JUtolCNKXAClOW ___________ re en cumbre rio*, no le* he enlgl-do *lno doe cu*1M*de*f sumieron Incondicional A In Dlctndun y ee-renda haste del má* Jifero eecrd pulo pete tlrenleer. Todo* lo* Gobernadores llenan laa condicione* exigidas: son obedientes com o un perro para con el Dictador, y feroce* como un tigre para con • pueblo. Darlo* A conocer uno por uno, publicar su bhtorl*, eu* crímenes, su* corrupción* , eiría imposible en la* dimensiones del pre«ente MANIFIESTO. Pero por lo que la prensa independien-te publica desde año*, tenérnoslo baatante para saber que el Dictador ha colocado al frente de todos loa Estado*, A hombres de la más ínfima escoria, aventureros, anti gaos salteadores, soldados de ocasión, seres, en suma, ignorantes, rudos, casi primitivos, propios para ser instrumentos ciegos de fina voluntad superior. Hay también algunos que parecen ilustra dos y hasta tienen títulos profesionales, pero tal circunstancia resulta á la postre agravante, porque estos, como los primeros, son igualmente ciegos para obedecer y brutales para oprimir. Estos tiranuelos, con la condición de servir bien al Autócrata, tienen garantizada la impunidad para cometer toda clase de crímenes y atentados, y á su vez garantizan esa impunidad á sus inferiores á cambio de igual sumisión. Por eso en México los individuos investidos de alguna autoridad, abusan de ella hasta lo inaudito, roban, matan, violan, sin la menor responsabilidad, y por eso el pueblo gime miserable y azotado, mientras la tiranía se yergue floreciente. Los opresores, ligados del primero al último por el lazo de complicidades, de servicios mutuos y mutuas complacencias, reinan fácilmente por su solidaridad inquebrantable, sobre el pueblo desunido y disperso. Las Legislaturas y los Tribuna les de los Estados los integran lacayos á gusto de los respectivos Gobernadores, y las designaciones que estos hacen son conocidas y aceptadas 6 reformadas por el Autócrata- Hasta los más humildes Municipios son constituidos á capricho del Gobierno y no por elección popular. ¿Cuálea han aido laa consecuencias sociales de semejante género de gobierno? Cualquiera las ve y las palpa. Son: miseria pública. fine terrenoa deede tiempo© in memoria lea, fueron rubedo# y lo H» U4 su propio esfuerzo. Se conservaba la absoluta seguridad de que <;1 civismo sería la salvación, siempre que estuviera bien ejercitado, pero se temía no ver nunca en México, bajo la tiranía imperante, un espectáculo de completo y verdadero civismo. Pero el espectáculo se vió, ejemplar, admirable, sin precedente. El pueblo de Coahuila, al combatir contra la última reelección del funesto y rapaz Gobernador Cárdenas, se reveló como pueblo poseedor de todas las imaginables virtudes ciudadanas. Su campaña política fué irreprochable, nada en ella podría criticar el más exigente democra- ellas. De muebas pa____________ pública se llevan rebaños de siervos pera esos lugares de desolación yl de muerte. Los indios yaquis que han logrado escapar á la muerte en la guerra inicua que se les hace, j después de haberles robado sus tie-: rras, son vendidos por Ramón Co -I rral á los esclavistas yucatecos. A quererlo. No fué un pueblo ren- mucho meuoe. Y por feliz se daría *i percibiera íntegro el jornal i los mismos esclavistas y á los de que tiene asignado; no percibe sino Oaxaca, les venden hombres mu-una parte de él, porque la* compe- cha* de la* autoridades del peí*, ñías para la* que trabaja, le dedo-cen de sus míseros alcances un tanto por ciento para infinidad de cosa* inutile*: para un médico que nunca le* sirve, pata el culto católico que lo* embrutece, para tal ó cual fiesta en que no se divierten, etc. etc. También