346 J-a . ha hecho nuestra gloria. .. .. Hemos dado entrada en nuestro suelo á todos los errores que la ciega razon ha abortado contra Jesus y su Iglesia.... Las piedras se han tirado con abundancia contra ésta..... ¡Piedad, Señor! ved que somos, ved que hemos sido el pueblo privilegiado de María. ¿£oKÍMrH2LÍGÍ65K INTERIOR. OBSSílVAOXON SOBRE EL. TRIBUTO IMPUESTO AL CLERO, CON MOTIVO DEL ESTABLECIMIENTO DE MILICIA NACIONAL. La inmunidad y esencion de las iglesias y sus ministros, como igualmente de sus bienes, se halla tan establecida y asen tada en todos los derechos, divino. natural, eclesiástico y patrio, que .no solo está escrita en los libros sagrados y canónicos, bulas y decisiones pontificias, concilios y Padres de la Iglesia, sino también impresa en todos los corazones de los que son verdaderamente católicos. Bien grabada debió estar desde luego en los de nuestros sabios legisladores, cuando al formar las bases orgánicas de nuestra constitución, la miraron con el respeto que ella merece, sin atreverse á vulnerarla en alguna de sus mas pequeñas prerogativas; así es, que dejándola tan pura é intacta como había emanado de sus sagradas fuentes, su conservación en nuestra República la consideraron como una consecuencia legítima del catolicismo que habia abrazado por mas de tres siglos, y cuya profesión sancionaron en el presente con tal solemnidad y aplauso, que éste, y solo éste, debía ser él carácter y divisa de todo ciudadano mexicano. Asentada esta sagrada base como el mas sólido fundamento de la prosperidad futura de la nación, quedó ésta obligada y resuelta á sostener y patrocinar la Religion católica que heredó de sus padres, por medio de leyes sabias y.justas, las que jamas permitirían que en su seno se abrigara á cualquiera otra secta. Y esta resolución debió tenerse como una ley inviolable, que revestida del nervio, valentía y firmeza necesaria, prestara á la Religion las mejores garantías que le aseguraran su perpetuidad, y la pusieran á cubierto de toda borrasca. Mas por una. fatalidad, esta ley que debía ser su mas fuerte y sólido fundamento se halla en dia tan desvirtuada, que lejos de protejerla, á su presencia se han dictado otras, las que aunque es cierto que no combaten sustancialmente á sus dogmas, no hay duda atacan la disciplina de la Iglesia, la que siempre se ha considerado como un muro ó vallado que los pone á cubierto de toda contradicción. . Tal es entre ellas la, que hace tributario al clero gravándole con pensiones pecuniarias, ya no solo en sus miserables congruas que con grandes trabajos adquirieron, y presentaron á sus respectivos obispos para ser elevados á la