not da para hacer algo. Deecribió el cuadro de un gran vapor detenido a poca distancia de un muelle cuya entrada era peligrosa porque habla un enorme banco de arena a poca distancia de tierra firme. El vapor habla llegado cuando la marea estaba baja; así que el capitán detuvo el barco y esperó hasta el momento en que subió la marea, luego, desvió la proa del vapor hacia tierra, y navegó sin peligro al muelle. El profeta dijo lo que leimos en el pasaje cuando el afable rey Ciro acababa de derrotar al rey de Babilonia, quien por muchos aftos habla tenido en cautiverio al pueblo de Dios; y el rey Ciro decretó que los judíos tenían libertad de volver a su amada tierra. Esta fue su gran oportunidad. Tenían que aprovecharla. Tenían que dejar sus caminos pecaminosos y volverse a Dios. En la experiencia de cada uno de nosotros llegan tiempos cuando se abre ante nosotros una puerta a una vida más amplia y mis rica esplritualmente. 81 no aprovechamos un momento como éste, no disfrutaremos de las bendiciones que Dios tiene para nosotros. Oración: Ayúdenos, oh señor, a no dejar pasar la bendición que Dios tiene para nosotros. Amén. V. 4 de septiembre: Seguros en el Señor, Salmo 37:1-6. El editor de una revista en una ocasión se detuvo en una esquina muy transitada donde mucha gente esperaba el cambio de las luces de señales de tránsito. Cuando prendió la luz verde, la mayor parte de ellos se apresuraron nerviosamente a cruzar la bocacalle, mirando de un lado al otro para asegurarse de que un conductor descuidado no los atropellara. Entonces vio que cruzaba una muchachita que no parecía temer ninguna cosa. No tenía de qué temer, porque su mamá la llevaba de la mano. En semejante manera sentía el salmista que no tenía por qué temer, porque Dios siempre estaba a su lado. Tal como ha dicho cierta persona, el hombre que en verdad confía en Dios se sentirá seguro en el conocimiento que Dios está más cerca que el respirar, más unido a él que sus manos y sus pies." Oración: Padre celestial, haz que siempre recordemos la promesa de nuestro Maestro, quien dijo: '¥ he aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo". Amén. 8. 5 de septiembre: Espera en Dios, Salmo 37:7-17. En un campo militar se dló el aviso de que temprano al siguiente día se lanzaría un proyectil. Antes del amanecer todos loe encargados estaban en sus puestos con rostros sombríos, escuchando con atención la orden de fuego. Esperaron y esperaron. Sabían que, a su debido tiempo, cuando fueran favorables las condiciones, se les ordenaría proceder según sus instrucciones. Así que esperaron con paciencia, hasta que por el altavoz oyeron las palabras: "¡Atención, prepárense!" En semejante manera el cristiano tiene que esperar pacientemente al Señor. Todos tenemos propensión a la impaciencia. Cuando van mal las cosas, cuando se amontonan las dificultades, cuando oramos sinceramente por ayuda y liberación y ésta no llega, ¿estamos propensos a hacernos la pregunta: "Por qué no me contesta Dios"? En épocas como éstas debemos decir: "Espera en Jehová, y él hará". Oración: Ayúdenos, oh Señor, a esperar pacientemente en ti, y trabajar mientras esperamos. Amén. D. 6 de septiembre: Guardando a los rectos, Salmo 37:26-31. El padre de la finada reina Victoria de Inglaterra tenía una yunta de caballos muy fogosos. Cuando la reina era pequeña, el cochero a menudo solía llevarla de paseo en la carroza por el terreno que rodeaba el palacio. Un día, la muchachita le rogó al cochero que la dejara guiar aquella yimta de caballos fogosos. Rogó con tanto fervor que, al fin, el cochero la subió sobre sus rodillas y le dio las riendas. Cuando los demás vieron que la niña dirigía aquellos caballos se sobresaltaron y se consternaron. ¿Cómo se atrevía aquel hombre a poner en peligro la vida de su futura reina? Pero no se daban cuenta de que las fuertes y poderosas manos del cochero sujetaban firmemente las mamitas de la princesa. El salmista se daba cuenta de que la vida es peligrosa y exigente. Pero también sabía que no tenemos que seguir solos por ella. Por medio de la fe podemos vivirla con la fortaleza de Dios. Sus poderosas manos siempre harán fuertes nuestras débiles manos si se lo pedimos. Oración: Haz que seamos conscientes cada día, oh Dios, de que podamos hacer todo en Cristo que nos fortalece. Amén. 42 ÍL HOGAR CRISTIANO