les deducen lo que deben á la tienda de raya, que siempre e* demasiado, puee en esa tienda se le* cargan á precios elevadísimos los peores efecto*. Es muy frecuente que loe trabajadores, des ! pués de una semana de privaciones y fatigas, todavía resulten adeuda - do* con *u* explotadores. Hay par- £;cle ^*¿1 'ckibierno/conTn tes en que á todo* estos males, se e9tado eociaken que nada produce agrega el de no hacer los pago* cou el trabajo honrado, en que sólo el moneda comente, sino con boletas abu8O jle infamia dan ¿cdro y po. qnp representan cierta cantidad y d„fo> y lo, extranjeros, sin afeito sólo son aceptadas en la tienda de a¡ pgíM| Bjn piedad para un pueblo raya á cambio de pésimas mercan- qUe no eg 8UyO favorecidos por cías. El ti abajador que necesita Dj Gobierno que se les humilla, a-dinero en efect vo,—y no hay quien i deje de necesitarlo,—sólo puede procurárselo dando sus boletas con ‘ descuentos enormes, que representan una gran pérdida para sus insignificantes haberes. En resumen, el jornal del trabajador con ser demasiado bajo, se reduce hasta lo más ínfimo con tantas contribuciones, descuentos y deudas, que son verdaderos latrocinios. . Las tiendas de raya han arruinado á multitud de comerciantes establecidos en las cercanías de las fábricas 6 en los minerales Las grandes negociaciones pagan á sus obreros por semanas, quincenas y aun mensualidades vencidas y los obligan así á pedir fiado lo que necesitan para vivir. Las tiendas de raya fían, en la seguridad de no perder, pues la misma negociación descuenta á los operararios, el día de pago, lo que adeudan á la tien-' Ei vil comercio de carne humana florece en México, autorizado y Eradicado por los servidores de la Heladura. Sobre el pueblo mexicano pesan todaa las opresiones y todas las miserias. El Gobierno y el clero lo oprimen y lo embrutecen para robarlo. El capitalista se aprovecha de las condiciones en que la' tira* nía ha puesto al pueblo, y lo roba también. Los extranjeros, que quizá llegaron al país dispuestos á trabajar, se encuentran con el ejemplo de los opresores, con la com pía- rrojan de su conciencia los pocos escrúpulos que pudieran tener, y se entregan, como todos, al latrocinio. En México no hay riqueza pública ni prosperidad nacional. Si hay simplemente riqueza y prosperidad, . ellas son exclusivo patrimonio del grupo opresor y explotador, formado por el Gobierno y el Clero, y por sus amigos, unos cuantos capitalistas nacionales y extranjeros. La miseria de la inmensa mayoría de los mexicanos, afecta más al país que los millones acaparados por unos pocos, y constituye nuestra miseria pública: pública, porque es de la mayoría, porque es general, porque donde quiera se siente y se lamenta Así vivimos. Arriba, una casta privilegiada de gobernantes, sacerdotes, ricos y extranjeros, en la o-. । pulencia, en la dicha, disfrutando t D|aJ 1.z aIi«a° i0S >ru todos los honores, embriagados todos los placeres, sin pensar en las víctimas con cuya sangre y cu yas lágrimas amasaron esa felicidad en que se mecen___________abajo, la falange inmensa de los oprimidos, de los parias sin derecho á la libertad ni á la dicha, haraposos y hambrientos, extenuados por las fatigas, sombríos por los dolores, con relampagueos de odio y llamaradas repentinas de indignación en la pupila reveladora y taciturna____ -l^lc,1rV,z Á',U1U^1UU ▼en- rrellglouBrioe que eu d ubas agrupa- e I cido: fué un pueblo que se dejó clones preaclndan de Inútiles formalidades. Lo único que se pide ee que lúe I ciudadano* Hbcraiee década población ee reunau de tiempo en tiempo para tratar de loe aeunln* políticoi del y wuwnUrptitoa con eeta Junta, ya para ce» m un i