejores diplomáticos: Francisco L. de la Barra, Carlos Pereyra, Federico Gamboa yzBalbino Lávalos. Y asi, por el estilo mientras lo mejor de México, vaga errante por el extranjero, la Nación 'es consumida por la barbarie. Entre los muchos mexicanos que valen y que se han visto obligados a salir fuera de su Patria, se encuentra el Dr. Andrés Contreras, hombre superior, de una cultura refinada, que se ha radicado en Cuba. Después de infinidad de contratiempos y tras de vencer obstáculos casi insuperables, el doctor Contreras se ha abierto paso con su ciencia en la capital antillana, y ha logrado doctorarse en la famosa Universidad de la Habana. Después de una serie larguísima de exámenes, fue sujeto a un examen ge- neral, y el Jurado lo aprobó por aclamación. La prensa cubana ha comentado este acto muy elogiosamente y nosotros al felicitar al doctor Con treras, nos felicitamos de que haya mexicanos que procuren redimir el nombre de la Patria en estos días de desolación y de infortunio. A la Virgen de los Dolores Junto a tu altar, oh Virgen dolorida, Deshecha en llanto mi alma se anonada, Porque la tengo de dolor trancida, Mientras voy lejos de mi patria amada. De esa dulce mansión que no se olvida... Menos cuando se mira desgraciada, Sin paz, sin ley y casi ya sin vida; Reducidas sus glorias a la nada..... Pero tú eres su Madre, su Abogada: Acuérdate, María, de tus dolores. Que tienen su medida en tus amores; Y allí, desde la Cruz, mira apiadada A México, que sufre sin consuelo..... Sé el iris de la paz en aquel suelo. San Antonio, Abril 14 de 1916. Ignacio VALDESPINO. 5