149 _______________LA estas compañías, contri!luyendo coa sus bienes de fortuna y las más veces con el patrimonio de sus hijos. ; Y será justo «pie la mujer, ponpie le han imbuido (¡ue tiene menos inteligencia (pie el hombre, y se opone su destino á tales conocimientos, deje perder el capital de sus hijos? Bien sabido es (pie en ese ramo, el do minería, es donde más abunda, la. mala. fe. Cuántos de los (pie se dicen mineros; sólo saben explotar la. bolsa, de sus protectores y después de mucho tiempo V crecidos gastos divda'ran ser de mala, ley los mócales. I-ldo lo hacen con los hombres (pie desconocen el ramo; ¿pues una mujer? ¡Cuán expuesta no se haya á perder con lo único que cuenta para, el porvenir de su familia! Pistóse evitaría si los (pie se dedicasen á mma§ hicieran un estudio perfecto de la. mineralogía; como -pasó no hace mucho t iempo en una. mina denominada “La Voladora., queíué explotada por varias com]>aidas, las que trataron los metales (pie contiene ]>or fundición, siendo no pocos los gastos originados pa¡ a la construcción do sus haciendas de benelicio, (pie existen casi a, orillas de la. pobLu ion, siendo pocos los resultados (pie obtenían, la abandonaran; entóneos la Sra. Luisa bdoresde Arellano, qiíen tpiedó viuda muyjóven, de un ingeniero ue minas, con h)sconoiumnoitos(pie ’po'see de la. mineralogía, comprendió (pie el metal era, un carbonato de plata, y cobre, y bajo el procedimiento de amalgama,ción lo trató por cocimiento^ o por benelicio di* cazo, cuyo ensayo pasó pol1 mi vista una. tarde que me hallaba do vlsitji, en la casa.; y sin necesidad de ir al cerro ni tener (pie desprender el metal, ella en su hogar supo descubrir la riqueza que éste com tenía, y «pie fuertes compañías no habían podido descubrir. Por falta, de fondos no pudo explotarla como se merecía.; pero no ah indonó su empresa, por algún tiempo la amparó y cuidó de los demmciajites hasta, qué una conqiañía minera le dié) $d,()()0 americanos (>n el Banco de Nueva, York, «pie vienen á ser $(>,000, por el premio (pie tiene en México. Hé ahí de ese modo asegurado el porvenir de su familia, (pie no es poca. Sagrada es la misión de la mujer, en verdad; pero ninguno de estos estudios son remora para, cumplir con sus deberes domésticos, puede muy bien enriquecerse con todos los conocimientos en las escuelas y colegios establecidos, y en el tiempo (pie le quede libre desempeñar sus quehaceres domésticos. ¿Acaso los jóvenes (pie asisten á los colegios, tienen todas las horas de su vida empleadas en el estudio? sacad la, cuenta, y resultará que en la, mayoría es más crecido el número de horas destinadas a. la. vagancia. «pie al estudio, lo (pie no pasa en la, mujer; pues ella., con muy raras excepciones, sabe manejar la escoba, coser y asear sus habitaciones, no desconoce las funciones que diariamente se desempeñan en el hogar. VIOLETA._________________ Además, una. niña, no podría, dedicarse álos estudios; pero en esa tierna, edad, cuando el corazón es sensible á las ideas que se le inculcan, (pie se le eduque en las buenas máximas, acostumbrándola á la, ]>ráctica del bién y se le enseñen los deberes que como mujer tiene (pie desempeñar en la vida, y no habría temor de que más tarde se le abran do par en par la.s puertas del templo sagrado de Minerva. María Garza González. A MI TIERNA AMIGA 9 arza 9ünzálcz. EL DIA DE SU SANTO. I lermosa la aurora ya, asoma, en Oriente Rodeada de nubes de oro y saíiro; Gallarda, y graciosa, ostenta en su frente Guirnalda de estrellas (pie estática adndro. Las (lores, las aves y todo lo creado Se vuelve á la vida, sintiendo su luz La noche sus sombras receje á su estrado Y mida aparece de ascuro capuz. Así yo quisiera mi tierna. María Mirarte rodeada, de dichas sin fin, (t)ue siempre en tu rostro se lea,: ¡alegría! Envidia causando á la aurora y salir. Que nubes circunden tu talle hechicero Y rica diadema ostente tu sien. Admite por trono mi alecto sincero Por séquito, glorias y amores también. Virginia Marto. ~ ~ ■ - -------------------------- LAS AMIGAS. Por María Garza Gonzalez , [continua.'] Octava carta de Enrk¿ueta. Linares, Febrero de 1884.—Inolvidable María:—Voy á hacerte la relación de mi permanencia en la hacienda, en la que no encontrarás ninguna novedad ni nada (pie llame tu atención, porque harto fastidiosa es la vida que me paso en esas partes; verdad (pie ahora tuve en que entretenerme con la enfermedad de mi hijo-pero esto no me distrae ni es una ocupa, ción que me complazca. I Figúrate, con un niño tan necio y que