8 COOPERACION X-iSi Oíu.c3.€lc1 de Saltillo —------------Por HORACIO AVILA-------- La Ciudad de Saltillo se levanta en la última estribación del lado Poniente de la hermosa sierra de Zapalinamé. Es tranquila y. sonriente. Es una de las más bellas poblaciones fronterizas. Su clima, en invierno es frío, y en verano templado. En los meses de julio y agosto es un esplendido lugar de veraneo, a donde acuden forasteros de Monterrey y del Sur de los Estados Unidos, huyendo de los rigores del calor a pasar una temporada plácida y alegre de descanso en la bella capital coahuilense. En esos días adquiere mayor esplendor el Saltillo. Es un vergel: sus jardines cubiertos de flores y sus huertas llenas de las más variadas y sabrosas frutas. Por donde quiera se escucha el rumor de las aguas diáfanas y corrientes, y un cielo azul le da mayor realce a los panoramas risueños que se contemplan en el campo y en la Esté pendiente Del lo. al 15 de Agosto Tendremos an extenso surtido de calzado a Precios de VERDADERA BARATA Zapatería Goazález Miembro do la Unión de Comerciantes Hile i Znnioza Teléfono Num. 609 N. ciudad. El azul turquí de la sierra de Zapalinamé ofrece un maravilloso contraste con el color plomo rojizo del Cerro del Pueblo, que se levanta en la parte opuesta de aquella abrupta serranía, como up eterno vigilante, que tarde a tarde, vé hundirse tras de su inhiesto crestón, el manto dorado del sol. Está el Saltillo rodeado de montañas. Lleno de recuerdo históricos. La claridad de su cielo, la transparencia de sus horizontes, la pureza de su atmósfera, el encanto de sus paisajes, todo invita a la poesía, a la meditación y al ensueño. En el mes de agosto se celebran las fiestas de su Santo Patrón. Entonces la alegría se desborda por todas partes. Sus plazas y sus calles se ven transitadas por todos los habitantes, y por.infi-n i dad de forasteros que acuden de varios lugares de la República a disfrutar de las suaves delicias de su clima y del fascinante esplendor de sus fiestas. Na hay viajero que visite el Saltillo que no se detenga a contemplar su hermosa Catedral, cuya parte central es de una extraordinaria belleza, las viejas ruinas del templo del Landín, la antigua iglesia de San Esteban, sus meritísimos planteles de enseñanza, sus pintorescos alrededores. su alameda umbrosa, donde los cantos de los pájaros y el desfile de jóvenes bellas y graciosas despiertan un indefinible y misterioso encanto; sus huertas olorosas y floridas, que tanta fama y alegría le dan a esa riente población, que es una de la? más cultas de la República. Cada ciudad tiene su rasgo característico; Sevilla es deslumbrante: Barcelona, soberbia; Mallorca, fantástica: Valencia, azul* Cádiz, blanca como una paloma. Puebla es elegante; Queréta-ro, romántica; Morelia, bella; Guanajuato, fascinadora; el Saltillo, luminosa como una estrella. Allí juega la luz de prodigiosa manera, como si pasara al través de un maravilloso prisma, para darle mayor encanto y animación y vida al paisaje, donde la vista se apacienta y se recrea contemplando los panoramas inenarrables de la Naturaleza, realzadcs por aquel apasible y poético ambiente que adquiere la atractiva tonalidad de la esmeralda hialina, porque el verde follaje de los árboles le da ese tono encantador, como las hondas celestes del Mar Mediterráneo le dan La ansiedad de la espera se elimina totalmente ‘MPYlfANA’ a hríM Hicinnri/i con el uso adecuado y oportuno del TELEFONO nlCAlVAIlA d Idigd Uldldlllld