i _______________________________________________________________________________________ ....... Jefe de Redacción: AÑO I.—aa EPOCA. SAINT LOUIS, MO., E. U. A.-Abril ro de 1905. Administrador: Enrique Flores Magon- TOMO III. —No 22, La libertad de Imprente ne llene máe limite* que el respeto á la vida privada a le moral y i la pa> pública.—Art. 7» de la Conetltadón. Cuando la República prormnef# *u vox aoberana, Mr* forzoso someter** ó dimitir.—GAMBETTA. ' 2 DE ABRIL DE 1903 . --- -—taujvucs i a. lili cía y con los austeros principios lán y con el rigor nunca visto fq Preparados>afa evitarlo, le mal” un Juez Penal que á buen seguro lo condenara por desacatos á la < El fanático Nicasio Rosales, Inspector de la Seguridad Pública, en un arranque de santa indignación amenazó de muerte al (aprendizaje de doctrinas religio-I sas que están reñidas con la cien- Entered «econd-cl**» matter, Vebruary a7, i9o. M, . he I , . ” -------------— ornee at saint t®ui«,»ío, under the Act of congre— «.< __- -_____ cándalo y sin embargo Martínez de la verdadera moral. En esas escuelas es donde el Clero está elaborando las fuerzas que, mañana, si los Liberales no estamos Periódico Independiente de combate. Director: BIGARDO FLORES MAGON. Oficinas: 107 North Channing Ave $ No es un hecho vulgar el que >y recuerda el pueblo mexicano. Ea el índice de sus inmensas desventuras aparecen fechas que evocan hecatombes, pero entre estas hay pocas que por su rude-1 za puedan resistir un parangón con aquella cuyo recuerdo entris tece hoy á la Patria ofendida. El pueblo,—fatigado,—había de- continúa en libertad. Los depósitos defraudados co- Divinidad, rresponden á las personas siguientes: al Sr. D. Adolfo Cantú, $300.00, al Lie. Manuel B. Salda-ña $200.00, á Don Nieves Moran-el inmenso crimen de los direc-1tCa ^20"?0, aI Lic" Mi8Tuel Cirilo, 10.00 y áalgunas más cuyos nombres no hemos podido averiguar. Rafael D. Martínez es autor de un gran número de latrocinios que ha consumado ya sólo ó ya en connivencia de su compañero y protector el Lie. Rafael Dávila, yerno de Bernardo Reyes. tores políticos de Nuevo León consistió en atacar únicamente á Reyes (el litigo), adulando al mismo tiempo á Díaz (el brazo que lo esgrime). Resultó lo que naturalmente tenía que suceder. A los tiranos los alarma el civismo, fiero no el civismo giboso y enclenque de los que acuden á rio de Gobernación, coincidió'"con las brutales deportaciones [á Yuca- . lue se desplegó contra los periodistas independientes. No; no carece Corral de’ antecedentes; pero los que tiene son tan > tan poco tranquilizadores, que más le valiera no ostentarlos. La censura del «Tercer ¡Imperio» al «Colmillo» porque éste no tiene candidato y lo declara, nos parece injusta. Para luchar por principios, para combatir y exhibir'á la Dictadura clerical que hoy impera, para ilustrar al pueblo acerca de sus infortunios y de la necesidad de remediarlos, no es preciso de todo punto tener un candidato. Nosotros encontramos natural que, hoy por hoy, no tenga «El Colmillo»’ candidato, y no porque no conozca cidido erguir las espaldas flage- ellos con el alma cobarde rebo iadas. Las cabezas esclavas ha- sando hiel y los rostros innobles J bían concebido una idea liberta-dora; un anhelo de justicia hen-j chía los pechos generosos y la j atmósfera envenenada se purificaba á gran prisa al soplo de un civismo sincero, honrada, robusto. • Ese civismo amenazaba el derrumbamiento del gobernante que agita su epilepsia en el solio de Nuevo León, convirtiendo en carne de rastro á los ciudadanos de un Estado que supo alguna vez ser altivo y ser viril. El monstruo se indignó. Sintió las cóleras del chacal ante la presa