LA PENUMBRA :í la Fenicia brillando con resplandecientes fulgores entre los vetustos pueblos de la antigüedad; verdad, es que la humanidad, hablaba y se entendía segura- v t __o____________ mente antes, mucho antes tie que apareciera en la ció, si nd tememos los cataclismos que se suceded escenadeljnundo, ese pe?|iieno pueblo estableciaoso- en el globo y como Moises, contemplamos imperé Y si esto es una gran ventaja porque conoeemo| la causa íntima de los fenómenos naturales y laS¡ leyes que rigen á los mundos que pueblan el espaí bre la foja que se estiende entre el Líbano y el Mediterráneo; que introdujera y perfeccionara en el Oriente la navegación; pueblo introductor del arte y de la industria, que inventara el vidrio, enriqueciera el comercio con el descubrimiento de la purpura y dominara el mar y asombrara á las naciones con sus muelles asombro:? en las hermosas poblaciones de Tiro y de Sidon, pero es verdad también, que tí ella le debemos la escritura literal, y tí la es- _ _J...__ __ _ . v 1X , vtv critura de los fenicios debemos poder contar hoy el hombre ts un producto y nada mas de la hatj las maravillas de otros tiempos y ¿ la escritura debemos poder conservar las tradiciones de los pueblos, cantar con Homero, las^glorias de Aquiles, asistir con los griegos tí los juegos olímpicos y pr senciar admirados las luchas sin par de Sófocles v Esquilo y Démostenos contra Esquines; porque la escritura de los fenicios perfccv: ‘*mda. con los caracteres de imprenta de Gutembcrg es en mi concepto el depósito de las lenguas, de los conocimientos, de los inventos; es el buril conque la Historia esculpe todos los hechos—os la biblia de las ciencias y las artes. térritos las tempestades en que el rayo nos deslum-j bra y el trueno nos aturde; en cambio perdemoy las creencias candorosas que nuestras madres noSj inculcan, las teorías de moral con que nos nntreifl y cambiamos por el Dios de los judíos, el Dios de los filósofos del siglo XIX. Ar sin embargo para el pensador esto es precios^ convencido como eshi. que lo ípie existe es la.ca.fl sa lejana de las leyes que rigen la materia y deqS raleza y viendo en la muerte la condición síne myn de la existencia: omprendiendo que ni ;u||| a»i e 1 a; ¿ c sn» y huella dejard de su tránsito pnr este pía; ¿-¡plea, su inteligencia o los productos de sus fuér^ psíquicas y físicas en dejar tí las generaeione^| monumento, un libro, una palabra, una fecha ení| que recuerden su naso por la tierra. Dejar un recuerdo en h Historia del inundo^ grandioso: sobresalir entre este mar de cabezas bi manas, contemplar las risas y burlas por doipuey vivir ignorado, despreciado y pobre; y luego, áj muerte, enmedio de los sarcasmos de la última hbf arrojar a la humanidad un libro con un liinnaarlj ideas ó vaciar al Infinito en un cuarteto y inori dejando estupefacto un pueblo, es magnífico, sai préndente, sublime... .Ser el escarnio y lue^) d ios! Y este es el porvenir y lá Vida de los gra^ Alocución pronunciada por su autor, en la velada ¡ I10n.lhres X sobre lado de*los P«etus: sueñan un in literaria que celebre la Sociedad 11 Juan Antonio de la! Pos*bb?- veu <'r,nio Moisés, la tierra prometida j Puonté' en honor del sentido poeta coahuilense 31anuel\»ult,IV11 como t*0» laeorona de espinas en^l i frente. La humanidad al saber su muerte despM ¡ta de su letargo, apaga la risa de la orgía en i labios y al entonar el canto elegiaco á su i recuerda sus hechos y los servicios que presta^ i y esculpe en su libro, la HLstoria, el nombré dt que en la tierra se burlú de shS placeres;|Sbptó| sus eareasmos y criticó sus necedades. - Tal ha pasado siempre con los poetas. desdélSfl ¡ mero hasta, Acuna y desde Cervantes; [ Alarcon. ■ . - ¡ Acuña impresionable, inspirado como los véríli perlecto en la naturaleza, con un cerebro en via de ¡deros poetas y nutrido desde que abandonó stís la desarrollo, pasa los primeros años de la vida en i res con las teorías de ios filósofos de la iguales o, quiza en peores circunstancias que los¡Inglaterra; dejó en sus cantos su historia, suites animales interiores: dotado de facultades psíquicas; precio á la sociedad que no lo comprendía: y y físicas para sobresalir entre sus semejantes no liistoria la gloria de su patria v en sus dcs|)reeN comprende lo que á su alrededor pasa, ni puede ex-[su inmortaiidad. Grande como él era. plicarse el objeto que lo trajo al mundo; pero crece, [dio.su misión en el mundo y se propuso cumplid su cerebro se desarrolla, su inteligencia se cusan-[y casi lo hizo en los pocos años de su vida. ?, encerró en una cuártétíi lo que un stibí#™ i-[ nas^desarrolla en^un volumen: y dió ó géyoro que esta llamaila^a déséinpeña?ü^pSf®^^B Cultivar Lt inteligencia es abarcar el Infinito y XIX, el único que puede salvarla en este caos ib reasumirlo en una palabra, esesplicarse la natura-¡duda j positivismo: el género filosófico^- VARIEDADES. Acima -ij Nan o. TESTIMONIO DE APRECIO. Un grito es nuestro primer saludo ú la existencia. Aparecer en la escena uel mundo puede ser grande, pero también es doloroso: el hombre, único ser cha y entonces ¡inteliz! no quisiera halier salido doL Pope estado salvaje en q ¡e estuvo sometido en sus pri meros aííos. leZvt es darse cuenta de lo que existe. Mas detengánióííos un poco á examinar'tó