KL MEJCS¿JKRO SECCION DE LA SOCIEDAD MISIONERA FEMENIL A cargo de la SRA. G. E. CISNEROS BANQUETE DE MADRES E HIJAS MAYO 29. 1934 RELACION MORAL Y ESPIRITUAL Madre e hijas juntas una noche de asueto debe ser considerada como una ocasión especial en que ambas hacen nuevos votos con respecto a deberes y goces que trae consigo relación tan sagrada. En mi propia vida y en la de varias generaciones que me han precedido, sé que ha existido la mejor y más cariñosa relación entre madre e hija. Se habla con más franqueza de lo que pasa, así que dispensad que haga mención de mi persona. Como grato recuerdo traigo a mi mente la devoción que mi abuela guardaba para mi madre y la que ésta me profesaba, sus palabras de estímulo me son como “manzanas de oro en cuadros de plata”. Por lo tanto, nada en el mundo me ha hecho más feliz como el placer de tener una hija. De todos los amores en el mundo, el de la madre es el que tiene parecido al de Dios. Posee una cualidad muy particular, incomparable e indefinible. Es que tenemos la firme convicción que es eterno, nunca nos abandona. Aun cuando la madre haya pasado a mejor vida, continuamos escuchando su lenguaje de amor, como una flama de amor divino en el corazón humano. Nada mejor podría decirse del amor de Dios cuando El mismo compara su poder consolador con el de la madre, cuando dijo: “Como uno a quien consuela su madre, asi lo hago yo”. Siendo que la madre es el guardián y guía en los primeros años, su influencia es la más poderosa en la formación del carácter, y de cierto modo conduce esa mente por el tiempo y la eternidad. No hay responsabilidad en la vida que traiga tan tremendas consecuencias como ésta ... ya sea de rica recompensa y felicidad o de decepción y tristeza. Si se nos interrogase qué mujer en el Metodismo ha ejercido más influencia parabién en el mundo, de seguro diríamos que Susana Wesley. A pesar de sus muchas faenas domésticas y lo numeroso de su familia siempre tenía tiempo para enseñarles y estaba tan solícita del desarrollo espiritual así como del mental. ¡Qué hermoso puede llegar a ser el evangelismo de la maternidad con todos sus privilegios y oportunidades! La madre feliz, de una hija que también lo es, debe dar su atención, esfuerzos y oraciones al gran deber de educarla para que sea una buena ciudadana de} cielo así como también de la tierra. Su deber primordial es entregarse a Dios y luego esperar que la bendición del ^eñor caiga sobre sus esfuerzos al dirigir a su hija. Debe vivir los principios que desea implantar. El Espíritu Santo está presto para impartir su ayuda cuando dijo: “Si a alguno le falta sabiduría, demándela a Dios”. Enseñad a los niños a orar. Enseñadles a obedecer, porque si no lo hacéis, todo esfuerzo será infructucso Verdad y honradez son absolutamente indispensables, pues constituyen el cimiento de un buen carácter. Nunca les hagáis promesas que luego no podréis cumplir. Sed pacientes y sufridas. Madres, preguntóos ¿qué clase de madre soy para mi hija? ¿La estoy guiando con un buen ejemplo cris tiano? ¿puedo decirle sígueme, como yo sigo a Cristo? y vosotras, hijas, de la misma manera decid ¿Qué clase de hija soy para mi madre? ¿cumplo su voluntad, le alegro con mi comportamiento mostrándole mi aprecio y gratitud? Cuando recuerdo del amor de mi madre para mí y del mío para mi hija, sé que es de la misma clase del que Dios nos profesa Nunca lamentaremos el tiempo que perdamos adiestrando a nuestros hijos a fin de que sean herederos de una gloriosa inmortalidad. Por la Sra. R. R Hardau-uu. (Traducción, La oportunidad que tiene la madre en el desarrollo intelectual de sus hijos La familia, la más antigua y moderna, la más material y la más espiritual de todas las relaciones de* hombre: posee toda clase de posibilidades, es el corazón de la nación y la fuente de corrupción o salud nacional. La familia es el origen de toda industria o manufactura. El hogar es el nido del niño en donde puede crecer y desarrollarse hasta que llegue a la edad de poder defenderse. El hogar feliz es una armonía de las diversas naturalezas; cada individuo en su propio lugar con deberes, derechos y relaciones ajustados a los de los otros. La felicidad del hogar es completa cuando se tiene a Dios en el corazón y a un niño que endulce las tristezas de la vida- Los padres son la fuente adonde el niño recurre Pasa a la página 11