TIEMPO DE B. Oí, Y SONORA — PAGINA 16 Por el Lie. Rafael VIDALES TAMAYO. aquí SONORA & N A L0 S B S Y OPINION DE LO QUE Hay actitudes que, como hombre público, ya no podrá revertir Samuel Ocaña cuando asumo las riendas del Estado de Sonora. Por ese mero hecho podría llamársele continuista a su régimen de gobierno y de lo cual seguramente no sólo ro se reprochará sino que se itiró legítimo orgullo y satisfacción. Poraue si algo tiene Ocaña es un acendrado espíritu revolucionario forjado en sus muchos años de abrevar en escuelas e instituciones de enseñanza eminentemente revolucionaria. Pronto escucharemos sus pronunciamientos. La fecha de toma de posesión está a la vuelta de la esqui- Todo en esta vida se oaea. Los norteamericanos. ñor más de cien años, han estado desechando aquas salobres en el antique cauce del Río Colorado, echando a perder ' is tierras de culti-o mexicanos de este lado de la frontera. Las aquas de des perdido, las que sirvieron para limpiar tierras salitrosas del otro lado, las aue corren por los ■’drenes", son arrojadas a México como quien es-coqe un lugar apropiado para vaciar los albañales. las cloacas, los drenajes. Este es un tipo de contaminación cue ha venido dañando a ios mexicanos no solamente en su ecología. na y, por añadidura, debemos recordarnos aquí que Ocaña no es de esa calaña que reniega de su origen campesino y pobre, humilde y dependiente. Ocaña es honesto no solamente con las gentes a quienes sirve, sino consigo mismo, que en muchas ocasiones resulta más importante y valioso. Nosotros escuchamos cómo se refería don Alejandro Carrillo a él y cómo, al exponer su credo político, Carrillo señalaba los caminos imposibles de vadear de la revolución mexicana. Ocaña no renegará de su origen, no defeccionará de su ideología revolucionaria y su actuar público será con- sino en la dignidad de sus personas: se siente el ardor de la cachetada, la insolencia del desprecio, el ninguneo de un país rico hacia otro pobre. Pero ahora que por uno de esos riesgos imprevistos de la tecnología se derrama petróleo crudo en el Golfo de México (el pozo Ixtoc - Uno) nuestros vecinos, airados. amenazantes, coléricos, nos pretenden reclamar in demnizaciones por daños sufridos a los “resorts" de algunas playas texa-nas. Y el Presidente López Portillo, a nombre de todos los mexicanos, ha pronunciado u n “no” retundo: la dignidad ha sido resarcida, la deuda cagada. * W» forme, muy conforme, muy semejante, a la de don Alejandro. Así lo esperamos los sonorenses que sentimos que la revolución mexicana ha sido traicionada con una constancia vergonzosa y ha dejado de ser cumplida y de hacerse cumplir, con una frecuencia que enoja. Cada gobernante que toma el poder —no todos, gracias a Dios—, parece engolfarse en quedar bien con la iniciativa privada y eso no tendría nada de malo si se tratara de una iniciativa privada progresista-mexicanista, sino de una clase de empresarios que hacen que su nivel económico y social sea reprochable por su afán de riqueza eminentemente egoísta y personalista cue no entiende que vive en un país revolucionario v aue todo lo que se haga debe hacerse en función de lo filosofía eminentemente social que nutre a nuestra Constitución parece que ese tipo de gobernante goza aliándose con las "fuerzas retrógradas" y con los "emisarios del pasado" que únicamente piensan en aumentar su riqueza privada sin ver que quienes la acrecentan son los obreros o su servicio aue ganan miserables sueldos y o quienes se les escatiman incen tivos señalados por la ley: pagan a regañadientes el INFQNaVIT v escamotean torpemente el pago de las cuotas del seguro social cuando son a ellos a quienes más benefician porque los libra del pago de indemnizaciones por accidentes y de prestaciones médicas que les resultaban costosas aneste servicio social; pero con todo y ello, hay gobernantes que no solamente tienden la mano hacia el empresario poderoso sino que bailan con él, comen con él, se divierten con él, empa-rentan con él y se identifican plenamente con él. Estos gobernantes son, sin duda alguna, contrarevolucionarios y más reaccionarios que la reacción misma. Pero por fortuna Sonora ha venido cambiando y la dirección política aue se ejerce desde el centro del país, cada día vigila con mayor celo no cometer errores en la selección de au¡enes habrán de gobernarnos. Ya lo v¡. mos: no se equivocaron con Ocaña; cuando menos así es como pinta hasta el momento. LA POLITICA EN LA CTM es mecánica. Quien pretenda contradecir esta afirmación se va a meter en oroblemas. El problema de la política interno de la CTM en Sonora es un problema de ingeniería y, para ser sinceros, de la más alta ocupación de compone dor de motores y artefactos. Si en alguna ocasión he habido "sismas", problemas, controversias, se ha debido a que alguien, por ignorancia de esta verdad, ha movido un engrane y lo ha puesto fuero de tiempo y de lugar. Desde hace mucho, posiblemente desde que del Velázquez tome lc< riendas de esta poderoso central, se afinó el motor, se arreglaron los engranes se aceitaron y engrasaren convenientemente los brings y quien lo hizo fue indudablemente su constructor: el propio Fidel. Nadie más. Es él quien conoce el intrincado mecanismo que. se mueve como reloj, con precisión electrónica, con seguridad férrea. Hace cuarenta años que esta maquinaria camina y camina sin cesar y sin presentar síntomas de cansancio: los metales con los que ho sido construida son indestructibles. Pero, claro, para q(ie la cuña apriete tiene que ser del mismo polo y ahí es donde esta e¡ peligro, ahí se presenta el riesgo: hasta el momento Fidel no ha permitido que manos inexpertos hagan de las suyos; no ha dado oportunidad a que. quienes no son sabios er el manejo del complejo mecanismo tienten nada, ni aceiten, ni cuiden, ni ordenen, ni echen a caminar. Es po*