30"' LA VOZ Réli^idri católica) es tal, que si no fuera, éí temor de los suplicios á que están espuestos lós fieles, la mayor parte de Jps chmOs la abrazarían. Así es que los misioneros no cesan de instarnos para q^ue pidamos continuamente al cielo la conversion del emperador, conversion cuyo efecto inmediato seria dar á la Iglesia mas de doscientos millones dé fieles. Se citan mil ejemplos dé la venganza déí cielo contra los perseguidores de la fé én la Cochinchina y Tonquin. No diremos nadaídétostado de la Religión de estos reinos, puesta que son bastante conocidos los detalles ;de la persecución que aflige á los fieles. Verdad es que da sangre corre;'pero'sabemos también queda sangre de los mártires ha sido siempre semilla de cristianos. - Si del-Orienté nos trasladamos ál otro hemisferio, aparecen también' allí para la santa Iglesia de Jesucristo las mas consoladoras esperanzas. No hace < muchos áñosj cuando el europeo atraído rdel cebo del interés iba á establecerse en los países septentrionales deila; América, no encontraba en muchas' partes ni sacerdotes, ni'altares, ni socorros religiosos, pasaba los años enteros en este aislamiento fatal, sus hijos-ae criaban en una mortal indiferencia, y no tardaban; mucho en abandonar una Religion qué nunca habían conocido bien. Pero hoy. en dia, gracias á lós socorros de la obra de la Propagación de la fé, loa obispos se suceden y se multiplican, se levantani'iglesiás 'por to-' das'partes, hay sacerdotes caritativos que van hasta los lugares-mas remotos á buscar al aleman y al irlandés, emigrado, y enseñan á sus famílias-á cono- ■ cer y. bendecir aLDiós dé sus pádrésf.Dé este modo la Religion’principia-á echar raíces en la posesión de la herencia que casi estaba ya para perder, y ; marcha triunfante en medio de toda especie de obstáculos que le oponen el odio y la envidia, conservando sus hijos, y recogiendo en su seno muchas almas generosas que se hallan entre las diversas sectas que la rodean. En fin, en las estremidades del globo, las innumerables islas dé la Oceania ven brillar la antorcha de la fé: tres obispos'están encargados de estos pueblos, y mas de cincuenta misioneros desmontan ya sus tierras incultas. Las huellas de estos siguen otros muchos que están prontos á ayudarles ó sustituirles, si las fatigas ó él martirio llegan á interrumpir el curso de sus trabajos apostó-liaos. Feliz misión que desde sus principios presenta dorada su mies, y á quien solo faltan obreros para recogerla. Tal es el porvenir destinado á la Religion santa del. Salvador, pues que su imperio no está limitado á un pueblo, ó á una sola region. Ella sola es á quien Dios ha dicho que pidiese hijos al aquilón y á la aurora, y el aquilón y la aurora se han apresurado á dárselos: toda la tierra le está prometida^ la universalidad de tiempos y lugares es su herencia, así se lo ha asegurado su Divino Fundador. Este, si es necesario, multiplica las maravillas para cumplir sus promesas; y aunque él solo podrá acabar con su obra, quiere, sin embargo, asociarnos á ella para nuestro mayor merecimiento. Bendigámosle, pues, de que nos haya permitido cooperar á sus designios adorables, ^Contimiará.) . ESTERTOR.' PORVENIR DE LA FRANCIA Y DE LA EUROPA. Que el porvenir dé la Europa depende de la Francia, es una verdad incontestable,'y aun los menos amantes de la. Francia están obligados á récoñocér