que huye. Pensó en los forzados días de vigilia que lo amenazaban si dejaba perder su rebaño. Se soñó tan infortunado como Tántalo: la carne humana pasaría delante de él y no podría i lugar de ser el amparo de^la hincarle las zarpas, ni humedecer ciedad es su verdugo y los labios con sangre tibia, ni| Marchaba el nuebln calmar su nerviosidad con el es-pectaculo de las visceras sangrientas. Al presentir el derrumbamiento, los instintos del Gobernador de Nuevo León se rebelaron. No se dejaría arrancar la presa y se ( dispuso á conservarla con el celo , utilitarista que pone el carnicero! para la guarda de su ganado. Entretanto el pueblo buscaba, directores viriles que lo llevaran á la victoria, y cometió el grave error de confiar su representa- _____ v nu ción á __ eunucos que marcharon | á pié. E^'li'wnfuÓión a México á lastimarse las rodillas en las antesalas del Dictador, fingiendo ignorar que la dignidad es bastante pesada para poder llegar con ella hasta el Déspota. El civismo no puede codearse con las libreas palaciegas; eso | lo sabían muy bien los directo-1 res de la oposición neoleonesa, pe- j ro hay dignidades elásticas, hay 1 almas rufianescas, susceptibles, de amoldarse á las circunstancias 1 y de adoptar las formas que apetece la tiranía. El pueblo de Nuevo León hu-1 nal ambición de Bernardo Reyes, biera llegado á la victoria dirigido, sangran aún, y la existencia de por luchadores. Dirigido por eunucos fué arrastrado á la catástrofe. Sus directores cometieron el ______________ crimen de arrastrarse lanzando quejas á los pies del Dictador, para que éste aflojara la garra que empuñaba el látigo personi _______ ficado por Bernardo Reyes. No tuvieron ni siquiera los lógicos furores de las bestias castigadas que arremeten contra el domador, no contra la barra de hierro; que reservan sus corajes para el que fustiga, no para el fuete; y menos dignas que las bestias se quejaron, no rugieron___________ Bernardo Reyes es un azote, un flagelo esgrimido por el Autómata. Sin el brazo brutal que lo restalla sobre las carnes del pueblo, el látigo serla inofensivo, v no pierdo la esperanza de que pe- de devolver el dominio de’ la Na-rezcas en mis manos.” ción. . • ue.ia El fraile Navarro, luciendo su Porfirio Díaz, que con su torpe sotana, record diariamente la política de conciliación ha infla-poblacion en demanda de limos- mado las ambiciones del traidor ñas para el templo, y organiza con y odioso partido conservador e. mismo objeto comisiones de el principal culpable de la señoritas fanatizadas. Ición __________ En las escuelas católicas de Amatitan, fomentadas por Navarro, se viola la Ley, puesto que ___________ Xia?M°í9erVank1OS Pro5ramas I or8¡anícemó¡ vígírTsamentey oficiales y se embrutece á la ni- decidamos, si quCICin alumCn»aTdt,Ca9iabaUrdaS- Lo8 nuestra nacionalidad, á — del tiemní Ca? & ?ay°r de la decréP¡ta Dictad del tiempo escolar á rezos y al I tinos de la Patria. , es i reacción clerical que amenaza á nues_______________ tra República. Urge que los sinceros partidarios de nuestra Constitución, nos _• nos t si queremos salvar á arrancar contraídos por sonrisas de lacayos. El civismo que alarma á los tiranos es el franco, el resuelto, el enérgico civismo de los espiritas viriles que tienen una protesta para cada atropello, que for _________ mulan una acusación para cada atentado y que saben guardar intactas sus formidables cóleras para convertirlas en suprema vengadora justicia á la hora de la* reivindicaciones. El pueblo fué valiente; pero como sus directores fueron cobardes, la tiranía se insolentó, y una mañana, la del 2 de Abril de 1903, en que el pueblo manifestaba su I deseo de que concluyera