carie noticias políticas, y* para proponerle proyectos, ó va, etruplemcnte. para con ser va i- con ella las rol ación ea ee-tableoldae. Se encarece á loe correli-glonarloe que constituyan uniones lo más numerosas posible, pero el en al-gunae partee sólo hay un ciudadano de nuestras ideas, que no por su aislamiento deje de dirigirse* nosotros. III. —Los grupos ó ciudadanos que secunden la presente excitativa, lo comunicarán á eeta Junta, que inscribirá sus nombres entre los miembros del Partido que se reorganiza. Esos grupos y ciudadanos enviarán men-*1 a ¡mente á la Junte según loe recur-tes y voluntad de cada uno, una contribución que se invertir* en los gas-toa que requiera el cumplimiento de la clássul a siguiente: IV, -La Junta, aparte de sus trabajos propios, procurará el fomento de publicaciones oposicionistas en México, distribuirá fundos entre los luchadores liberales que se encuentren en la pobreta, sostendrá á los que la Dictadura encarcele y despoje; y el se dan casos que un funcionario público pierda eu posición por haber cumplido con su drber, también lo ayudará. Anhelamos hacer efectiva la solidaridad entre loa liberales y para ello contamos con el upoyo eficaz de nuestros correl ig lo narit*. V. -^La JunU guardará absoluto 1 secreto sobre los nombres de loe a- deptoe. No comunicará entre eí á las distintas agrupacióles ó personas a-filiadas, sino hasta convenceree de que son verdaderamente leales á la causa. Pero si algún miembro del Partido no desea eu ningún caso ser comunicado con los demás, ee servirá declararlo y la Junta respetará su voluntad. •. Por estos medios nos organ izaremos sin peligro, y cuando tenga fuer, ta nuestro Partido, podrá desplegar sus banderas y entablar la lucha decisiva, frente á frente de la odiosa ti- vencer. La tiranía sonrió satisfecha yl burlona. Eso quería: luchar ella MJU^MCrúnulos, sin ley, hrr il y un nallescamente, con un pueblo lleno de atenciones y de miramientos, y obsesionado por un respeto re Jgioso mo: ultrajar impunemente al pueblo, ahogar la libertad, escudado por el orden ; pisotear la justicM al amparo de la tranquilidad pública; ser inviolable, sin respetar el derecho ageno, y seguir enarbolando, en nombre de la paz, el estandarte negro de la opresión. El precedente es funesto. De hoy en adelante la tiranía extremará sus desenfrenos, segura de que el pueblo no intentara castigarla, por no turbar la paz. La iniquidad ha quedado sancionada: el despotismo tiene el derecho de o-primir, de robar, de asesinar, y «1 pueblo tiene el deber de soportar todos los ultrajes y todas las infamias; el despotismo tiene el derecho de atentar contra la paz con sus crímenes, y el pueblo tiene el deber de conservar la paz con sus resignaciones. Tenemos fanatismo por la paz. Pero si Un inviolable la consideramos, ¿cómo es que nos abrogamos para nosotros solos el deber de res- bajadores, después de las deducciones de costumbre, y por tanto, aunque el comercio independiente les ofrezca mercancías mejores y más baratas y aunque desearan recurrir é él, no pueden hacerlo por falta de fondos. Sin consumidores que lo sostengan, el comercio se a-rruina, y la tienda de raya se en-riquece robando á los trabajadores. El jornalero del campo vive todavía en peores condiciones. Tra- yor parte de la República, un jornal no pasa de 37 cts. diarios, descendiendo hasta 15 cts* Si en La tiranía con todo su rigor y sus brutales represiones, no ha po- E1 pueblo todo de Coahuila, en masa, en abrumadora unanimidad, sin que faltara en él una sola clase ó un solo grupo social, se alzó en viril oposición contra su tirano, resueno á recobrar sus libertades y á dar.e á sí mismo un Gobernante