el odioso califato de Bernardo Reyes, fué villanamente acuchillado por los esbirros del hombre que en I SO- ’ su azote. Marchaba el pueblo pacífica- mente por las calles de Monte-I rr®y» Heno de entusiasmo cívico, confiando en que sus directores 1 sabrían llevarlo á la conquista de sus libertades, cuando una alevosa descarga salida de los balcones y las azoteas del Palacio Municipal hizo sus primeros estragos en la compacta comitiva. Las descargas se sucedieron; ya I no sólo llovía plomo y fuego de I laa alturas del Palacio: la muerte también se recibía de los esbirros montados y aún de los de EL GOBIERNO PE JALISCO. La reacción clerical, El Gobierno de Ahumada se está distinguiendo por su afán de reprimir la libertad del pensamiento y por las complacencias con que favorece al clero fementido. A raíz del sensacional cuanto injustificado encarcelamiento del joven Roque Estrada, Director de «Aurora Social,» los estudiantes de las Escuelas Profesionales y del Liceo del Estado de Jalisco, lanzaron al publico la protesta, que insertamos en nrib de los úl- ___ Corral po sera Presidente El Colmillo Publico” y “El Tercer Imperio.” Nuestros .preciables colegas «El I de ser gobernados, después de Díaz ilmillo Público» y «El Tercer Im- ñor unn a* .... i._____ ’ nicería produjo, el pueblo rugió y buscó anhelante á sus directores, deseoso de encontrar en alguno de ellos al caudillo que lo I llevara á vengar la sangre derra-I ™ada______________Vano intento; los directores habían hui-| do___________ ¡Ah;‘si los directores no hubieran sido cobardes!............. ¡Qué inmensa provisión de odio debe haber en el corazón del pueblo nuevoleonés ¡Las heridas que alevosamente le abrió la crimi- - - » g a —w *.VMVÍ.Lt» uralosdes-^á los políticos, como cree «El Tercer Imperio,» sino porque debe conocerlos demasiado. En efecto, entre los hombres que figuran en 1 la política actual, no hay uno puro, no hay uno honrado, no hay uno que no lleve la mancha de su com-plicidad con la Dictadura. Sería preciso no conocerlos para buscar entre ellos un candidato á la Presidencia. Conociéndolos y siendo honrado, no cabe más que despreciarlos. El hecho de que la oposición le-che sin candidato no significa que no haya hombres capaces de substituir con ventaja á Díaz, ni justifi-ca la elección de Corral. Esos hombres no surgen hoy, porque su aparición sería su muerte; sabido es que Díaz no tolera competidores; quienquiera que le dispute la Silla' Presidencial, lleva más probabilidades de llegará la tumba que al Poder. ¿Tiene candidato el mismo «Tercer Imperio» que combate á la Dictadura actual y proclama anhelos de libertad y democracia? Si lo tiene, que lo publique, como desea que «El Colmillo» lo haga; si no lo tiene, está en el mismo caso que «El Colmillo,» y no debería criticarlo; por último, si no tiene candidato y por eso acepta á Corral, entonce^ sale sobrando toda su labor oposi-cionista de hoy, ya que á la postre había de someterse á un régimen exactamente igual al que impera en el presente. Creemos que, en realidad, la discusión de «El Tercer Imperio» y «El Colmillo» no significa un choque de inconciliables opiniones entre estos dos colegas independientes. «El Tercer Imperio» declara no ser par» tidario de Corral, y es seguro que no desconocerá las razones de peso que hay pera considerar peligroso á ese individuo; por tanto, no será difícil que el ^preciable colega llegue á quedar de acuerdo con «El Colmillo Público» y con nosotros. Tenemos la convicción de que Corral nunca alcanzará la Presiden- ‘ : a. La Nación está ansiosa de ser ibre, de tener un gobierno demócrata que norme sus actos por la ey y no tolerará en el Poder á Co-I rral,