hor ado que no fuera un lacayo del Dictador. En Clubs y periódicos se sostuvo la lucha, una Convención designó el candidato popular, y por él se aprestaron á votar todos los coahuilenses dignos. El pueblo era fucile por su número y su organización; el Gobierno era débil por su desprestigio inmenso y su absoluta impopularidad; el triunfo no era dudoso. Llegó el día de las elecciones, el domingo 17 del presente mes El pueblo acudió á las casillas á depositar su voto, y allí se encontró con que los esbirros del Gobierno, que de antemano habían establecido todas las mesas, se negaban á recibir votos que no fueran para Cárdenas. Las protestas, la lectura de artículos constitucionales y otros medios cívicos, fueron mpotentes para arrancar á los esbirros de las casillas usurpadas 6 >ara obligarlos á tomar en cuenta os votos contrarios á su amo. En vist; de ello, el pueblo se retiró, profundamente decepcionado al ver que sus esfuerzos de meses enteros, su civismo ejemplar, su respeto al orden y á la ley, nada valían ante el cinismo de unos cuantos rufianes que cumplían tranquilamente la consigna de hacer triunfar á Cárdenas, por unanimidad de votos. . . r tual. Ambos grupo Los coahuilenses desconocerán bles manchal. El seguramente estas eleccciones He- Planeado po ñas de ilegalidades y de vicios. La Nación los vei á protestar como los mil orímenee más; el segundo grupo ha visto luchar, y quedará per fee- lo encabeza el aventurero Ramón lamente convencida de que en Coa- Corra), conocido por eua roboa A loa baila se cometió un* gran infamia ^moc.^iÍó'.obre^* ndioTtab^ al usurper el Gobierno un triunfo! rlo.oe y viril*. Clantífiooa y rayi.taa, ra que la respete también? ¿Por qué no somos justos? Deberíamos nivelar nuestros derechos con nuestras obligaciones. Aceptemos el deber de conservar la paz; pero exijamos que la Dictadura lo acepte también. Esto no es proclamar un derecho revolucionario, sino sencillamente igualitario. A grandes rasgos hemos examinado la situación política y social de Mexico en la actualidad. En-contramos males inmensos que corregir, gangrenas horribles que es preciso curar. El despotismo nos ha dado ignoranoia y miseria: necesitamos que la libertad nos proporcione ilustración y bienestar. Somos parias: es preciso que nos hagamos hombres. La Dictadura y las camarillas que á su * o cubra florecen como envenena doe hongos, han oreado esta situación que lamentamos* El Reylsmo y el Cientificismo pretenden suplantar al Partido Liberal, pero no lo consiguen, ni conseguirán tampoco aduefiarsedeí Poder á la muerte del Dictador ac tual. Ambos grupos llevan Imborra 1-1 -----u". —- primero está ca- •r el célebre criminal __________ jyes, autor de la hecatombe del 2 de Abril de 1903 y de Mkxicanos: lamentos eon vuestro* infortunios, tremendas vuestras miserias, y muchos y terribles los ultrajes que han humiliadn vuestra frente en seis a-margo* lustros de despotismo. Pero sois patriotas, sois honrados y nobles, y no permitiréis que eternamente prevalezca el crimen. Ei Partido Liberal os llama á una lucha santa por la redención de la Patria: responded al llamamiento, agrupaos bajo los es tandartes de la Justicia y dei Derecho y de vuestro esfuerzo y de vuest-o empuje, surja augusta la Patria, para siempre redimida y libre. Reforma, Libtrtíd y JarticU. St. Louie, Mo., U.S. A., Septiembre 2x ae 1906. Presidente, /¿¿cardo Flort.t Mcu/ón. — Vicepresidente, Juan Sarabia — Secretario, Antonio 1. Villar real — Tesorero, EnriaM Flore* Mayón.—ler. Vocal. Prof. Librado Rivera.- 2V Vocal. Manuel SarabiaVocal, Ro* sallo Bu»tanxante NOTA.-Eocérf(fiDos Ia nuyor circulación y reproducción o reimpresión de este (Dánifierto.